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Propósito de año nuevo: ser

Si eres una persona de hacer propósitos de año nuevo seguro que ya tienes una lista. Y también seguro que lo que tienen en común los elementos de tu lista es que todos tienen que ver con hacer (o dejar de hacer) algo: empezar con una rutina de deporte, dejar de fumar, comer más sano…Sin embargo, es muy probable que en tu lista no figure espacio para simplemente ser.

Nuestra sociedad está orientada a la acción. Hacer, conseguir, ponerse metas, llegar, subir una montaña, luego otra. No hay nada malo en hacer. Sin embargo no somos hacedores humanos, somos seres humanos. Y cultivar el ser es imprescindible, si no queremos convertirnos en pollos sin cabeza que corren por la vida sin saber adónde van.

El ser tiene varios enemigos. Uno de ellos es que no está culturalmente valorado. A nadie le felicitan por estar varios días sin hacer nada. O por tomarse unos días para estar en soledad. O por dedicar el tiempo a escucharse interiormente. Internamente es fácil sentirse culpable, egoísta o simplemente vago cuando uno dedica tiempo a ser, sobre todo al principio. Sin embargo, con la práctica uno toma cuenta que cuanto más cerca del ser estemos, más buenas son nuestras relaciones y más sentido cobran nuestras acciones. El remedio a la nula reputación del ser está dentro de uno mismo. Consiste en darle valor al ser. Tenemos la capacidad de dar valor a lo que nos dé la gana y para hacerlo simplemente tienes que tomar la intención dentro de ti y posiblemente atravesar alguna resistencia.

(Katie Moum, UNSPLASH)

Otro de los enemigos del ser es que de no agendarlo, el hacer, como un río desbordado se come toda la cuenca vital, dejándonos sin espacios para simplemente ser. Por ello, ahora que el nuevo año está a punto de empezar, te propongo que agendes espacios (y tiempos) para el ser.

Primero plantéate ¿de qué forma te acercas al ser? Hay mil formas de hacerlo y la condición necesaria es que no tengas ningún objetivo más allá de simplemente ser. Cuando digo ninguno, es ninguno, ni tan siquiera el objetivo de pasarlo bien. Las prácticas pueden incluir: tiempo en soledad, journaling, meditación, tiempo en silencio, actividades creativas, paseos en la naturaleza, ciertas relaciones…

Una vez tengas claras tus prácticas, ya puedes planificar espacios y tiempos semanales, mensuales, trimestrales y anuales. Ahora llega el paso clave: blindarlos en tu agenda para que nada ni nadie puede sabotearlo. Hecho esto, olvídate de ello y deja que el nuevo año entre salvaje y descontrolado.

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