El miedo a contagiar a nuestros mayores estas Navidades está presente en muchos de nosotros. Las familias con niños o adolescentes estamos más expuestas al virus por la escuela, las extraescolares, el parque…
El riesgo de contagio es real. No sólo en Navidad, sino en cualquier momento. Todo tiene un riesgo. La soledad tiene un riesgo. Ponerse hasta arriba de comer tiene un riesgo. Amar a corazón abierto tiene un riesgo. Los entornos libres de riesgos son de otros planetas. Hasta los vampiros que son inmortales son vulnerables. Y al igual que ellos, es precisamente nuestra vulnerabilidad lo que nos humaniza.
No te engañes. ¿A ti qué te mueve? ¿Detestas las Navidades y el Covid-19 es la excusa perfecta para saltártelas? ¿No te sientes capaz de cargar la culpa de ser fuente de contagio? ¿O eres tú el que no te quieres contagiar? Acepta tus motivos sin juzgarte. Examina tu miedo y sentimiento de culpa ante un posible contagio a tus seres queridos. Si puedes asumir estos sentimientos, sin negarlos, ni dejarte llevar por ellos, estarás preparado para la conversación sobre qué riesgos asumir con tu familia.
Cuando abras este melón, ten cuidado de no infantilizar a tus mayores. Es decir, decidir tú por ellos. La tentación es grande, porque claro, nosotros “sabemos” mejor que ellos lo que les conviene. Haz todo lo contrario y pregúntales qué Navidades quieren celebrar. Solo ellos pueden decidir si asumir el riesgo o no. ¡Y ojo! si eres una persona mayor, la decisión está en tus manos.
Decidas lo que decidas, recuerda que la vida no es un problema a resolver, y la Navidad tampoco.
Escribiendo estas cosas no potencias nada,
06 diciembre 2020 | 7:07 pm
La verdad es muy dificil no estar con tus abuelos de la manera que deseas por el covid
08 diciembre 2020 | 12:12 pm