La covid y tantas enfermedades se siguen cebando con muertes en todo el planeta. El martes pasado se suicidaba el padre de la víctima del kamikaze de la M-50. Mientras escribo este artículo dos personas de mi entorno cercano han muerto súbitamente contra pronóstico en pocos días de diferencia. El shock por estas muertes me llega en forma recordatorio de mi muerte y la de todas las personas que me rodean.
Desaparecemos. Llega el día en que no estamos. La tierra sigue girando como si nada mientras los vivos quedamos perplejos. Dicen que el ser humano no está preparado para entender la muerte. Sin embargo cuando esta nos toca, no nos queda más remedio que lidiar con ella. El proceso de duelo después de la pérdida de una persona querida se divide en dos grandes fases1:
DECONSTRUCCIÓN
En esta fase nuestra identidad de descompone frente a la pérdida. Transitamos de forma más o menos intensa un periodo de negación de la pérdida, confrontación de la misma, negociación y depresión. Al final de esta fase tocamos fondo.
RECONSTRUCCIÓN
En esta fase, viajamos desde el fondo de la máxima desolación, hacia un proceso de aceptación de la pérdida que reconfigura nuestra identidad y nos permite seguir adelante.
GESTIONAR EL SHOCK
Si hace poco has perdido a alguien cercano, tendrás el susto dentro. Cuando compartimos la vida con alguien nos amoldamos inconscientemente a esta persona y al desaparecer ella, nuestro cuerpo y almas se sienten desahuciadas. Si te encuentras en esta situación te invito a expresar lo que sientes, confusión, miedo, devastación,… durante los días que necesites. Hazlo con lágrimas, gritos, perdiéndote en el bosque, escribiendo o de cualquier otra forma. Si necesitas ayuda psicológica, acude a ella. En este sentido enfoques terapéuticos centrados en el cuerpo te pueden ser de gran ayuda.
Después del shock inicial, empieza una travesía en el desierto que puede durar de meses a años. Descubre en el próximo post porqué no puedes dejar de transitar este viaje.
(1) Adaptado de las cinco fases del duelo según Elisabeth Kübler-Ross
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A quién le importa la muerte de un viejo o vieja que chochea? Las plañideras están para algo mas que para dar quejidos y demostrar lo que verdaderamente sienten los «pobrecitos» que se quedan sin un incordio al que aguantar.
05 noviembre 2021 | 10:11 am
Las drogas deben se buenas porque los que se deprimen no las dejan hasta que se mueren.
05 noviembre 2021 | 10:17 am
Xq no siento nada de lo que dices cuando ocurre lo que escribes?
05 noviembre 2021 | 6:41 pm
Mi padre murió casi en mis brazos, después de un infarto. De eso me enteré luego, porque en principio no acepté que pudiera estar sin vida.
Era de noche, medianoche. Todo se cierra, se llena más de oscuridad el alma. El grito se ahoga en lágrimas. Después de su entierro me prometí no volver a llorar jamás. Una persona a la que queires jamás muere; eso no va con ella. Vive en el recuerdo, y es donde mejor se le tiene, recordándolo en los mejores momentos, sonriente. Estará vivo y en paz, feliz, al menos hasta que yo muera.
05 noviembre 2021 | 9:25 pm
Solo deberíamos llorar las pérdidas irracionales, las de gente que se va antes de lo debido. Sinceramente llorar la muerte de una persona de más de 80 años me parece un gasto innecesario de energía. Y muchas veces lloramos por gente por la que no hacíamos grandes esfuerzos por ver cuando estaba viva, otra incoherencia más.
09 noviembre 2021 | 7:57 pm