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El creador del CNI impulsó la legalización del PCE

Hoy se cumplen 47 años de la legalización del Partido Comunista de España. Algunos almerienses lo hemos celebrado con el teniente general Andrés Cassinello, creador del SECED (luego CNI), ya que nuestro paisano impulsó dicha legalización con un documento histórico que entregó al presidente Adolfo Suárez el 6 de abril de 1977. Cassinello despachaba cada día, a las 9 de la mañana, con Suárez.

Contra cubierta del libro de memorias del teniente general Cassinello.

Cubierta del libro de Andrés Cassinello donde revela su documento para legalizar al PCE.

Anexo 1. Posibles ventajas de la legalización del PCE. Pag 264

Anexo 1. Pag 265

Anexo II. Ventajas que se derivarían de su no legalización. Pag. 266

Ernesto Villar, en»Los espías de Suárez», descubrió en 2016 el papel de Cassinello en favor de la legalización del PCE. Pag. 259

Mi paisano Andrés Cassinello, autor del Prólogo de mis memorias «La prensa libre no fue un regalo», fue valiente y coherente al proponer la legalización del Partido Comunista en aquellos momentos de turbación, tras el asesinato de los abogados de Atocha por pistoleros de la extrema derecha en enero de ese año. El entierro multitudinario de los laboralistas asesinados, profundamente silencioso y pacífico, fue una lección impresionante de los comunistas españoles que renunciaron a la violencia. Merecieron poder salir de la clandestinidad y competir legalmente en las primeras elecciones libres del 15J de 1977.

Andrés Cassinello asumió ciertos costes al defender su posición. Un grupo de militares compañeros de su promoción, contrarios a la legalización del PCE, quisieron acusarle ante un Tribunal de Honor. El entonces coronel Cassinello convocó a sus colegas a una cena en la Escuela de Estado Mayor. Aquella cena fue mano de santo y diluyó la idea que tenían de llevarle ante un Tribunal de Honor.

Con el teniente general Cassinello, poco antes de que hoy soplara la vela de su 97 cumpleaños.

De paso, hemos brindado por los 97 años que Andrés cumplirá el próximo 18 de abril y por los 94 años que Pepe Siles Artés ha cumplido el pasado 2 de abril.

Pepe Siles también sopló la vela de su 94 cumpleaños.

Triple fiesta que los transterrados de Almería a Madrid hemos disfrutado, como diría Giner de los Ríos, con el «santo sacramento de la conversación».

Los cinco almerienses en el restaurante El Marqués, donde tenemos fijada nuestra tradicional tertulia. Los jóvenes Antonio Abad y Antonio Cantón bajan la media de edad del grupo.

El menú del día de El Marqués se ha convertido hoy en un banquete espléndido. ¡Feliz cumpleaños, queridos Andrés y Pepe! Y gracias por el país en paz que habéis construido para las generaciones venideras, uniendo los viejos bandos que dividieron España.

 

«¿Preparados para el tsunami?», de mi hijo Erik, el 19 de diciembre en Movistar

Anotadlo en vuestro calendario. ¿Preparados para el Tsunami? El martes, 19 de diciembre, a las 23:00h., en Movistar.  Yo he tenido el privilegio de ver el bruto que ha dirigido y presentado mi hijo Erik Martínez Westley y me ha encantado.

Movistar+ ya tiene fecha de estreno para el documental ¿Preparados para el Tsunami? El viernes 15 de febrero tienen una proyección en Barcelona en el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) con panel de expertos.

Se trata de una co-producción con RTVE y RTP, las televisiones públicas de España y Portugal, que continúa una serie documental anterior con PBS, la televisión pública de Estados Unidos. Han rodado en Hawái, California, Huelva, Cádiz, Lisboa, Sagres, Madrid, Vilanova y Barcelona.
No os lo perdáis.
Sinopsis
Muchas personas desconocen que la Península Ibérica tiene uno de los mayores riesgos de un mega-terremoto y tsunami en todo el Océano Atlántico. En los últimos 9.000 años el Golfo de Cádiz ha experimentado entre 9 y 14 tsunamis. El último, en 1755, conocido como El gran terremoto de Lisboa, cambió la historia de Europa. ¿Qué pasará cuando llegue el próximo tsunami? ¿Qué evidencias tenemos y cómo nos podemos preparar?
No somos únicos. Otros lugares, como Hawaii, viven con circunstancias similares. Si compartimos los riesgos, ¿por qué no compartir las soluciones?
¿Preparados para el Tsunami? es un documental de ciencia, tecnología y medidas de seguridad de una hora que explica qué causa estos terremotos y tsunamis, destapa nueva evidencia histórica sobre la recurrencia con la que suceden, da a conocer las medidas de prevención y explora las innovaciones que nos pueden mantener seguros. Planteamos los riesgos con ciencia e historia, con hechos, y ofrecemos soluciones con consejos prácticos y nuevas tecnologías. Averigua cómo en ¿Preparados para el Tsunami?

Anuncio de Movistar para su estreno el martes 19 de diciembre en prime time.

Texto del anuncio de «¿Preparados para el tsunami? de Movistar

Uno de esos submarinistas que miden los movimientos del agua en el fondo del mar es mi hijo Erik.

The Whistle, serie de 4 documentales sobre terremotos en California dirigida y presentada por Erik, que la PBS de Los Ángeles sigue reponiendo en prime time.

Mi hijo Erik, actuando como coronel Westley (su abuelo materno) en la serie Plutonio, sobre las bombas atómicas caídas en Palomares (Almería), dirigida por Álvaro Ron.

Grandes artistas y un espléndido chef en Santa Fe (NM)

Ayer fue un día de nuevas emociones. Eva Bovenzi  (pintora) y John (músico) nos visitaron en Santa Fe (NM). Lo celebramos en el famoso restaurante Tesuque Village Market donde un gran chef (nuestro hijo David) cocinó para nosotros… y para otro centenar de clientes.

Con Eva Bovenzi y John en Tesuque Village Market, Santa Fe NM

Eva Bovenzi y Ana Westley fueron compañeras de cuarto (con 18 años) estudiando Literatura en la Universidad (Kalamazoo College, Michigan) y John es un gran músico jubilado.  Luego, Eva fue a Bellas Artes y hoy es una pintora famosa. Mi chica optó por el periodismo (New York Times, Wall Street Journal, etc.) y, al jubilarse, por la pintura. Nos juntamos con ellos aquí, en Madrid, en California o en León (incluso en Mojacar, Almería) y nunca faltan las risas y los recuerdos entrañables.

Eva y Eva cuentan las historias de sus amigos comunes de juventud…

 

Mi hijo David MW, que nos llevó a Los Álamos, (donde crearon la bomba atómica) cocinó anoche para nosotros.

Hace unos 10 años, mi hijo David cambió su carrera de pintor (como su madre) por la de cocinero y hoy es un chef espléndido en el popular restaurante Tesuque Village Market, cerca de la Ópera de Santa Fe (NM).

Este fue el «burrito» ilustrado que cocinó (casi pintó) para mi.

Y estos fueron los tacos que David preparó para mi amigo John

¿Es o no es mi niño un gran chef en la cocina?

Los cuatro, después de una espléndida cena.

Mi niño no nos dejó pagar la cena. Gracias, David. Yo sabía lo bueno que era en la cocina en nuestras respectivas casas, pero nunca le había visto en acción, como un chef profesional, dominando la escena en un restaurante repleto de clientes. Comprenderéis que publico todo esto en mi blog solo para presumir de él. Estoy muy orgullosos de su arte como cocinero de lujo y como pintor. Ojalá se decidan pronto a instalarse con su esposa Chaz y su hija Ana Isabel en Madrid, cerca de nosotros. Me encantaría ver crecer a mi nieta Ana Isabel en España. Santa Fe es una ciudad magnífica, pero está muy lejos de nuestra casa.

Con Walter Robinson en el restaurante del Museo Internacional de Arte Popular de Santa Fe.

Eva y John nos invitaron hoy a comer con Walter Robinson, amigo de la infancia de nuestro querido Dwight Porter, compañero de Ana en la prensa extrajera en Madrid. El mundo es verdaderamente un pañuelo.  Resulta que Walter es un famoso escultor … ¡en madera! Naturalmente, presumido como soy, no pude evitar contarle mis progresos en tallasmadera.com.

Mi talla de fin de curso: «Quema de libros de un hereje» en madera de cerezo. Estar sin lijar, sin tapaporos y sin cera.

Y le mostré mi obra de fin de curso (Quema de libros de un hereje, inspirada en la de Juan de Juni del Museo de León.  ¿Os podéis creer que fue Eva quien me hizo la foto con la obra del gran Juan de Juni en León en septiembre de 2019?.

Becario admirando la obra del gran Juan de Juni en el Museo de León en sept. de 2019.

Eva  y Ana conservan las fotos de nuestro viaje a León, en 2019, antes de la pandemia.

John, Eva y un servidor ante la catedral de León en 1919.

Mañana vuelven nuestros amigos a Colorado. Nuestra próxima cita es en Segovia…

 

A moro/Feijóo muerto, gran lanzada

Ni cuatro días han pasado desde que la mayoría de los españoles quitaron a Feijóo la posibilidad de gobernar España y ya le crecen los enanos de su circo. Mientras se repone de las heridas que le ha causado su victoria amarga, dos líderes de peso en el PP (Ayuso y Moreno) piden paso y le muestran el camino de vuelta a Galicia. ¡Qué prisas! ¿Tan pronto?

El gran Peridis en El País de hoy

Los jóvenes presidentes de Madrid y Andalucía (adornados ambos con mayoría absoluta sin VOX) han iniciado públicamente un debate de fondo sobre el futuro del Partido Popular. Ayuso, asistida por Miguel Ángel Rodríguez (MAR), la mano negra de Aznar, apunta hacia la extrema derecha. Moreno ha tomado ya el camino sin retorno hacia el centro derecha.

Ayuso nunca disimuló su querencia por el trumpismo y la extrema derecha

Juanma Moreno quiere seguir caminando hacia el centro derecha alejándose de la extrema derecha. Su intervención pública del jueves contra el ideario machista, homófobo, xenófobo y reaccionario de VOX ha dejado una huella profunda en la parte moderada del PP. Incluso en parte del PSOE.

Me gustó el discurso de Moreno contra el ideario de VOX.

En cambio, Isabel Díaz Ayuso, empujada por su antigua jefa, Esperanza Aguirre, una marquesa reaccionaria disfrazada de liberal, mantiene que el Partido Popular debe acercarse a VOX y negociar un acuerdo PP/VOX para reagrupar (como hizo Aznar) a toda la derecha (moderada y extrema) de cara a próximas elecciones. Ambas posturas tienen sus pros y sus contras y no sabemos quién triunfará tras la caída en desgracia de Feijóo.

Los chistes sobre el futuro de Feijóo inundan las redes

El ex líder gallego solo puede sumar a VOX para un imposible Gobierno Drácula y únicamente podría gobernar si consigue comprar votos trásfugas del probable Gobierno Frankenstein. Así fue como la perdedora Esperanza Aguirre llegó a gobernar Madrid, con los votos de los dos falsos socialistas del Tamayazo. Claro que la caja B de Barcenas ya no da para tanto.

 

Ayuso no suele disimular sus ganas de llegar a La Moncloa.

La revista conservadora The Economist apuesta por el centrismo en España. Los demócratas europeos respiraron aliviados, como yo, al conocer el crecimiento del centro (PP y PSOE) y la caída de los extremos.

Mi admirada Berna en El País de hoy

Los siete errores que siempre lastrarán a Feijóo

El líder del Partido Popular ha cometido desaciertos que pueden lastrar su futuro si aspira a presidir un país y no un partido

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Feijóo: ‘‘Acabo de recibir un mandato de intentar conformar una mayoría estable”

Feijóo: ‘‘Acabo de recibir un mandato de intentar conformar una mayoría estable”

Alberto Núñez Feijóo, durante un acto de campaña en Valencia.Foto: MONICA TORRES | Vídeo: EPV

Hay errores que se olvidan y se corrigen y otros que se recordarán para siempre. Feijóo ha cometido algunos que pueden lastrar su futuro si aspira a presidir un país y no un partido.

1. El PP pactaba con Vox mientras renegaba de Vox. Y renegaba de Sánchez mientras le pedía pactar. El matrimonio con una ultraderecha que excluye a media España de su ecuación de poder no se olvidará nunca. Y el intento posterior de distanciarse de ella como si no la conociera, tampoco.

2. La arrogancia y persistencia en la mentira que exhibió ante una periodista de RTVE que solo estaba haciendo su trabajo no casa bien con el respeto a la libertad de expresión que se supone a los dirigentes democráticos y también quedará para los anales. La negativa a acudir al último debate, también.

3. El machismo que mostró al referirse al aspecto de Yolanda Díaz por su maquillaje le puso a la altura de su lugarteniente, Esteban González Pons, y del representante de Vox, que tuteaban y llamaban por su nombre de pila a la ministra Morant mientras ella se dirigía a ellos con más educación. Los tiempos, por fortuna, han cambiado.

4. La inconcreción a la hora de explicar su relación con el narcotraficante Marcial Dorado y las pésimas excusas —”entonces no había internet”— también le pasarán factura.

5. Los bulos sobre una mano negra en Correos y las dudas sobre el funcionamiento de las instituciones del Estado también nos recordarán siempre las excusas de Donald Trump para victimizarse ante una posible derrota. La culpa no está en los demás.

6. Feijóo pudo ganar el debate a dos ante Pedro Sánchez, pero la ametralladora cargada de medias verdades e inexactitudes no le hizo ganar en altura. Centrar la campaña en las supuestas mentiras del contrario mientras él lanzaba las suyas propias también pasará a la historia como ejemplo de lo que no hay que hacer.

Y 7. El lema que parecía infalible, la derogación del sanchismo como territorio de maldades y manipulación, se convirtió en un bumerán cuando el susodicho, el sanchismo, aprendió a utilizarlo a su favor. La rabia de ese eslogan movilizó a los socialistas hasta el punto de hacer suyo incluso el insulto más usado: perro sanxe. El presidente abrazó la canción de Rigoberta Bandini (“yo nací para ser perra… pero no quiero llevar nunca el bozal… porque nadie me puede prohibir ladrar”) y sus seguidores pudieron bailarlo a rabiar en la noche electoral. Se estudiará en la historia electoral.

Todos los líderes cometen en errores. En la talla de su liderazgo estará corregirlos, especialmente si quieren ganar.

SOBRE LA FIRMA

Berna González Harbour

Escribe en Cultura, es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’, además de responsable de la newsletter EL PAÍS de la mañana. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora al frente de varias secciones. Premio Dashiell Hammett por ‘El sueño de la razón’, su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

 

 

Me puse a vender libros en el Paseo

Con catorce años, en 1961, y con varios amigos de Acción Católica, algo que competía con las congregaciones de La Salle, organizamos una Feria del Libro en el Paseo de Almería, frente a Correos. Me dijeron que era la primera Feria del Libro autorizada desde la guerra civil. Ningún dictador es amigo de los libros. Prefieren quemarlos. Hoy lo recuerdo en el diario La Voz de Almería y en este blog de 20 minutos.es. Y mi último libro: «La prensa libre no fue un regalo.

Almería, quién te viera…(26), Publicado hoy en La Voz de Almería

Con Miquel Iceta, ministro de Cultura, en la caseta 67 de Marcial Pons en la Feria del Libro y mi libro «La prensa libre no fue un regalo». Al fondo, Juan Eslava Galán.

Almería, quién te viera… (26)

Me puse a vender libros en el Paseo

 J.A. Martínez Soler

Con catorce años, en 1961, y con varios amigos de Acción Católica, algo que competía con las congregaciones de La Salle, organizamos una Feria del Libro en el Paseo de Almería, frente a Correos. Me dijeron que era la primera Feria del Libro autorizada desde la guerra civil. Ningún dictador es amigo de los libros. Prefieren quemarlos.

La mayoría de las obras en venta eran clásicas, como El Quijote, o religiosas, como “Imitación de Cristo” que solo los de mi edad recordarán como el “Kempis”. Nos dio mucho trabajo hacer las listas de las aportaciones de cada editorial y las cuentas para devolver libros invendidos y el dinero cobrado por los vendidos. Al final, nos cuadraron las cuentas. Los libreros nos fiaban porque íbamos avalados por el padre Juan López Martín que llegó a canónigo.

Los de la JOC (Juventudes Obreras Católicas, que yo veia como un nido de ”rojos”) aportaron un par de cajas de libritos pequeños, muy baratos y pobremente editados. Decían que eran “la bomba”. Yo me compré algunos que, amarillentos, aún conservo. No estaban en el Índice de la Iglesia, por el momento, pero me consta que no eran muy bien vistos por la jerarquía católica ni por la policía política de Franco (la “brigada político-social”) que llamaban “la social”.

Algunos libritos tenían la palabra “socialismo” en la portada. “Para clientes de confianza”, nos dijo uno de los primeros curas obreros que yo conocí entonces. Nos recomendaron que guardáramos algunos de ellos debajo del mostrador que habíamos improvisado con tablas y borriquetas prestadas. Iban contra la pobreza y el hambre en el mundo. Mezclaban cristianismo y socialismo. ¡Ay, si me llegan a ver mis frailes con aquellos libros! En La Salle, el colegio que fue cárcel, los maestros nos decían que eran panfletos comunistas. No eran muy amigos de los matices.

Como uno más de los organizadores temerarios, mi primera Feria del Libro en el Paseo de Almería fue toda una experiencia enriquecedora. Por distintas razones, mi última Feria del Libro, en el Retiro de Madrid, donde acabo de presentar mi nuevo libro “La prensa libre no fue un regalo” también ha estado cargada de emociones. En la caseta de Marcial Pons, que he compartido con el gran Eslava Galán, tuve cola de amigos y colegas de Cambio 16, Doblón, TVE, El Sol, El País, 20 minutos, etc., a quienes no había visto en muchos años.

 ¿Cómo se escribe Voltaire?

Aún me gusta leer. De todo. Recojo papeles de la calle y leo lo que ponen. Debo mi afición a la lectura, en primer lugar, a mi padre. Fue un gran lector, pese a no haber tenido estudios ni siquiera de enseñanza primaria. Su madre, cosa rara en una criada de la época, le enseñó muy pronto a leer. También debo agradecer esta afición, que tanto placer me ha dado, a la Señora, doña Serafina Cortés, viuda de Cassinello. Me pasó libros infantiles y juveniles de sus nietos, algunos sin estrenar. Mi madre apenas sabía leer y escribir, y lo lamentaba, pero percibía que la lectura era buena para sacar provecho a la vida. Mi padre nos presionaba para que leyéramos más. Nos decía a mi hermana Isabel y a mí que “es difícil engañar a un pueblo que lee”. Quizás por eso la maestra Isabel Martínez Soler dedicó su vida a promover la lectura entre los niños y niñas de Almería. La biblioteca del CEP (Centro de Profesores) lleva su nombre.

En el capítulo de agradecimientos, tengo que destacar el papel decisivo que tuvo el hermano Rufino, un sabio botánico de La Salle, que me enseñó a amar la Naturaleza y a asombrarme con el estudio de los seres vivos, ya fueran dinosaurios o mosquitos. Me inclinaba hacia las ciencias. Pero hubo otro maestro, el hermano Amado de María, que me empujó hacia las letras. Era un sevillano de finísimo humor y gran declamador de poemas. Él fue quien, en el momento oportuno, me incitó a amar la Literatura. Gracias a él aprendí de memoria un montón de versos, algunos de los cuales no podría borrar de mi mente, aunque quisiera. Están grabados en mi disco duro.

Con no poco esfuerzo, conseguí olvidar casi todo el “poema del alma” de Meléndez Valdés dedicado “A Dorila”. Lo memoricé con doce o trece años. Esta estrofa, poco recomendable para un niño, no consigo eliminarla de mi mente: “La vejez luego viene/ del amor enemiga/ y entre fúnebres sombras/ la muerte se avecina.”

Ya digo que, por unas razones o por otras, la muerte estaba muy presente en la educación que recibíamos en La Salle. Ahora veo el porqué. Nada como el miedo a la muerte para captar feligreses. Herman Melville, otro cervantino, lo tenía muy claro en su Moby Dick: “La Fe, al igual que el chacal, halla su alimento entre las tumbas”.

 Yo sabía que Benito Pérez Galdós, por ejemplo, favorito de mi abuela Dolores, estaba muy mal visto por mis frailes. Le despreciaban y le llamaban “garbancero”. Nunca supe por qué. Me dijeron que algunos de sus libros (no los “Episodios Nacionales”) merecían estar en el “Índice”.

Para los jóvenes que no lo sepan, el “Índice” era entonces la lista de libros prohibidos por la Iglesia Católica cuya lectura te ponía en pecado mortal. Si te morías así, sin confesar, ibas directo al Infierno. No saben muy bien los Hermanos de las Escuelas Cristianas, incluido Amado de María, el favor que nos hicieron dándonos esa pista del “Índice”. Bastaba con que citaran una obra o un autor de esa lista negra, prohibida por pecaminosa, (“¿Cómo ha dicho, hermano, que se escribe Voltaire?”), para que lo anotáramos abierta o subrepticiamente y lo buscáramos en la Biblioteca Villaespesa que estaba en el Paseo.

Casi nunca es cierto que cualquier tiempo pasado fue mejor. Lo vemos así porque en el pasado éramos mas jóvenes y fuertes y teníamos la vida por delante. Pasear por la Feria del Libro en el Parque del Retiro de Madrid me ha dado un ataque de nostalgia (“La sonrisa al trasluz”, según Gómez de la Serna) porque me ha trasladado a un pasado juvenil al que le tengo cariño. Me ha recordado la primera Feria del Libro en la que participé con unos amigos, y con apenas unos cientos de ejemplares, en el Paseo de Almería.

En el Retiro exponen hoy más de 400 libreros con muchos miles de ejemplares y allí acuden líderes de toda clase y condición. Mientras firmaba mis últimos ejemplares disponibles esa tarde, se me acercó Miquel Iceta, ministro de Cultura, y celebró el título de mi ultimo libro. “Muy acertado”, me dijo.  Le repliqué que lo escribí para mis hijos y nietos que están creciendo en libertad y apenas la valoran. Le añadí:  «La libertad, ministro, es como el oxígeno. La valoras mucho más cuando te falta y, por eso, creo que este libro puede ser un buen regalo para la lectura veraniega de hijos y nietos que, a veces, piensan que la democracia fue un regalo y que no corre peligro”.

El ministro me dio la razón, pero no me compró el libro. Con este título no me pareció apropiado regalárselo.  Otra vez será.

Con Juan Eslava Galán, Pedro Pons y mi hijo Erik, en la caseta de Marcial Pons en la Feria del Libro de Madrid.

Con mi nieto Leo y los dos últimos ejemplares en la Feria del Libro

Cubierta de mi último libro

 

Lavapies: Del teatro a la plaza

Nuestro amigo Matthew I. Feinberg acaba de publicar un estudio innovador y sorprendente. «From the Theater to the Plaza». (Espectáculo, protesta y espacio urbano en el Madrid del siglo XXI). A partir del teatro y el espacio físico de Lavapies ha investigado, desde casi todos los ángulos posibles, las relaciones entre el arte y su entorno. Nos describe y explica cómo Lavapies -«diverso, multicultural y uno de los barrios más icónicos de Madrid- ha emergido como un lugar de movimientos de resistencia y de florecimiento cultural».

Cubierta del libro de Matthew Feinberg. «Del teatro a la plaza»

Durante varios cursos he asistido a mis clases de tallasmadera.com en el corazón de Lavapies, un sótano mágico de la calle de la Primavera, 9, que va desde la Calle de la Esperanza hasta la calle de la Fe. Imposible encontrar nombres tan profundos y socorridos para las calles de un barrio multicultural y mestizo como Lavapies. El taller del escultor Pablo Redondo (Odnoder), que nos cobijaba, está detrás de la plaza que tantas veces me recordaba barrios de Manhattan, la capital del mundo, cuando yo era corresponsal de RTVE  en Estados Unidos.

Taller de tallasmadera.com en el corazón de Lavapies

Allí empecé a conocer, saborear y amar Lavapies. He recorrido sus calles con mi amigo Matt, subyugado por la riqueza cultural, artística, gastronómica y racial del barrio. No pude imaginar que sus observaciones, siempre agudas e innovadoras, dieran como fruto esta obra tan singular y tan necesaria para comprender lo que está pasando en las ciudades contemporáneas super gentrificadas, ante nuestras propias narices.

Contra cubierta del libro de Matt Feinberg

Para quienes quieran entender los cambios operados en nuestras ciudades en las ultimas décadas, desde la crisis económica del 2008 y los movimientos de protesta anti austeridad del 15-M-2011, este libro («From the Theater to the Plaza») puede iluminarles zonas oscuras de gran valor (arte, creatividad, convivencia multicultural,  mezcla racial, espacio físico, poderes locales, gastronomía local y global, espectáculo, etc) que apenas notamos a nuestro alrededor y que afectan a nuestra vida cotidiana.

Enhorabuena, Matt. Y gracias por fijar tu lupa académica y tu amor a España en un barrio como Lavapies. Abres un camino muy rico para los investigadores que han de seguir tus pasos.

Con Matt Feinberg (derecha) y Christopher Magnus de sobremesa en mi casa.

 

El sábado 4-J por la tarde, a la Feria del Libro (caseta 67)

Ya he visto mi libro (LA PRENSA LIBRE NO FUE UN REGALO) y lo he tocado. ¡Qué emoción! Concebido durante el confinamiento por la pandemia del COVID, ha tenido un parto feliz. Soy un hombre con suerte ya que el papel para imprimir libros, por la guerra de Putin y la crisis del COVID, es hoy muy escaso y caro. Mañana estará en las librerías y el sábado 4 de Junio (y no el 11) lo presentaremos al público de la Feria del Libro de Madrid, en la  caseta 67 (de Marcial Pons) de 19.00 a 21.00 horas. Allí me encontraréis para repartir firmas y abrazos, si se tercia.

Hace unos días anuncié precipitadamente en las redes la salida de mi libro con un video muy profesional, producido por Goat Knight. Al escribir el rótulo, cometí una errata imperdonable en el apellido de mi chica (awestley.com), Después de convivir con ella  53 años casado por la iglesia y 1 en pecado, ¿cómo es posible que cometiera yo esa errata?. Lo siento. Los de Goat Knight me lo han arreglado, con primor, antes de que ella se enterara. Por eso, copio y pego aquí el video bueno que ya he puesto en mi canal de youtube y que pasaré a mis amigos por whatsapp. Desde luego, como decimos en mi hermoso oficio, «las erratas son las últimas que abandonan el barco».

Ahí va el enlace al video de presentación del libro de un minuto y pico.

https://www.youtube.com/watch?v=64r1qNI-HZ8

Si te interesa, por favor, ¡pásalo! Gracias, amiga o amigo.

Estoy tan contento por la primera crítica recibida hoy nada menos de que mi comadre, y enorme periodista, Ana Cañil, que voy a copiar y pegar el tweet que ha publicado tras recibir el libro. Quien lea el libro comprobará lo presumido que soy. Por algo, Manuel Saco, mi hermano por adopción, ha pulido mis borradores y ha desinflado mi vanidad a límites que espero sean soportables por el lector comprensivo y benevolente. Por algo, digo yo,  el narciso es mi flor favorita.

 

Mi comadre Ana Cañil celebra mi libro

Naturalmente, he corrido a darle las gracias.

Mi comadre no es objetiva, pero ¡gracias!

También la Asociación de la Prensa de Almería me anima en las redes. Gracias.

Mis paisanos de la prensa me animan.

Esta es la portada del libro

Esta es la información que Marcial Pons, una editorial boutique de muchas campanillas, ha distribuido sobre mi libro de memorias profesionales (y algunas personales)

De apedrear gatos a dormir con ellos

De niño, solíamos lanzar piedras a los gatos que abundaban por las calles, los solares abandonados y los terrados de las casas. Darle una pedrada a uno de ellos, a ser posible en la cabeza, merecía el aplauso de los demás. Me horroriza recordarlo y reconocerlo. Ahora duermo con mis gatos. Hoy lo publico en La Voz de Almería y en este blog.

Almería, quién te viera… (22)

De apedrear gatos a dormir con ellos

J. A. Martínez Soler

¿Éramos más crueles en la pandilla de mi barrio que en la de La Salle, mi colegio de pago? Dilema aún no resuelto. Dicen que la educación suaviza las formas. No acabo de creerlo. Hay crueldad en los barrios y en las mansiones. Alemania era el centro de la cultura europea cuando dio rienda suelta la barbarie nazi.

En las guerras primitivas se golpeaban con palos, se mataban con lanzas y flechas. En las guerras de hoy se matan fríamente, limpiamente, a mayor distancia. Basta con apretar un botón en un bombardero o, peor aún, en el control lejano de un dron, como si fuera un videojuego. En esos casos pienso que, aunque las técnicas cambien, las intenciones permanecen. Desgraciadamente, con la cruel invasión rusa de Ucrania, matando de lejos, sigue vigente el discurso de Don Quijote sobre la espada y la pólvora.

Recientemente leí que dos mendigos sin techo se pelearon por ocupar un trozo mayor de un banco en un parque de Madrid. Uno de los dos acabó muerto porque el otro le rompió la cabeza con una piedra. En los años noventa, ricos, educados y bien vestidos, de colegios de pago, tanto Emilio Botín (presidente del Banco de Santander) como Mario Conde (presidente del Banco Español de Crédito) querían un banco mayor que el que tenían. Al cabo de muchas escaramuzas y trampas financieras y contables, Conde perdió su banco y acabó en la cárcel. Botín se quedó con el Banco de Conde y lo sumó al suyo. Técnicas diferentes. Mismas intenciones.

Visiblemente, a la vista de todos, en mi barrio éramos unos bestias. Entre nosotros, y contra los niños de otras calles, las peleas a trompazos y revolcones estaban a la orden del día. Incluso hacíamos guerrillas, a pedradas, en la Molineta, contra los del Quemadero y los de la Plaza Toros. Nos enfrentábamos también en torno a la balsa de los Cien Escalones. Nunca peleábamos contra los del Hoyo de los Coheteros ni contra los del Cerro. Lo teníamos terminantemente prohibido.

En esa época solíamos lanzar piedras a los gatos que abundaban por las calles, los solares abandonados y los terrados de las casas. Darle una pedrada a uno de ellos, a ser posible en la cabeza, merecía el aplauso de los demás. Me horroriza recordarlo y reconocerlo. “Los gatos establecen vínculos con los humanos y tienen un tipo de apego parecido al de un bebé de dos o tres años con la madre”, explica en La Vanguardia la doctora Paula Calvo, antrozoóloga y experta en relaciones entre humanos y animales.

En el antiguo Egipto pensaban que los faraones se reencarnaban en gatos que deambulaban por la corte. Imagino a Basted, la diosa gata de los egipcios, preguntando a los gatos de hoy si los humanos aún les adoraban. Debieron responderle: “Los humanos limpian nuestros aposentos. La comida que nos dan es aburrida, pero nunca nos falta. Y cazamos, eso sí, solo por diversión”.

Era un niño cruel

Cuando acaricio al pequeño Moisés, un gato bebé abandonado, que rescatamos junto a las aguas del Mediterráneo, en Almería, siento que estoy reparando el daño que hice a los de su especie cuando era un niño cruel. Ahora, duerme a mis pies.

Casi siempre tuvimos perro en casa. Uno más de la familia. También tuvimos colorines y canarios en jaulas. Las colgábamos en el patio o en la fachada de la casa. Los cuidábamos y mimábamos. No entiendo por qué no a los gatos. ¿Cuál era el origen de la maldición: demasiado independientes, indomables, libres? Nunca lo entendí. Hasta que me casé con Ana Westley, amante de los gatos. Desde entonces hasta hoy, dormimos con un gato en nuestros pies. Tenemos cuatro. Somos, felizmente, sus esclavos.

En 1988, Ana y yo fuimos invitados a comer por el filósofo José Ferrater Mora y su esposa Piscilla Cohn (pionera mundial en la lucha por los derechos de los animales) en su casa de Pensilvania. En su cocina, rodeados por varios gatos, mantuvimos un debate muy clarificador que rompió todos mis esquemas acerca del sufrimiento de los animales. Priscilla me convenció con sus datos científicos y sus argumentos que había llevado hasta la ONU.

 

No me atreví a decir que había disfrutado viendo (gratis) una corrida de toros en Las Ventas. (Mi paisano Chencho Arias, alto cargo de Asuntos Exteriores, no quería dar por perdidas dos entradas buenísimas que tenía reservadas para un alto mandatario latinoamericano que no pudo utilizarlas por razones de agenda. Aquella corrida me gustó, pero en mi casa no dije ni pío).

Acabo de leer en El País una entrevista perturbadora con Peter Singer, otro filósofo de la cuerda de Priscilla Cohn, autor de “Liberación animal. Una nueva ética para tratar con los animales”. Sobre este asunto, también me había influido la biografía novelada de mi amigo John Darnton sobre Charles Darwin quien defendía que nos somos una creación separada de los demás animales (como dicen algunas religiones) sino producto de la evolución a partir de otros animales.

Hace más de 20 años, cuando fundamos el diario 20 Minutos, decidimos no dar información ni criticas de las corridas de toros. Creíamos que nuestros lectores jóvenes urbanos habían perdido bastante interés en la llamada “fiesta nacional”. Y cuando me preguntan en el extranjero mi opinión sobre las corridas de toros, procuro cambiar de tema (sobretodo si hablo con clientes potenciales) y tirar balones fuera. Hace mucho que no voy a los toros, pero cuando he ido he seguido la corrida con más corazón que cerebro. Mi razón lo rechaza como algo bárbaro y cruel, pero mi corazón ama el espectáculo emocionante entre el hombre y la bestia, entre la vida y la muerte.

Yo nací y crecí en Almería, entre el Quemadero y la Plaza Toros y, en las tardes de toros, oía los olés y los pasodobles desde mi cuarto. Mi vecino de enfrente, en la Calle Juan del Olmo, era Paco Andújar, «El Ciervana”, banderillero de la cuadrilla de Relampaguito, Salieri II y, según me contó un día, hasta de Manolete, cuyas hazañas toreras oía yo con la boca abierta, desde muy pequeño, tomando el fresquito a la puerta de su casa o de la mía. En esas tertulias callejeras, sobre sillas costureras, la mujer de «El Ciervana» me cosió un traje de luces que pude lucir antes de vestir pantalón largo. Naturalmente, toreaba en mi calle con una cornamenta de juguete.

Antes de casarme con mi chica de Boston acepté el compromiso de no defender las corridas de toros ante ninguno de nuestros hijos. Esta semana ha surgido aquel acuerdo prematrimonial por las palabras de Peter Singer en Babelia: “Las corridas de toros se pueden considerar herederas de los juegos en la Roma clásica, donde las fieras se comían a los gladiadores y cristianos. Me resulta increíble que los toros hayan sobrevivido hasta hoy. (…) Yo recomendaría el fútbol antes que los toros”.

Llegados a este punto, yo también. Una vez que duermes con tus gatos ya no vuelves a ver el sufrimiento de los toros de la misma manera.

Con Truso escribiendo en mi Terraza. Me sigue a todas partes.

Con Gloria, la gata almeriense de mi nieto Leo

Con Moisés, salvado de las aguas en Almería

Mis cuatro gatos

Basted, la diosa gata de los egipcios

Jose Ferrater y Priscila Cohn

Paco Andújar, el Ciérvana, mi vecino en la calle Juan del Olmo.

 

 

 

 

 

 

 

Desde el 78, la tolerancia no es extranjera en España

Un puente laico-católico bien aprovechado. Ya lo creo. Entre la fiesta (democrática y aconfesional) de la Constitución y la fiesta (tradicionalista y católica) de la Inmaculada, terminé la lectura de «República encantada», de mi casi paisano José María Ridao, nacido en Madrid (1961) de padres de Antas (Almería).

Portada de «República encantada», de José María Ridao, una obra cervantina, con marca páginas del Quijote que dibujó mi hijo David Martínez Westley con 8 años. Las casualidades existen.

Habíamos perdido el contacto personal desde hace años, pero la lectura reposada de su última y, a mi juicio, mejor obra me obligó a felicitarle de inmediato.

José María Ridao

Y ahora me obliga a recomendarla vivamente a todos aquellos españoles que valoren el debate, de mucha enjundia, que plantea el subtítulo de su libro: «Tradición, tolerancia y liberalismo en España». Ridao me transportó , de pronto, a mis clases en Estados Unidos con grandes maestros del exilio republicano cuyas lecciones me reconciliaron con España y su historia. En 1976-1977, por primera vez, sin mérito por mi parte, pude sentirme orgulloso de ser español. 

Con Solita Salinas, Juan Marichal, Vicente Llorens y su esposa Amalia, en Newburyport, Massachusetts. (Invierno de 1977)

Copio y pego unas frases de nuestro breve intercambio entre Madrid y Delhi:

«[7/12 15:52] José A. Martínez Soler: Gracias a ti por tus obras. Esta última es, a mi juicio, la más profunda. Me has recordado a mis maestros Vicente Llorens, Raimundo Lida y Juan Marichal (discípulo de don Américo). Y, por supuesto, a mi paso feliz por Antas donde fui pregonero, gracias a una Ridao y a una Celia Soler, hija del alcalde. No pares. Un abrazo.

[7/12 16:01] José Maria Ridao: Muchas gracias, José Antonio. Esa es la tradición que haría de España un país menos brutal, pero no parece que tenga muchos partidarios; la tradición a la que Azaña se refería como la «queja murmurante al margen de lo ortodoxo». Y añadía: «somos sus herederos». Esos maestros tuyos lo son sin duda, y los demás hacemos méritos para serlo. Un abrazo fuerte.»

Contraportada del libro de Ridao

No quiero destripar el libro, pero, en su último capítulo dedicado, con emoción, a Juan Goytisolo (otro casi almeriense), José María Ridao cierra el círculo. Copio y pego (pag. 313):

«…junto a la España desabrida del tradicionalismo, existe otra siempre derrotada, pero irreductible y perseverante. Amor a España, a esa otra España, ¿con qué expresión referirse, si no, al sentimiento que Juan dejaba traslucir al hablar del Arcipreste, de Rojas, de Delicado, de Cervantes, de Blanco, de Galdós, y, en fin, de la España a cuyo sueño todos ellos se mantuvieron fieles? Juan había vuelto a estos autores durante los últimos años de su vida para, según me dijo, despedirse de las obras en las que había encontrado el país que el suyo no le ofreció…»

Ridao recurre, al final, a Tucídides:

«La función de la política es evitar que el odio sea eterno».

Amén.

Con mi maestro y amigo Juan Marichal, en su casa de Cuernavaca, Mexico, poco
antes de su muerte. Me despidió con tres palabras de Azaña: «Paz, piedad, perdón«.

https://juanmarichal.org/assets/jose-antonio-martinez-soler-sobre-juanmarichal-en-harvard-%2c-para-el-bile-especial-(1).pdf

 

 

La bendición de Casandra

En la muerte, tan temprana, de nuestra amiga Casandra Tate (Nieman`77) es imposible no recordar algunas anécdotas que mostraban su personalidad tan singular.

Cassandra Tate, periodista

Era inconformista, irreductible, rebelde, pero, a la vez, tierna, generosa y cariñosa. Ha sido una mujer adelantada a su tiempo. Lo vimos en sus libros, en sus artículos, en el ejercicio del periodismo y, en mi caso, también en los “beer and cheese seminars” de la Nieman Foundation de la Universidad de Harvard.

Casandra y su familia fueron nuestros huéspedes en Madrid y ellos me dieron cobijo en su casa de Seattle cuando acudí allí como corresponsal del grupo El País o de TVE. Desde que compartí con ella el año Nieman nunca perdimos el contacto ni el cariño mutuo. Era generosa a la hora de regalarnos su intuición creadora, su insumisión ante los poderosos y su buen humor.

En el invierno de 1977, un grupo de Nieman Fellows viajamos a Canadá invitados por su Gobierno. Casandra destacaba por sus preguntas agudas, críticas y, hoy diríamos, políticamente incorrectas. En alguna ocasión, me dieron ganas de darle un codazo o un toque en su pie para que rebajara el tono de sus preguntas que yo, pobre de mí, viniendo de una Dictadura, consideraba agresivo. ¿Quería protegerla? No era necesario. Casandra era valiente, casi temeraria, y no tenía pelos en la lengua al interrogar a los poderosos.

Un pequeño ejemplo me viene a la mente. El entonces embajador de Estados Unidos en Ottawa, Thomas Enders, nos invito a cenar en su casa. Cena de lujo. ¡Madre mía! Todos fuimos diplomáticos salvo Casandra. Ella criticó el lujo innecesario, el gasto excesivo de los altos funcionarios del Gobierno de su país y, por supuesto, la política exterior, a veces, tan hipócrita, de Washington. Quise meterme debajo de la mesa, pero el embajador Enders aguantó el tipo y replicó como pudo, con evasivas, a las críticas de Casandra.

Sus profecías, como las de la hija de los reyes de Troya, se fueron cumpliendo… No todas. Desde luego, sí se ha cumplido una de ellas: la revolución imparable de la mujer de nuestro tiempo en su lucha por la igualdad con el hombre. También, que no todo es pura razón, sobrevalorada, en el ser humano masculino. Ahí está la emoción, aún tan devaluada, atribuida a lo femenino. Debatíamos sobre lo objetivo y lo subjetivo, mezcla explosiva.

Casandra supo unir cerebro y corazón y aplicó esa formula magistral en su vida personal y profesional. Yo bromeaba con ella, a costa del mito homérico: la maldición de la princesa de Troya. Desde que abandonó al misógino Apolo, fue castigada por este dios masculino de la razón: nadie creería sus profecías y sería silenciada y maltratada por la lógica patriarcal de los hombres poderosos de Atenas. Nuestra Casandra no fue castigada ni ignorada sino admirada y una fuente de inspiración para todos nosotros. En cambio, Apolo, en el mundo actual, no es más que un simple tirano irracional e infantil. Los tiempos han cambiado.

La vida y la obra de mi amiga Tate fue, en efecto, una batalla imparable contra esa maldición mitológica que pesaba sobre la condición femenina durante milenios. Con su tesón y su inteligencia creadora, ella supo convertir aquella maldición en la bendición de Casandra. Yo creía sus intuiciones proféticas.

Gracias, Casandra. Descansa en Paz.

Los Nieman Fellows de Harvard (curso 1976-1977) en la escalinata de la Widener Library.

The Blessing of Cassandra

In the death, way too premature, of our friend and Nieman colleague Cassandra Tate (Nieman ´77) it is impossible not to remember some anecdotes that show her unique personality.  She was a nonconformist, firm in her beliefs, rebellious, but at the same time tender, generous and affectionate.  She was a woman ahead of her time.  We saw this in her books, her articles, in her journalism and, in my case, also in those beer and cheese seminars of the Nieman Foundation of Harvard University.

Cassandra and her family were our guests in Madrid and they welcomed me in their house in Seattle when I went there as correspondent for the El País group or for Spanish TVE.  Ever since I shared the Nieman year with her we never lost contact or our mutual affection. She was generous to regale us with her creative intuition, her refusal of submission before the powerful and her good humor.

In the winter of 1977, a group of Nieman Fellows went to Canada invited by the Canadian government.  Cassandra stood out for her sharp questions and criticism, with no mincing of words. On one occasion, I had the urge to nudge her elbow or touch her foot under the table to tone down her questions which, poor me, coming from Spain that was then a dictatorship, I automatically considered too aggressive or daring. Did I want to protect her? That certainly wasn’t necessary. Cassandra was valiant, almost daring, and showed no hesitation to interrogate the powerful. A small example comes to mind.  The then American ambassador in Ottawa, Thomas Enders, invited us for dinner at his home. A luxurious dinner. We were all diplomatic except for Cassandra.  She criticized the unnecessary luxury, the excessive expense of high ranking civil servants of the Government of her country and, of course, the sometimes hypocritical foreign policy coming from Washington.  I wanted to disappear under the table but Ambassador Enders politely endured Cassandra’s criticism and replied the best he could with evasive arguments.

Her prophecies, like those of the daughter Cassandra of the king and queen of Troy, were to come true.  Not all, of course, but one stands out: the unstoppable revolution of the women of our time in their fight for equality with men. Unlike the Homeric Cassandra, our Cassandra knew how to unite the brain and the heart, reason and emotion, applying this master formula in both her personal and professional life.  I joked with her at the expense of the Homeric myth: the curse of the princess of Troy. Since the Homeric Cassandra abandoned the misogynous Apollo, this tyrannical masculine god of reason punished the emotional Cassandra: no one would believe her prophecies and she was silenced and mistreated by the patriarchal logic of the powerful men of Athens. Our Cassandra was of course not punished and ignored by all but was admired and an inspiration to us all. Apollo, in turn, in today´s world is but a mere childish and irrational tyrant. The times have changed.

The life and works of my friend Tate were, in effect, an unstoppable battle against this mythological curse that has weighed down upon women for millennials.   With Tate´s tenacity and creative intelligence, she knew how to convert the curse into the blessing of Cassandra. I believed in her prophetic intuitions.

Thank you, Cassandra.  Rest in Peace.

Una nota de su marido Glenn Drosendahl en Facebook:

This is a story about a determined woman, a deadly disease and a book. Cassandra had been researching the story of Marcus and Narcissa Whitman off and on for nearly 10 years. They were missionaries from upstate New York who traveled across the continent to what is now Walla Walla, Washington in the late 1830s. She was diagnosed with fallopian tube cancer in September 2019. By then she had a publisher, Seattle-based Sasquatch. She decided to delay cancer treatment until she could finish the book. In early January 2020 she delivered the final corrected page proofs to her editor on the way to her first chemotherapy infusion at UW Medical Center. “Unsettled Ground: The Whitman Massacre and Its Shifting Legacy in the American West” was published in November 2020. By then Cassandra had undergone long months of chemo, then radiation, then immunotherapy infusions. The toxins gave her neuropathy, edema and Type 1 diabetes but didn’t stop the tumors. Still, she was game to promote her book. The COVID-19 pandemic made normal book readings impossible, so she did virtual ones. She also met with at least half a dozen book clubs, bolstered by their comments and some stellar reviews. She became the star of our West Seattle neighborhood, greeted on her daily walks with much praise for her book. That always boosted her spirits. She went into hospice care in mid-April after her latest CAT scan showed the cancer was spreading. She died at home on June 10, 2021. It was a painful end.  Up until then she kept seeing beauty around her, kept walking and gardening and writing. Her family worshipped her. We had to wonder if she had started cancer treatment earlier, would she have had a better outcome. She never expressed regret about that, only satisfaction that “at least I finished the damn book.”

Cassandra Tate, Nieman`77