Archivo de febrero, 2023

Ohio – Tarragona

Cuando pienso en Ohio, pienso en la entrañable serie de los ochenta Cincinnati WKRP, en la película Aguas Oscuras que narra los hechos reales del estropicio medioambiental de Dupont y la lucha de un abogado para hacer valer la verdad y la vida, y por supuesto, en el descarrilamiento de trenes del pasado 3 de febrero. El accidente ferroviario provocó una explosión que obligó la evacuación de 2000 residentes, mientras grandes cantidades de productos químicos tóxicos se liberaron al suelo para evitar que explotaran, contaminando la tierra y los ríos.

Ohio cuenta con abundante industria de todo tipo. También industria química, al igual que la provincia de Tarragona, donde nací y vivo actualmente, en la que sitúa el mayor polo industrial químico del sur de Europa. Mientras que en EEUU cada año se transportan 4,5 millones de toneladas de productos tóxicos vía ferroviaria, entre Tarragona y Sant Vicenç de Calders se transportan cada año 142.000 toneladas de productos tóxicos o altamente tóxicos.

Una de las principales causas de la tragedia en Ohio se explica por un mantenimiento negligente de las vías. Durante los dos últimos años, Norfolk Southern, la empresa encargada del mantenimiento, había dado un significativo incremento  de beneficios, paralelo a un incremento de los accidentes y de la precariedad laboral.

En Tarragona el transporte de mercancías tóxicas y altamente tóxicas – y a menudo inflamables – vía ferroviaria es una cuestión que preocupa. Rafa Marrasé, el fundador del portal de investigación Porta Enrere y coautor del libro La gran explosió en el que con una prosa irresistible, articula el grave impacto, dudosas prácticas y corrupción en la industria química de Tarragona, informa que los accidentes de trenes que transportan mercancías químicas en la zona responden a la alarmante cifra de dos por año. El claro riesgo que esto supone para la población civil ha llevado a la plataforma ciudadana Mercaderies per l’interior a pedir, de momento sin éxito, que el transporte de estas mercancías se realice por el interior, mientras que el de viajeros se mantenga por la costa.

En paralelo, está el pésimo estado de las vías como ejemplifican las vías por las que circula óxido de propileno producido en Repsol, un material altamente tóxico, cancerígeno, inflamable y explosivo. Según el portal Octuvre, fruto de las denuncias de los vecinos de la zona, el grupo ecologista Gepec contactó al gobierno autonómico, a ADIF, a la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria y a Repsol pidiendo responsabilidades. Algunos no dieron respuesta, otros se lavaron las manos diciendo que no era de su competencia. Entretanto, las vías siguen igual, nadie asume responsabilidad sobre ellas, con lo que el riesgo de una catástrofe como la de Ohio sigue planeando sobre Tarragona.

Evolucionar significa aprender. Para aprender las personas tenemos dos vías fundamentales. La primera es aprender de lo que nos pasa. La segunda es aprender sobre lo que les pasa a otros. A nivel colectivo no es distinto. Por esta razón, el trágico descarrilamiento de Ohio es una llamada colectiva a la acción para que una catástrofe de esta envergadura no tenga lugar en nuestro país.

Te puede interesar:

Encuéntrame en FacebookInstagram y Twitter.

¿Atrapado entre el arrepentimiento y el remordimiento? Quédate con el primero

En cierto momento de su programa de coaching, Miguel tomó conciencia de cómo su extrema vehemencia y cabezonería habían creado un gran sufrimiento a su alrededor. En ese momento, poniéndose las manos en la cabeza se preguntó: ¿Cómo he podido ser así durante tanto tiempo? ¿Por qué he sido tan mala persona y he hecho tanto daño? Miguel había caído presa del remordimiento.

En mis programas de coaching, a medida que la persona va descubriendo su estructura de interpretación, es decir su actitud, forma de entender y actuar en la vida, es común que nazcan entremezclados, el arrepentimiento y el remordimiento.

REMORDIMIENTO

Remordimiento proviene del latín “remordere” que significa volver a morder y del sufijo “miento”, que indica efecto o acto. Cuando albergamos remordimientos en nuestra consciencia, estamos psicológicamente mordiéndonos de nuevo, fustigándonos por algo que hicimos o dejamos de hacer. En este sentido, el remordimiento se caracteriza por varias dimensiones:

  • Nos instala en el error o equivocación del pasado en el que no podemos hacer nada, desconectándonos del momento presente
  • Genera un sentimiento de culpa y vergüenza en el que nos sentimos malos y no merecedores de la vida
  • Encierra la mente en un bucle de negatividad

Un remordimiento patológico es el que nos instala en él, hundiéndonos en sus lodosas aguas. En cambio, un remordimiento sano es un remordimiento momentáneo que deja paso al arrepentimiento.

(Julia Taubitz, UNSPLASH)

ARREPENTIMIENTO

El verbo arrepentirse significa etimológicamente acercarse de nuevo a algo que nos dio pena. El arrepentimiento consciente consiste entonces en acercarse a nuestros errores para no volver a repetirlos.  El arrepentimiento se caracteriza por:

  • Nos facilita el fijarnos en el error del pasado, para determinarnos a no repetirlo
  • Nos permite aceptar el pasado, a modo de a lo hecho pecho
  • Nos pone en contacto con nuestra naturaleza imperfecta y con aquello que necesitamos aprender

Hay un dicho en los sutras budistas que dice “Una vez el carnicero abandona el cuchillo de matar, inmediatamente se convierte en un Buda”. En su radicalidad, este dicho enfatiza la importancia del arrepentimiento en la medida en la que nos permite habitar el presente, integrando las lecciones de nuestros errores, para no volver a repertirlos. Uno puede obrar mal y no arrepentirse con lo que sigue obrando mal toda su vida. En cambio, si uno obra mal y se arrepiente, puede incorporar lo aprendido en el momento presente, abandonando así el cuchillo.

El Evangelio (Juan 1:5-10) postula la misma idea de diferente forma “ Si decimos que no pecamos, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros;  pero si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará. Él es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad.  Si decimos que nunca hemos pecado es como decir que Dios es un mentiroso y eso indica que no hemos aceptado realmente su enseñanza.” En este sentido confesar no se trata de simplemente contar nuestras faltas, sino tomar consciencia plena de ellas, arrepintiéndonos. Es entonces cuando podemos empezar de nuevo, limpios de toda maldad.

A nivel práctico te recomiendo que te arrepientas en lugar de sentir remordimientos. Arrepentirse tiene que ver con asumir los propios defectos y errores, y hacer todo lo posible para no cometerlos de nuevo. Si lo logras, ya te estás corrigiendo, y eso amigo mío, es en sí mismo un gran paso.

Te puede interesar:

Encuéntrame en FacebookInstagram y Twitter.

Por qué entrenar tu atención te puede ayudar a salir de la ansiedad o la depresión

Llevo unos pocos meses aprendiendo a montar a caballo. Lo doy todo en cada sesión y termino hecha polvo. Algo que estoy disfrutando es la relación que se genera con el caballo. La yegua Catalana tiene catorce años es astuta, sensible y bella. Si tiro demasiado de las riendas, trota más en lugar de pararse. Si en lugar de tener los brazos pegados al cuerpo los levanto, ella va incómoda y no trota bien. Después de lograr mantener los pies en los estribos de forma correcta y descubrir que tengo unos músculos que se llaman abductores, tengo claro que el siguiente paso es la relación con Catalana.

Hace unos días que ando preocupada por un tema familiar. Si no voy con cuidado, la preocupación me domina y pierdo las riendas de mis pensamientos al igual que cuando no pongo atención a la forma de comunicarme con Catalana.

Lidiar con la mente de forma armoniosa, al igual que comunicarse con un caballo, no es fácil, como constato a diario en mi práctica de coaching. Si te digo, no pienses en un prado verde, ¿a que estás pensando justamente en esto? Por eso, la habitual estrategia de “no voy a pensar” o “elijo no obsesionarme” no funciona. Al igual que si me digo, no voy a tirar de las riendas fuerte, tampoco funciona porque no se trata de no hacer, sino de hacer de una determinada forma. Al igual que un caballo lleva las riendas en conexión con el cuerpo del jinete, la mente también tiene sus riendas, que no es más que la atención. Según a qué orientemos nuestra atención, nuestra mente se desbocará o de lo contrario va a calmarse y a centrarse en lo que nosotros elijamos.

Triángulo de la atención

Una forma sencilla de encuadrar la atención es a través del triángulo de la atención, utilizado en el mindfulness. A grosso modo, existen tres fenómenos en los que podemos centrar nuestra atención: pensamientos, emociones y sensaciones. La mayor parte del tiempo estamos centrados en nuestros pensamientos. Los pensamientos van desde una simple idea, a una sofisticada historia. Los pensamientos son información con una carga energética y otra somática o de sensaciones. La carga energética son las emociones que activan la acción del cuerpo. Por ejemplo se despierta la sensación física de hambre, pienso en una fruta, la encuentro y me la como. El pensamiento se disipa y la sensación también. En cambio, imagina que estoy a dieta. Tengo la sensación de hambre, pienso en comida pero no como. Cada vez pienso más en comida. No puedo parar de pensar en comida. Pero sigo sin comer. La comida se convierte en una obsesión. Cuando me doy permiso para comer, me desboco y como demasiado. Así es como fracasan muchas dietas restrictivas, generando apego justamente hacia aquello que queremos modular.

Algunos trastornos mentales como la depresión o la ansiedad se pueden entender como resultado de instalarse en ciertos tipos de pensamientos, emociones y estados físicos durante demasiado tiempo. Si realmente fuese así, bastaría con trabajar la atención de cierto modo para poder salir de estos estados. Pues eso es lo que justamente demuestra un estudio pionero en el que se han comparado los resultados de tratamientos de personas con desórdenes de ansiedad por una parte con fármacos, y por otra, a través de un programa de mindfulness de ocho semanas, es decir un entrenamiento práctico de la atención. El entrenamiento de la atención se está demostrando beneficioso no solo para desórdenes de ansiedad sino también para curarse y no recaer en trastornos depresivos.

Entrenar la atención se puede hacer de múltiples formas y no hace falta tener ningún trastorno mental para hacerlo. La clave para reequilibrar la mente es dejar de poner la atención en los pensamientos y llevarla a las sensaciones físicas: respiración, tacto, olor, ruidos, sabores… sea lo que sea que estás haciendo. Enfocar la atención en las sensaciones afloja el vigor de los pensamientos, con lo que cada vez resulta más fácil observarlos como meros objetos de la consciencia, y lo mismo ocurre con las emociones. Con la práctica uno aprende a calmar la mente, descubriendo en ella una aliada, con quién cabalgar con gracia los altibajos vitales.

Te puede interesar:

Encuéntrame en FacebookInstagram y Twitter.

Las palabras de Beyoncé

Queen Bey, la cantautora, productora, actriz, directora, diseñadora y empresaria afroamericana nacida en Houston, batió anoche el récord de grammys ganando un total de 32 gramófonos.

Al inicio de su discurso, claramente conmovida, dijo: Muchas gracias, estoy intentando no ser demasiado emocional, estoy intentando simplemente recibir…esta noche.

Beyoncé recibió mucho anoche. Recibió apreciación, recibió reconocimiento, recibió amor y recibió varios premios. Y en este sentido sus palabras tenían todo el sentido, ella intentaba recibir la noche, casi nada.

Beyoncé en la gala de anoche se esforzaba en recibir, por que al contrario de lo que pueda parecer recibir no es fácil. Lo constato cada en mi práctica de coaching, en mi misma, y en las personas que me rodean. No, nos cuesta conseguir, no nos cuesta luchar, no nos cuesta esforzarnos, no nos cuesta dar…Lo que más nos cuesta de todo es RECIBIR.

Mientras escribo estas líneas una amiga alemana viene a visitarnos este mediodía. Lo supe ayer noche, y mi primera reacción fue, oh vaya, es un poco complicado. Luego me relajé y pude abrirme al regalo de tenerla con nosotros el rato que sea, después del covid, después de años de no vernos, después de haber compartido mucho y dejado de hacerlo sin saber porqué.

Al igual que hoy la vida me regala esta visita, la vida cada día nos regala miles de cosas. Nos regala vitalidad para levantarnos, nos regala un techo, una sonrisa, una presencia, una inspiración, una oportunidad por pequeña que sea. Nos regala un aprendizaje. Nos regala un nuevo coraje. Nos regala un viejo amigo. La vida nos regala constantemente, la cuestión es: ¿somos capaces de recibir todo lo que la vida nos da en cada instante?

Lo contrario de recibir es la queja. Es fijarse en lo que falta, en el vaso medio vacío, en el defecto del otro, en todo lo que no me gusta en mi vida, en los errores del pasado o los temores del futuro. El no recibir se cocina en la mente crítica y se manifiesta con el cuerpo cerrado. En cambio el recibir nace en el corazón, se entrega con el gesto abierto y la mente callada.

Cuanto más recibas lo que gratuitamente se te da, más aumentará tu capacidad de recibir. Y lo contrario cuanto más te cierres con el resentimiento, la queja y la negatividad menos vas a recibir: Porque al que tiene (al que recibe), se le dará más, pero al que no tiene (al que no recibe), aun lo que tiene se le quitará. (Marcos 4:25).

Hoy te pregunto: ¿Como vas a recibir lo que la vida te da en este instante, en esta hora, en este día?

 

Te puede interesar:

Encuéntrame en FacebookInstagram y Twitter.

Resucitar

Julia sale de su espacio en el que trabaja de ilustradora freelance, para encontrarse con David, un amigo que hace tiempo que no ve. Se conocen desde que eran niños y reconectaron hace unos cinco años a raíz de un curso de desarrollo personal en el que coincidieron. Antes de salir, mira el whatsapp del móvil para ponerlo en modo avión y ve un mensaje de Inés que dice: madre ha muerto. Oh, responde Julia, Inés ha muerto? En su cabeza imagina que es la hija de Inés que está mandando mensajes a todos los contactos de su madre. Julia no lo puede creer. Inés, con quién colaboró en varios proyectos y por quien tiene un gran aprecio ha muerto… con tan solo cincuenta y pocos. ¿Cómo puede ser? Manda un mensaje de condolencia a la hija de Inés al otro lado del móvil y rompe a llorar.

Es hora de salir, sino quiere llegar tarde al encuentro. Por mucho que se esfuerza no logra concebir la muerte de Inés. Alguien tan vital, se dice… sabía que tenía algún problema de hígado pero nada tan importante. En el trayecto a pie va parándose por las esquinas para secar las lágrimas que salen a borbotones. Las calles parecen el decorado absurdo de una película en la que el director ha perdido el hilo. Sus pies la llevan a la cafetería de una tienda a kombucha y fermentados. Ahí está David, quien nada más verla se pone en pie y le pregunta con una sonrisa-¿Como estás? A lo que ella responde, -Estoy en shock. -¿Y eso? – Inés ha muerto, responde Julia -¿Cómo, qué dices, Inés, nuestra Inés? pregunta David – Sí, responde Julia compungida.

(Anemone123, PIXABAY)

David también conocía a Inés, habían colaborado en multitud de proyectos. Pasan la hora siguiente rememorando la vida de Inés, lo que aportó a sus vidas, sus dotes únicas de innovar, su capacidad de enrolar a personas en proyectos nuevos, su estado de ánimo siempre receptivo, su tono alegre. Sin duda, nuestro país es más pobre hoy sin Inés, sentencia David. La emoción ha cargado el encuentro en el que las vidas de ambos y sus mundanales vaivenes han quedado en un segundo lugar, frente a la inesperada pérdida. En el abrazo que se dan antes de irse es como si en cierta forma, también se despidieran de Inés.

Ya de camino a casa, Julia enciende de nuevo el móvil. El whatsapp dice, soy Inés, es mi madre quien ha muerto. Julia aprieta el botón de llamar, contesta Inés. – Oh, vaya Inés, siento lo de tu madre, por tus palabras creí que eras tú quien había muerto, el corazón de Julia se expande aliviado. – Me alegro que no fuera así, no te imaginas como he llorado…

Intercambian algunas palabras más y se despiden.  Julia respira aliviada a la vez que mira alrededor como preguntándose de quién ha sido esa broma de mal gusto. A los días de la experiencia, y como respuesta a ella a Julia le llegan varias preguntas: ¿Y si en realidad amara más a las personas de lo que ella cree? ¿Cómo sería dejar que el amor fluyera sin obstáculos? ¿Y si lo ocurrido fuera una invitación a expresar amor en cada encuentro, en cada momento, puesto que no sabemos cuánto tiempo nos queda?

 

Te puede interesar:

Encuéntrame en FacebookInstagram y Twitter.