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El hambre es el antídoto

En el clásico para creadores El camino del artista de Julia Cameron, una de las ideas principales es que para crear tienes que pasar hambre, es decir, aburrirte, no consumir contenidos, tener espacio y tiempo sin llenar. El impulso creativo nace del interior de uno pero solo se puede escuchar y seguir si existe suficiente espacio interior.

Sin embargo, en la sociedad digital el espacio interior de cada uno se consume rápidamente por series, redes sociales, noticias, y un largo y virtual etcétera. Lo trágico es que el espacio interior no es solo necesario para crear, sino para cultivar relaciones significativas, criar hijos, distinguir lo prioritario, tener sentido crítico…es decir, para vivir una vida plena.

(Lachlan Gowen, UNSPLASH)

A raíz del movimiento Adolescentes libres de móviles en el que participo, comentábamos con otras familias que proteger a nuestros hijos de las pantallas hasta que puedan hacerlo por ellos mismos es una de las luchas que nos ha tocado por haber nacido en este espacio y tiempo. Sin embargo, más allá de los niños, esta batalla es también para todas las personas que viven en esta época. La contienda se organiza en dos claros frentes: uno se deja colonizar por lo virtual o no.

Cuando lo virtual nos consume, nuestra inconsciencia crece,  las relaciones personales se resienten, aumenta el miedo, empeora la salud mental. Darte cuenta de que estás eligiendo esto es el primer paso para tomar cartas en el asunto y ayunar de pantallas.

Y es justamente cuando el hambre de contenidos empieza a apretar en forma de aburrimiento, ansiedad o nerviosismo que se abre la oportunidad de escuchar qué es lo que quiere este hambre, es decir tus deseos, tus sueños, tus anhelos.

Para volver a la vida el hambre es el antídoto.

 

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Por qué no necesitas ser Shakira para sanar a través la expresión artística

Justo después de su separación de Gerard Piqué, Shakira empezó a sacar temas que eran demasiado parecidos a la situación que acababa de vivir. Aunque con su natural elegancia no lo reconocía abiertamente, a los ojos de todos estaba claro cuál era su fuente de inspiración: su dolor. El dolor de la rotura sentimental con el padre de sus dos hijos.

Shakira,  al igual que los artistas y creadores de todos los tiempos, tomó algo doloroso, indeseable y sin solución, y lo convirtió a través del arte en una forma de expresión que gustaría a millones de personas.

El primer hit fue el Te felicito en el que con su sonrisa angelical pronunciaba palabras demoledoras “La gente de dos caras no la soporto /Yo que ponía las manos al fuego por ti/ Me tratas como una más de tus antojos”. En su más reciente clip, resulta impactante ver a Shakira con un hueco masivo en el corazón que ha sido dinamitado brutalmente, por según ella la monotonía.

 

Cuando Shakira crea canciones sobre su traumática separación, no solamente está haciendo su trabajo, sino que también está curando sus heridas psicológicas. Lo hace, porque dar forma a nuestro dolor a través de cualquier expresión artística es terapéutico por definición. Lo es porque nos invita a intimar con nuestro dolor, aceptarlo y transformarlo, para en cierto momento de gracia, trascenderlo.

Tal vez te digas…¿y qué? Sólo hay una Shakira. Tienes razón, por ello no voy a animarte a imitarla. Sí que te invito en cambio, a tomar tus experiencias dolorosas, esas a las que preferirías darles la espalda, aquellas que rehuyes, de las que te avergüenzas y hacer lo que ella hace: explorarlas intencionadamente a través de una forma propia de expresión artística.

Para hacerlo puedes seguir estas pautas:

1- ELIGE UNA FORMA DE EXPRESIÓN: dibujar, escribir, cantar, componer, bailar, modelar barro, coser…tu imaginación es el límite.

2- (¡MUY IMPORTANTE!) OLVÍDATE DE HACER NADA BONITO: tu objetivo no es que tus creaciones gusten a nadie – seguramente no te gustarán ni a ti, lo que es lo de menos. Tu intención con esta práctica es intimar con aquello que te ha sucedido y la expresión artística es una forma de estudiarlo de forma curiosa y desde ángulos dispares.

3- MANTENTE CONECTADO CON TU INTERIOR: siente, siente y siente. Siente lo que sientas y no te juzgues por ello. Al crear, al expresarte, abrirás el cauce de sentir…déjalo correr sin control. En la orilla del proceso creativo estás a salvo.

4- NO BUSQUES EL SENTIDO: la creación a menudo es inconsciente y no es posible entender lo que creamos hasta después de hacerlo y a veces ni tan siquiera entonces. Por ello, mientras estás creando evita entender o etiquetar lo que vaya surgiendo. Simplemente sé un canal para que lo que quiera ser expresado se manifieste a través tuyo.

5- (SI TE SIENTES INCLINADO A ELLO) COMPARTE LO CREADO con un amigo, tu mascota, un árbol o tu pareja. Si decides hacerlo con un humano, explícale bien que no se trata de valorar la calidad artística de la creación, sino de escuchar lo que te ha movida a crearlo, lo que has sentido al hacerlo y tal vez lo que le sugiere a la otra persona.

6- GUARDA O TIRA TU CREACIÓN. Una forma de expresión que uso a menudo es dibujar o escribir en la pared de pizarra cerca de la cocina. El mantra o dibujo se queda unos días, y cada vez que paso por delante suyo algo interno se recoloca. Borrarlo es un gesto liberador. Me recuerda que no necesito aferrarme a nada, ni tan siquiera a valiosos aprendizajes.

Nadie escapa a lo indeseable por mucho que lo intente. Sanar de las experiencias traumáticas de las que está plagada la vida y recobrar la cordura a través de la expresión artística es algo que necesitas probar. Cuando lo descubras te preguntarás como has podido vivir tanto tiempo sin ello.

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