Entradas etiquetadas como ‘Salón de Otoño’

Mi talla, por San Valentín, en el salón de mi casa

Este ha sido el mejor regalo de mi chica (awestley.com) para celebrar el Día de los Enamorados. Me ha concedido el honor de que mi última talla («Quema de libros por la Inquisición») se codee temporalmente con sus óleos, junto a la tele, en el salón de casa.  No es poca cosa. Aun con sus defectos (disimulados con la lija), estoy orgulloso de mi obra de jubilado inspirada en Juan de Juni.

Mil última talla, en el salón de mi casa. Nada menos. Las anteriores siguen en el sótano.

El óleo «Encrucijada» (sobre mi talla) fue catalogado en el Salón de Otoño de la AEPE.

La comencé en tallasmadera.com antes de la pandemia del Covid. Algunos colegas escultores pensaron, seguramente con razón, que estaba loco. Incluso mi gran maestra, Sandra Krysiak, tuvo dudas razonables de que pudiera acabarla algún día. No saben lo cabezón que soy cuando decido iniciar algún proyecto por loco que parezca. Basta con repasar mi libro de memorias («La prensa libre no fue un regalo») para conocer lo pertinaz que soy. No sabía que era… imposible. Varias veces perdí los dedos de algunos inquisidores y los pegué con cola blanca. Ni se nota. «Tengo mis huesos hechos…» al fracaso. A mi provecta, estoy bastante curado de espanto. Por eso, el curso pasado retomé la talla, inspirada en una que me impresionó, en un viaje inolvidable, en el Museo de León.

Lijando la «Quema de libros»

Un poco de tinte para disimular fallos…

Así dejé mi talla cuando me contagié del Covid.

Estoy muy agradecido a mi maestra por su enseñanzas… y por su paciencia conmigo. Gracias a su magisterio la AEPE seleccionó y catalogó la primera obra que presenté al Salón de Otoño del 2023. Y celebro haber elegido madera de cerezo, bastante noble, para la Quema de libros.

Con el obispo del inmenso Sur de Madrid

Ayer pasé la tarde con don Ginés García Beltrán, obispo de mi pueblo (Villanueva de la Cañada) y también de Getafe, Móstoles, Alcorcón, Boadilla, etc. Mi paisano Don Ginés es el jefe de sexta diócesis más poblada de España (1,7 millones), después de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao. O sea: la del inmenso Sur de Madrid, con catedral en Getafe.

Calle Madrid de Getafe.

Hacía tiempo que no paseaba yo por la espléndida Calle Madrid. La Expo de pintura de mi chica, por haber obtenido el premio Ciudad de Getafe en el Salón de Otoño del Retiro de la AEPE, me ha brindado esta oportunidad. También la de presumir por haber hecho una buena boda hace más de medio siglo.

El obispo don Ginés y Luis Domínguez, concejal de Cultura, con mi esposa y mi nieto Leo, junto al cuadro premiado.

Tras dejar la corresponsalía del New York Times en España, Ana Westley se dedicó a escribir con pinceles y yo, a presumir de ella. Esta nota sobre su Expo es una prueba irrefutable de lo que digo. Ayer me enteré de que don Ginés ha sido también párroco de Mojacar (Almería) mi otro pueblo donde pasé buena parte de mi infancia y adolescencia.

Con mi burro iba a misa y a por agua potable a Mojacar.

Desde mi casa en La Rumina, más de una vez subí hasta su parroquia en burro. Y a cargar mis cuatro cántaros de agua en la fuente árabe de Mojacar.

Loa astronautas ven dos cosas desde el espacio: la muralla china y el mar de plásticos de Almería.

Dos óleos  de Ana Westley llamaron la atención de nuestro obispo: «Mar de Plástico» de Níjar (Almería) y Calipso, en su playa favorita de Terreros (Almería).

La playa del Calipso (Mar Serena, en Terreros) es la favorita de los turistas de Huércal Overa (Almería), el pueblo del obispo.

Mi nieto Leo se portó muy bien, aunque acabó rendido en medio de la sala.

Leo explica un cuadro de su abuela al obispo y a mí.

 

Leo aguantó bien la visita a la Expo hasta que cayó rendido .

Nos despedimos del obispo frente al óleo «Pandemia», que ha marcado nuestra vida en año y medio: un banco no frecuentado por nadie, durante el largo confinamiento, junto nuestra casa de Villanueva de la Cañada (Madrid), una de sus parroquias.

«Pandemia», representada por un banco no frecuentado por nadie durante el confinamiento.

Nuestro hijo Erik  y nuestro paisano Antonio Cantón, junto al óleo premiado («Marea Baja»), no faltaron a la cita en Ramón y Cajal, 22 (Getafe).