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Ordena tus prioridades con el nuevo ciclo

Muchas de las personas que tienen hijos empiezan el año con el curso escolar. Tanto si es ése tu caso, como si simplemente te apetece reordenar prioridades, aprovechando el fin del calor y las energías renovadas, este ejercicio te puede interesar.

Empieza por imaginar un bote de cristal cilíndrico. Tienes tres tipos de piedras: rocas, piedras y arena. ¿Cómo llenarías el bote para que cupieran todas?

La respuesta responde a las leyes básicas de la física. Primero empezarías por las rocas, cuyo volumen no es negociable. Después introducirías las piedras que caben en los huecos que dejan las rocas. Y por último llenarías todos los recovecos que quedasen en el cilindro, con la arena. Esta metáfora es útil para pensar en las distintas dimensiones de nuestra vida y la prioridad que les damos a las mismas. La lección principal de este ejercicio es que si en tu vida no das prioridad a las «rocas», es decir a aquello fundamental, y la llenas de «arena» es decir de cosas superfluas, luego no te queda espacio (tiempo, energía…) para las cosas realmente importantes. Esta lección responde también al hábito nº3 del clásico de Covey, Los siete hábitos de la gente altamente efectiva.

ROCAS

Las rocas son las piedras angulares de tu vida son aquellas esenciales, sin las cuales, si no se dan o no les prestas suficiente atención, tu vida se encalla y no funciona. Y al contrario, si las tienes en cuenta, tu vida florece.

Al comentar este ejercicio en sesión una sesión de coaching reciente, Lorena consultora de sostenibilidad me decía que una de sus rocas era centrarse en el marketing de su empresa para generar nuevos clientes y subir el volumen de la facturación. La segunda era terminar un proyecto divulgativo que tenía a medio cocer. Otra de ellas era el tomar espacios para ella misma, ahora que la crianza de sus dos hijos se había reducido intensidad. La cuarta era dedicar tiempo en exclusiva a cuidar la relación de pareja. Y la quinta era seguir con la crianza de sus hijos.

(Kelly Sikkema, UNSPLASH)

PIEDRAS

Las piedras son aquellos elementos importantes de tu vida, que aunque no son el centro, son relevantes y necesitan ser tenidos en cuenta.

Siguiendo con el caso anterior, y después de reflexionar entre sesión y sesión, Lorena había llegado a la conclusión que este año, para ella las piedras eran seguir con el deporte y cultivar amistades que había descuidado a raíz de la pandemia.

ARENA

La arena hace referencia a aquellas facetas de la vida que añaden color y textura a la misma. Sería como la sal y la pimienta. No son esenciales, y si las suprimes tu vida no se hunde, sin embargo, tenerlas en cuenta te ayuda a incluirlas sin que se desestabilice el resto. La arena de Lorena eran las salidas con sus amigas de toda la vida, su participación en un ente cultural de la ciudad y unirse a un grupo de fotógrafos amateurs para retomar esta afición.

Una vez hayas realizado el ejercicio a modo de reflexión por tu cuenta, te recomiendo comentarlo con tu pareja, un amigo o un familiar. Compartirlo te ayudará a aumentar el compromiso con tus prioridades. Luego llega la prueba de fuego: traducir las prioridades en acción. Un ingrediente esencial es tener las conversaciones y acuerdos necesarios con las personas de tu entorno para el éxito de las mismas. Los sistemas son fundamentales también, personalmente funciono reservando espacios en la agenda para dedicarme a las actividades con las que me he comprometido: espacio de familia, espacio de pareja, espacio para escribir, tiempo de introspección, etc. Si no lo agendo, fácilmente se cae de la lista y no lo hago. Y por último, no olvides revisar de forma periódica tus prioridades. Al hacerlo verás si vas por buen camino o te has encallado y necesitas hacer correcciones.

Te deseo un buen comienzo de ciclo.

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Por qué la rutina es una bendición (y romperla está sobrevalorado)       

Ayer regresé de vacaciones de Semana Santa. Una semana más tarde de lo previsto, ya que al hacerme el test del covid antes del viaje de regreso di positivo. Por protocolo, las autoridades de la isla atlántica cuyo nombre no quiero acordarme me obligaron a prolongar mi estancia. Venga pues nos quedamos todos unos días más. Aprovecha que es muy bonito me decía mi entono…Pero no, yo no quería “aprovechar”. Quería volver… volver a la rutina.

La rutina tiene mala fama pero es fantástica. Lo es porque como parte fundamental de cualquier sistema te facilita:

  • SER PRODUCTIVO. Las rutinas, cuando están bien diseñadas, aumentan exponencialmente la productividad personal. Actualmente, en plena escritura de mi próximo libro, antes de romper la rutina con las dichosas vacaciones mi escritura iba viento en popa, capítulo terminado cada diez días. Mi cerebro y todo mi ser gozaban del proceso. Pero ¡zasca! llegaron las auto-buscadas vacaciones y saltó todo por la borda.
  • DESCANSAR. La rutina te permite descansar mientras te desarrollas a un ritmo e intervalos determinados. Te levantas a una hora, haces lo que tienes que hacer y luego descansas. Durante las vacaciones rompimos las rutinas horarias de comida y cena, añadiendo a la sensación de desubicación ya de por sí presente por no poder regresar según el plan.
  • ESTAR PRESENTE. Cuando una rutina está bien estructurada te puedes olvidar de lo que viene después y centrarte plenamente en lo que haces – sí, se trata de practicar el mindfulness. Si estás trabajando, te olvidas de comprar, si estás con tus hijos, te olvidas de trabajar….Estos días de vacaciones forzadas, mi cabeza se iba todo el rato a lo “otro” que tenía que hacer además de estar de vacaciones, con lo que mi presencia disminuía, a pesar de mis esfuerzos.
  • SIMPLIFICAR TU VIDA. Las tradiciones religiosas utilizan las rutinas para simplificar la vida, por ello son un buen ejemplo de los beneficios de una rutina. Un hábito para vestirse. Unas horas para rezar. Un trabajo que hacer. En una sociedad demasiado volcada en la agitación mental y en el llenarnos de cosas y actividades superfluas, las rutinas te ayudan a simplificar tu vida, ahorrando enormes cantidades de energía.
  • MANTENER LA SALUD. Al cuerpo -y a la mente – le gustan las rutinas. De ejercicio, de comida, de descanso, de relaciones. Al romper la rutina estos días dejé de hacer ejercicio, comí demasiados alimentos que no me sientan bien, descansé de forma intermitente y poco profunda y… obviamente mi salud se resintió.
  • CONTENTARSE. Cuando la rutina me cansa, a menudo me siento llamada a romper la rutina. Es un sutil impulso de huida y de rechazo frente a lo que es. En mi caso, sentía una necesidad de viajar lejos después de dos años sin salir de la península debido al covid. Ya se sabe, querías caldo, pues toma dos tazas: la vida me regaló más días sin rutina ¡mediante el covid! Apreciar la rutina es una buena receta para practicar el contentarse con la vida de uno y evitar caer en el pozo sin fondo de querer siempre más o algo distinto de lo que se tiene. Y tal vez así, salir del triste ratio de ser el segundo país más infeliz de Europa.

Mujer vertiendo café en una taza, en rutina matutina (Kelly Sikkema, UNSPLASH)

A los niños les va muy bien la rutina, pero también al resto de la humanidad. Por eso doy gracias de poder volver a la rutina. Definitivamente, la aventura está sobrevalorada y la rutina tiene una inmerecida mala fama. O así lo veo hoy, con gastroenteritis del viajero, una larga lista de cosas por hacer y marcadores de energía bajo mínimos 😉

Por eso te pregunto:

¿De qué forma se podría tu vida beneficiar de incorporar ciertas rutinas?

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¿Qué sistema necesitas para hacer realidad tu propósito? El caso de Oscar Camps (Open Arms)

Visualiza una zodiac diseñada para llevar a siete personas cargada con treinta, cruzando los nueve kilómetros que separan a Turquía de la isla griega de Lesbos. Imagina que los mafiosos que pilotan la lancha hacen saltar a las personas al mar a menos de un kilómetro de la playa para evitar que les pillen. Imagina que muchos no saben nadar. Visualiza ahora a otra zódiac con dos socorristas intentando salvar a los treinta antes de que se hundan para siempre a pocos metros de la playa. Parece ficción, pero no lo es: así fue el comienzo de Open Arms como documenta la película  Mediterráneo.

En este post continúo la exploración sobre los elementos necesarios para cumplir tus propósitos de año nuevo  que sigue a las dimensiones exploradas anteriormente: relaciones, valores y creencias.

El esfuerzo personal de Oscar Camps por parar la sangría de personas que morían en el intento de de llegar a Europa desde Turquía, se transformó en un esfuerzo organizado tomando la forma de Open Arms. ¿Y qué es Open Arms? Open Arms son personas con un propósito y una misión mucho más allá de sí mismos. Open Arms son relaciones entre estas personas pero también con otros actores que actúan fuera del mar. Open Arms son las acciones que llevan a cabo cada salvando vidas e influenciando políticas. Open Arms también es un sistema.

Para cumplir su misión, el sistema de Open Arms se articula, a grosso modo, a través de:

  1. Dinero que reciben de sus socios y donaciones mediante los cuales financian personal técnico y material
  2. Personal técnico (capitán de barco, socorristas, personal médico…).
  3. Material técnico (barco, salvavidas, mantas térmicas…).
  4. Espacios y tiempos concretos: actúan en el Mediterráneo y también en situaciones de emergencia como la guerra de Ucrania.
  5. La tecnología necesaria para que todo funcione: web, redes sociales, etcétera.

Fíjate bien: dinero, personal técnico, material, espacio, tiempo y tecnología. Estos elementos son los componentes de cualquier sistema. De no contar con este sistema, la semilla de Open Arms no habría podido crecer hasta convertirse en la fuerza de cambio social y política que es hoy día: salvando vidas – ya llevan más de 61.000 – y denunciando las razones por las cuales el Mediterráneo es la mayor fosa común del planeta.

Para que tus propósitos florezcan, al igual que Open Arms, tu también necesitas un sistema. Crear un sistema consiste en generar las condiciones que hagan la realización del mismo inevitable. Por ejemplo si tu objetivo consiste en encontrar un trabajo más alineado con tus valores, probablemente necesites ponerte las pilas con Linkedin (tecnología) y tal vez formarte en algún ámbito nuevo (tiempo y dinero). Si tu propósito tiene que ver con superar las dificultades con tu pareja es probable que te convenga dedicar tiempo para hablar de vuestra situación (tiempo y espacio), tal vez necesites contar con una terapeuta (personal técnico y dinero) y dedicar el tiempo necesario a acudir a las sesiones (tiempo).

En cambio, si te olvidas de crear un buen sistema, la inercia de tu vida y todo tipo de resistencias boicotearan tu propósito. Sin tiempo dedicado a tu propósito, sin dinero, sin el material necesario, sin espacios, sin tecnología y sin personal técnico, tu propósito se ahogará como un bebé indefenso que cae al mar.

Sin embargo, enfocarse demasiado en crear un sistema ideal tiene un riesgo: paralizarte. Es decir no pasas a la acción porque no lo tienes todo perfecto para empezar. Si Oscar Camps hubiese esperado a tener Open Arms seguramente no hubiese ni siquiera empezado. Por esto empezar es tan importante, empezar eso sí, teniendo un propósito más allá de ti mismo. Te cuento más en un próximo post.

Ahora quiero invitarte a considerar esta pregunta:  ¿Qué sistemas necesitas poner en marcha para llevar a cabo tu propósito?

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¿Qué relaciones necesitas para vivir tu propósito? El caso de Rosalía

Rosalía es la estrella del momento. Su éxito se puede estudiar desde muchos ángulos. Creer en ella misma y no darse por vencida son ingredientes clave. Su talento, esfuerzo y trabajo por crear un estilo propio e inconfundible. Sin embargo, hoy no quiero hablar de eso. Quiero hablar de las personas que han estado a su lado y que han contribuido de forma silenciosa y poco visible a su éxito.

Este post continúa la exploración sobre las dimensiones clave para el éxito de tus propósitos de año nuevo.

Algunas relaciones son claves para manifestar tus propósitos, empezando por la más fundamental: la relación contigo mismo. Es imprescindible que te trates como un buen amigo. Que creas en ti, en tu potencial. Puedes llamarle creer en la vida o en la chispa divina que está dentro de ti. Si no cuentas con nada de esto, Houston tenemos un problema, pues sin ello nada es posible. En el caso de Rosalía su confianza en ella misma es evidente, y la prueba de ello es su perseverancia y el no darse por vencida después de muchos años de esfuerzo por destacar.

En cualquier caso, tanto si tu luz está encendida como apagada, la magia de las relaciones radica en que algunas multiplican nuestro potencial: junto a estas personas somos mejores.

Para Rosalía fueron sus padres quienes estuvieron a su lado desde que era una niña, animándola. Le ofrecieron todo su apoyo para que completara una formación artística y musical, hoy su lenguaje creador. Y por supuesto algunos de los muchos maestros que la formaron y la pusieron en contacto con sus dones.

Rosalía en The tonight show de Jimmy Fallon

Rosalía en The Tonight Show de Jimmy Fallon, NBC

Para que tus propósitos florezcan necesitas contenedores y no precisamente de basura – es lo primero que muchas personas piensan al escuchar esa palabra. ¡Lo siento no encontré mejor traducción del inglés! El tipo de contenedor al que me refiero es una persona o un conjunto de personas con la capacidad de sostener una intención o intenciones. Actualmente Rosalía cuenta con dos pilares esenciales: su madre y su hermana. Pilar Torbella, su madre, está al frente de la gestión de su empresa Motomami a través de la cual se firman contratos, cierran conciertos, etcétera; y su hermana Pilar Vila es la encargada de las relaciones con los medios de comunicación y su estilismo.

Tomando un ejemplo cotidiano, digamos que uno de tus propósitos es pasar más tiempo en la naturaleza practicando ejercicio. ¿Qué contenedores energéticos te podrían ayudar? Pueden ser ya existentes, por ejemplo apuntarte a un grupo excursionista o bien crear un grupo para la labor. Puedes reconectar con amigos que viven en zonas rurales y hace tiempo que no ves, y compartirles tu intención. Puedes compartirlo con tu pareja o amigos y si ellos resuenan con tu intención, os podéis organizar para que cobre vida.

Los contenedores buenos son como una sólida maceta que contiene la tierra necesaria para que la planta florezca. Cuando la tierra no está demasiado apretada ni demasiado suelta, las raíces encuentran el sustento necesario. Al igual que la tierra para una planta, las personas que conforman el contenedor para cierto propósito, además de ayudarte a sostener tu intención sin perder el foco te pueden inspirar, dar ánimos cuando estés de bajón, abrirte una puerta donde solo veías un muro. Después de sus múltiples fracasos en el concurso Tu si que vales o los ataques que vienen de serie con la fama a ese nivel, allí estaban los contenedores de Rosalía: sus padres, su hermana, sus maestros… para sostenerla en los momentos más difíciles y ayudarla a remontar.

A lo largo de la vida he contado con contenedores de distintos tipos. De mujeres, de parejas, para co-escribir un libro, para cultivar la espiritualidad…Algunos me han salvado la vida, muchos han sido difíciles de sostener y en cada uno de ellos he aprendido valiosas lecciones. Más allá de los frutos que brinden estos espacios, es fundamental que los contenedores tengan sentido en sí mismos. Que goces, aprendas o lo que sea que te propongas durante el tiempo que duren.

Por ello te pregunto ¿Qué contenedor o contenedores vas a crear para dar vida a tus propósitos?

 

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