Archivo de diciembre, 2019

La Navidad… ¿Quién no tiene sentimientos encontrados con ella?

Dejando de lado las tradiciones religiosas, muy respetables pero poco practicadas en mi caso, me centro en el rebujito emocional que se nos hace cada vez que se acercan estas fechas.

Aunque intentemos huir de todo ello y pensemos que lo hemos logrado, como otras tantas cuestiones, me da que nadie está suficientemente inmunizado a la Navidad: para bien o para mal.

Esta semana reflexiono sobre cómo me siento en mi sección de YouTube Yo Pienso, e invito a los demás a que lo hagan conmigo. Que se sienten cinco minutos y, mientras ven el vídeo, comprueben cómo llevan la Navidad este año. Y, remarco ese “yo y mis circunstancias”, porque es causa efecto a cómo lo vayamos a pasar y cómo nos vayamos a sentir.

¿La liturgia de la Navidad es un bombardeo a la felicidad de plástico? ¿Eres de los que canta villancicos o los aborrece? ¿De los que creen que es una fiesta para niños más que para adultos?

Pero más allá como lo lleve cada uno y cómo lo sienta, hay algo común a todos. Estoy segura que existe en nuestro círculo mas cercano, si no somos nosotros mismos, quien siente una profunda soledad, y es ahí donde podemos cambiar para mejorar. Desde hace muchos años tengo por costumbre que nadie que yo conozca se quede solo en Nochebuena, en Navidad o, para despedir el año. No lograré amortiguar el dolor de pérdidas, de ausencias que a medida que vas creciendo, se te van acumulando, pero podré ofrecerle mi cariño, abrazos y el calor de un hogar con conversaciones, risas y buena compañía. Por la calle, intentar saludar de otro modo y educar mi mirada para que no practique la indiferencia sino la atención a aquellos que en estas fechas sufren mucho más.

¿Y tú? ¿Cómo sientes este año la Navidad?

¡Feliz Navidad! ¡Felices Fiestas!

Malos conductores y tópicos de género

Aunque cualquier cosa que destile a ‘guerra de sexos’ me parece demodé o de sitcom de los noventa americana, lo cierto es que los tópicos de género siguen presentes en nuestra sociedad y parecen tener raíces muy profundas. Sin pretensiones negacionistas,es verdad que los avances en igualdad de género se producen aunque más despacio que la tecnología.

Centrándome en los tópicos de género, decidí salir a la calle, preguntar y tratar de hacer un perfil base del mal conductor. Mucho ha llovido desde las películas de Alfredo Landa y compañía donde se perpetuaban comentarios como “¡Mujer tenías que ser!” o, por suerte, desaparecieron pegatinas con mensajes como “Mujer al volante, peligro al instante”. Incluso, y ya con la posibilidad de analizar nuestro ADN, han llegado ha localizar un gen responsable de la mala conducción. Pero la ciencia y las creencias toman caminos divergentes en muchas ocasiones.

Mi sorpresa fue más que agradable al comprobar que comenzamos a enterrar la adjudicación del mal conductor a un género y potenciamos mucho más el temperamento o la cualidad de carácter sobre la persona que conduce: sea hombre o mujer.

Más allá de los estudios que determinan que la velocidad, la impaciencia con el tráfico, la música alta o las infracciones más peligrosas son cometidas por los hombres, mientras que las mujeres, aunque son más respetuosas, tienen más accidentes leves y no suelen responder con con acciones agresivas o impulsivas al volante.

Sin embargo, más allá de los estudios, salir a la calle y darse cuenta que, al menos en el barrio de Malasaña de Madrid no eran pocos los que no hacían mención al género, sino al carácter para señalar una conducción temeraria o torpeza al volante, abre el cielo a la esperanza de que son ciertos los cambios y, poco a poco, se van arrancando las malas hierbas de los tópicos de género.

En un ejercicio previo a que veas el vídeo: Piensa bien tus respuestas a los siguientes supuestos:

  • Circulas por las autopista a 120/130 y un coche te adelanta a toda pastilla o, te pide paso enganchándose al trasero de tu auto ¿Qué conductor imaginas?.
  • El coche de delante se para para aparcar…1 intento….2 intentos….3 intentos… ¿Qué piensas?
  • En un ejercicio de honestidad, mídete como conductor y piensa cuantas veces coges el móvil, respondes de forma agresiva, superas la velocidad permitida, pasas la ITV fuera de fecha, no sabes cambiar la ruede, cruzas las manos al girar el volante, conduces con una sola mano…

Y después de todo este examen de conciencia, ¿no te parece muy adecuado el dicho dime de que presumes y te diré de qué careces?.