Archivo de noviembre, 2021

Cruella de Vil destroza a Casado

Por puro morbo, me hubiera gustado asistir ayer la presentación de las bofetadas que Cayetana Álvarez de la Edad Media propinó, en forma de libro, al pobre Pablo Casado. Pero tenía clase en tallasmadera.com y no pudo ser.

Portada del libro/puñal de Cayetana Álvarez de la Edad Media.

Hoy compruebo por la prensa que la ex mano derecha de Casado, en el papel de Cruella de Vil, no defraudó a los militantes de FAES.

Cayetana en el papel de Cruella de Vil

José María Aznar, «el hombrecillo insufrible» (según Helmut Kohl) debió sentirse pletórico. Por algo había prestado su Rasputín (Miguel Angel Rodríguez, alias MAR, el hombre que le llevó a la Moncloa) a la posible futura presidenta del Gobierno de España, VOX mediante.

MAR, el Rasputín de Aznar, empuja a Ayuso hacia la Moncloa.

La XIV marquesa de Casa Fuerte (¡qué título tan apropiado para sus colmillos!) actuó de ariete para que Isabel Día Ayuso asalte con éxito la Moncloa. ¿A quién importa la presidencia del PP de Madrid? Al alcalde Almeida, quizás. Capidisminuido (debilitado, mermado) el pobre Casado, la batalla se centra ahora entre Ayuso y Sánchez. No queda otra.

Cayetana, Ayuso y «Teodoríco», trio de sonrisas falsas.

La aristócrata (mitad moja alférez, mitad martillo de herejes) no dejó títere con cabeza. Despreció a Casado («bien queda», «veleta», etc.) y se concentró en atacar a «Teodorico» Garcia Egea quien, como ella, golpea con una herradura dentro de su guante. La guerra abierta ya ha comenzado. Y la izquierda dormida desprecia cuanto ignora. Se puede llevar un buen susto. ¿Acaso no llegó Donald Trump, el narcisista patológico, un enfermo mental más grave que IDA, a la Casa Blanca? Pues eso. Ayuso esta bien asesorada por MAR, el Bannon español. Y cuenta con el ariete de Cayetana para abrir de par en par la puerta de La Moncloa. Miedo me da.

 

 

 

Hace 46 años, me tembló la mano…

Ayer celebramos el 20-N. Mis hijos no sabían a qué me refería hasta que les mostré la portada del semanario Doblón que yo dirigía aquel día 20 de noviembre de 1975 en que murió el tirano Francisco Franco. Solo entonces se unieron a la celebración.

Portada del semanario Doblón (20-N-1975) con la ampliación de un sello de 2 pesetas.

Hace 46 años que se fue el caimán. Recordé que me temblaba la mano (mezcla de emoción y miedo) al escribir «ha muerto» en la portada del semanario Doblón. Sí. Por fin, «se fue el caimán». Y, en febrero del 76, pude publicar, por primera vez en la prensa española, la palabra Dictadura.

Franco no se moría… y nosotros agotábamos las fotos reservadas par la portada histórica.

 

Conquistamos la libertad palabra a palabra… No fue ningún regalo. Algunos jóvenes ignoran el pasado y piensan que disfrutan de la libertad ya que se la merecen por su cara bonita. Pero la libertad es como el oxígeno. La valoras mucho más cuando te falta. A los de mi generación nos faltó y ¡vaya si lo notamos!. Algunos jóvenes de izquierdas y de derechas tratan hoy de devaluar la conquista de la libertad que conseguimos gracias a la Transición: la reforma venció a la ruptura y la concordia a la violencia. Despectivamente, se refieren a la Constitución del 78 (la más duradera de la historia de España) como «el Régimen del 78».  La palabra «régimen» definía antes a la Dictadura. Estos jóvenes impacientes e ignorantes del pasado juegan con fuego. Machado diría que «desprecian cuánto ignoran». Claro que este choque inter generacional ha ocurrido siempre en la historia. No vamos a ser una excepción. Paciencia y pedagogía.

A mis hijos les insisto en que la Democracia no nos tocó en una tómbola. La conquistamos palabra a palabra. Y valió la pena. Ojalá ellos la conserven y la mejoren.

La primera vez que se publicó en prensa la palabra dictadura. Fue en febrero de 1976. Ya empezábamos a llamar a las cosas por su nombre…

 

Cae el alcalde de Badalona por frecuentar paraísos fiscales

Xavier García Albiol, alcalde de Badalona (Barcelona) por el PP, perdió ayer su bastón de mando por frecuentar cuentas opacas en Belice, un paraíso fiscal al norte de Centroamérica. Ha sido la primera víctima política de los Papeles de Pandora, descubiertos recientemente por varios medios de comunicación, El País y La Sexta entre ellos.

Xavier García Albiol perdió ayer la alcaldía de Badalona por acudir a un paraíso fiscal.

Recuerdo hoy una frase de Francisco Fernández Ordóñez, ministro de Hacienda con el presidente Adolfo Suárez, en 1978, en plena Transición desde la Dictadura a la Democracia: «Aquí paga impuestos hasta el Rey».

El Presidente Suárez con su ministro de Hacienda, Francisco Fernández Ordóñez.

Creo que fue portada en el semanario Cambio 16. Ya hemos visto que su sentencia no se cumplió con el anterior jefe del Estado. Juan Carlos I, el Golfo, trató de evadir impuestos todo lo que pudo hasta que casi le pillan con las manos en la masa. Hábilmente, y rápidamente, salió de España, por si acaso, se refugió en los Emiratos y se anticipó a regularizar sus cuentas con Hacienda. La investigación fiscal continua abierta y veremos como quedan sus presuntos delitos con esa Hacienda que somos todos. Ese fue precisamente el eslogan proclamado por Paco Ordóñez, su director general de Tributos, José V. Sevilla, y su ayudante Francisco Fernández Marugán, ex defensor del Pueblo: «Hacienda somos todos«.

José V. Sevilla, coautor de la Reforma Fiscal del ministro Ordóñez

 

Francisco Fernández Marugán, subdirector general de Tributos, a las órdenes de José V. Sevilla.

Lo recuerdo muy bien porque yo trabajé con ellos, como el último mono de aquel brillante equipo y unos de los más entusiastas con aquella misión en favor de la Democracia. Apenas faltaban cuatro meses para que los españoles aprobáramos, el 6 de diciembre de ese mismo año, la Constitución de todos. Nuestra campaña de «agitación y propaganda» por la Reforma Fiscal la basamos en ligar la futura declaración honesta de nuestros impuestos a un imaginario «certificado de demócrata». Algo así: para votar había que sostener a un Estado que el dictador había dejado raquítico y en quiebra. La Democracia nos obliga a pagar impuestos para sostener al Estado de todos.

Eslogan de la Revolución Americana: «No hay tributación sin representación».

El eslogan de la revolución norteamericana por su independencia contra el dominio de la Corona de Inglaterra era algo parecido: «No taxation without representation» (No hay tributación sin representación). Con aquella Reforma Fiscal de la Democracia tratamos de responder a ese espíritu. Pagaremos impuestos siempre que recuperemos la soberanía nacional, usurpada violentamente por el dictador Franco, y podamos votar libremente a nuestros representantes en las Cortes. Así se dijo y así se hizo. Si el anterior Rey no paga sus impuestos será considerado delincuente y perseguido con todo el peso de la Ley. Si el anterior alcalde de Badalona trató de evadir sus impuestos en un paraíso fiscal, los representantes de los ciudadanos, con sus votos, le despojaron ayer del cargo. Eso me ha gustado. Sirva de ejemplo.

Palco de Senado (9-8-1978) el día que se aprobó el nuevo IRPF de la Reforma Fiscal de la Democracia.

Atención a esta foto: José V. Sevilla, al fondo a la izquierda. A su lado, Paco Eiroa. A la izquierda, hablando conmigo, está Enrique García Romeu. Detrás de mí está Ramón Drake y en el centro, el subsecretario de Hacienda, Dionisio Martínez. El ministro Ordóñez está en la tribuna de oradores defendiendo la Reforma Fiscal más importante de España desde la que hizo Raimundo Fernández Villaverde a finales del siglo XIX. ¡Ahí queda eso! Esa foto me trae gratos recuerdos y un golpe de nostalgia. Fue un trabajo espléndido del que me siento muy orgulloso y agradecido a todo el equipo de reformadores fiscales con quienes tanto aprendí.  Aprendí, por ejemplo, que Hacienda somos todos… incluido el Rey emérito y el alcalde de Badalona.

Al redactar las nuevas leyes fiscales y sus reglamentos, recordábamos esta sabia advertencia del socialista Julián Besteiro:

“Saben muy bien que para adquirir riquezas hay varios caminos. Uno, el más largo y penoso, es el del trabajo. Por ese camino la mayor parte de las veces le sorprende a uno la muerte antes de llegar al fin. Otro camino, más breve, pero lleno de peligros, es el del manejo de la ganzúa y la palanqueta. Pero hay, sobre todo, un camino brillante y seguro: en él la ganzúa se sustituye con ventaja por una ley, y la palanqueta por un reglamento. Hechos la ley y el reglamento en provecho propio, ya se puede entrar con entera confianza en la morada del vecino trabajador y arrebatarle cuanto haya producido con su trabajo».

Conviene no olvidarlo. Miguel Boyer Salvador, otro socialista, ministro de Hacienda con el presidente Felipe González, debió olvidar la recomendación de su aún correligionario Besteiro. En 1983, después de su fiasco con Rumasa, llevó al Consejo de Ministros una presunta «regularización fiscal» para defraudadores por la cual el Estado se reservaba el derecho a crear cuevas opacas al Fisco donde los defraudadores pudieran aflorar su dinero negro para blanquearlo. El viceministro de Hacienda era entonces nada menos de José Victor Sevilla, coautor de la Reforma Fiscal del ministro Fernández Ordóñez. Sevilla debió mostrar su extrañeza por aquella mini contra reforma o bien Boyer detecto en su actitud «escaso fervor en su aplauso» (eso decía el rey Felón para condenar disidentes) y le echó del ministerio en el siguiente Consejo de Ministros sin agradecerle siquiera los servicios prestados.

Mi director, Juan Luis Cebrián, me pidió entonces que explicara en El País las claves de aquella primera mini crisis del gobierno socialista.  Lo hice lo mejor que pude, con este titular:

Por qué Sevilla perdió su silla 

Poco después, el ministro Miguel Boyer Salvador salió del Gobierno. Luego, fue pillado in fragantti en el escandalo Ibercorp/Sistemas Financieros con su socio Mariano Rubio Jiménez, ex gobernador del Banco de España con el PSOE. Allí aparecían como Miguel B. Salvador y Mariano R. Jiménez. O sea que firmaban con el apellido paterno en el Gobierno y en los billetes del Banco y con el apellido materno en cuestiones de fraude y estafa. Eran líderes políticos por parte de padre y presuntos delincuentes por parte de madre. ¡Vaya dios! Al final, Boyer Salvador corrió en auxilio del vencedor y se pasó al bando del Jose María Aznar. Y en la FAES y el PP, felices con él.