Es lo que tiene llevar en portada la noticia del día en todo el mundo: que te puedes permitir descuidar ligeramente el diseño. Los confeccionadores de Granma, el periódico oficial del régimen castrista, no han necesitado devanarse los sesos para que su revolucionaria portada sea la más vista desde La Patagonia hasta Vladivostok. No importan ni sus cuatro imponentes columnas como cuatro muros de hormigón, su desprecio por los recursos tipográficos (ladillos, sumarios, etc) con los que habitualmente los diseñadores tratamos de invitar a la lectura, o la brutal terapia de adelgazamiento a la que han sometido al titular. Cuando tienes semejante exclusiva todas esas cosas quedan relegadas a un plano secundario, por no decir cuaternario.

Aparte de todo esto, lo más chocante de esta histórica portada es el cuerpo de texto, anormalmente grande cuando se trata de transcribir los mensajes del comandante. Si a Castro no le hubieran fallado las fuerzas habría necesitado un cuerpo de letra mucho, pero que mucho más pequeño del que ha utilizado para contar que se va para Barranquilla.

D. Velasco

Pd. Gracias, Ilde.