Sin previo aviso, el deseo llega al mayor órgano del cuerpo: tu piel. Te preguntas cuando será el instante propicio. No dices, ni haces nada. Tu cuerpo, conectado con el resto de cuerpos más de lo que nunca sabrás, lo hace por ti.
Transcurre el día y el deseo es tu sombra. Le susurra al amante y prende el suyo. Más pronto de lo que creías, os encontráis.
Sin agenda, entras en el juego de la piel. Dos ríos de cauce oscilante. El placer discurre salvaje hasta disolverte, hasta disolveros en el revuelto mar del orgasmo.
No hay rastro de aquello que crees que eres. Los poros de tu piel bajaron sus defensas y ya no son tu frontera. Vacío y permeable estás en todas partes. Permaneces un instante en ese estado de consciencia. Sin saberlo, acaricias la iluminación, rozas a Dios.
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Y si deseo ser caricia de tu piel leyéndote, y ser en tu mar la sal de tu deseo, siéntete bien, disfruta, gózate contigo misma sobre la arena desnuda de prejuicios, ameno Paraíso, porque por bien tengo el placer en ser ajeno, me reconforta y me despierta más amor y dulzura hacia quien se disfruta y se gusta en el simple goce de placer sin prejuicio.
10 julio 2021 | 4:20 pm
después del 1º, 2º o tercero?
11 julio 2021 | 4:21 pm
Y si deseo ser caricia de tu piel leyéndote, y ser en tu mar la sal de tu deseo… TAN VIEJO ERES? XDDDDDDDDDDDD
11 julio 2021 | 4:24 pm