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Por qué ya eres una MOTOMAMI o lo que el arte hace por ti sin que lo sepas

“Artists are here to disturb the peace”,  “Los artistas están aquí para perturbar la paz” es la frase célebre, del dramaturgo, ensayista, poeta y activista James Baldwin. Esta frase vino a mi la semana pasada mientras buceaba en la odisea musical de Rosalía, dibujada en su nuevo álbum Motomami. El nombre de Rosalía sonaba a mi alrededor sin que me sintiera apelada a conocerla. Hasta que hace unos días en una fiesta empezó a sonar Chicken Teriyaki.

La originalidad, el ritmo y la vibración del tema me sacudieron de inmediato al tiempo que identifiqué su autora: Rosalía. De ahí guiada por la curiosidad empecé a investigar sobre ella y por supuesto a escuchar más canciones de su último álbum: Saoko, Hentai… a cual más brutal y rompedora.

Una amiga me decía: a mi Rosalía no me gusta. Pero el arte no tiene porque gustar. Al contrario, el arte cuando cumple su función revuelve algo en nuestro interior. La obra cubista de Picasso o las esculturas de Chillida son claros ejemplos para mi. La cuestión no es si me gustan o no me gustan, el efecto de ver sus obras es que alteran algo en mi interior, generan una experiencia y me ponen en contacto con una realidad que antes no estaba disponible para mi. Esa, según el físico y místico David Bohm es la función en la que el arte y la ciencia se tocan. Porque ambos nos revelan facetas de la realidad ocultas al ojo desnudo. La ciencia nos revela la estructura invisible de las cosas mientras que el arte puede revelarnos el orden implicado, usando un término acuñado por Bohm, la estructura oculta de la que emana lo visible.

La función del arte es a menudo inconsciente. Cuando vemos una película o nos exponemos a cualquier obra de arte, independientemente de que nos haya gustado o no, nuestro inconsciente ha bebido de ella y ha recompuesto las piezas del puzzle que necesitaba. Ésta es la teoría de la función de los grandes mitos según Joseph Campbell y que suscribo. Porqué cada obra de arte, condensa a su manera todo el arte que se ha creado hasta ese momento, reformulándolo.

Por esta razón te invito a exponerte al arte. Pintura, escultura, música, teatro, películas, novelas… Cuanto más en vivo y en directo, mejor. Embébete del mismo y luego pregúntate por el impacto que ha tenido en ti. Busca el arte verdadero, no meros sucedáneos. Si te expones suficientemente, lograrás discernir el uno del otro sin problema. Ah y cuando lo hagas sufre, desgárrate por dentro, inspírate, disfruta y sobretodo…no intentes entenderlo.

Cuando lo hagas con el último álbum de Rosalía descubrirás sin remedio que… ya eres una motomami 😉

El guantazo de Will Smith, lo políticamente correcto y el trabajo interior

Esta madrugada en plena ceremonia de los Oscars, Will Smith dio un guantazo al humorista Chris Rock después de que éste bromeara sobre el pelo de su mujer Jada Pinkett Smith.

Jada, actriz, madre, mujer polifacética y líder del show Red Table Talk en el que trata todo tipo de temas sensibles, sufre una enfermedad autoinmune que le hace perder el cabello, como ha reconocido públicamente en varias ocasiones. En este sentido, la broma estaba fuera de lugar. ¿Realmente? ¿Pueden estar algunas bromas o chistes fuera de lugar?

Hace poco acudí a un show de un mago que me encanta: Mag Lari. Es un espectáculo para todos los públicos. Los niños lo disfrutan y los mayores también porque está lleno de guiños para todas las edades. Canciones de Mocedades, de David el Gnomo…Cuando llega el turno de sacar a alguien de la audiencia, el mago-cómico acentúa su deje homosexual y tira una flor tras otra los hombres del público, del tipo: “Ven aquí bombón. Pero que monada,… ¿quién te quiere a ti bebé?” “Anda que te has buscado a un buen bombero” – le decía a la pareja del voluntario. “¿Sales en los calendarios cariño? Le preguntaba con una mirada lasciva.” El público se partía de risa. Entonces me vino un flash. ¿Cómo sería si hiciese lo mismo con mujeres? Al rollo, “Que buena que estás,…con este escote podrías salir en un calendario”…Me di cuenta de que sería políticamente incorrecto. Absolutamente. Estaría acabado. Se lo comerían vivo.

Darme cuenta de ello me entristeció. Lo hizo, a pesar de que como mujer de cierta edad, he vivido en mi propia piel todo tipo de micro y no tan micro agresiones por el hecho de serlo. Creo que lo he llevado bastante bien, sin embargo, negar el impacto de las mismas, es engañarse. Todo lo que hacemos tiene un impacto y las palabras de Chris Rock en Will Smith no fueron una excepción. Nuestras acciones son lo único que poseemos y somos responsables de su impacto, seamos conscientes de ello o no.

Sin embargo, el humor es una forma de arte y como tal no puede estar restringido por lo políticamente correcto. El arte es subversivo por definición y tiene que ser recibido de esta forma. Si los y las humoristas no pueden hablar de todo, entonces estamos perdidos. Entonces nos acercamos peligrosamente a los regímenes totalitarios caracterizados por la censura y la falta de libertades, como la libertad de expresión.

Volviendo al caso de Will Smith y Chris Rock, la ceremonia de los Oscars era un momento artístico. Chris Rock estaba desplegando su show ante la audiencia y el mundo. El público estaba compuesto también por artistas y actores del mismo sector acostumbrados al mundo de la ilusión. Sí, el chiste tal vez podía ser mal interpretado, pero si un humorista en un teatro de una democracia occidental no puede rozar la línea y bromear sobre el peinado de una actriz sin que nadie tiemble, apaga y vámonos.

Pero no pudo ser. Will se levantó y le pegó un guantazo. “He’s just smacked the shit out of me” dijo el cómico.  La deportividad en cómo Chris encajó el golpe fue espectacular y también cómica.  El cómico encajó bien la bofetada de Will porque la broma que hizo sobre Jada no era personal. No iba contra Jada, ni contra Will. Lo único que pretendía era hacer reír a la audiencia. Que Will no la recibiera de esa forma es un síntoma del trabajo interior que tiene pendiente. Porqué aquello que nos altera haciéndonos perder nuestro autocontrol pone de relieve facetas de nosotros que necesitan  atención. En el caso de Will tal vez sea su extremada identificación con un rol de protector, como relató en su discurso de aceptación del Óscar durante la misma noche. Cuando Will se sobre identifica con este rol pensando que tiene que defender a todos, está errando sobre su verdadera naturaleza. El mundo no es una secuela de Independence Day, el chiste no era personal y en cualquier caso Jada es una mujer inteligente, fuerte y totalmente capaz de defenderse a ella misma.

Y en cuanto a ti, querido lector, cuando te ocurra algo mínimamente parecido a lo de Will Smith, pregúntate: ¿Qué forma de entender el mundo y a ti mismo te están haciendo reaccionar de ese modo? ¿En qué medida estás equivocado y de qué forma puedes expandir estas visiones limitadas?

 

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