Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Entradas etiquetadas como ‘20minutos’

En verano corramos por el monte

Correr por montaña, trail running o salir al monte, como se ha dicho siempre.

De toda la vida de Dios, en el espectro corredor en España existe un día de primavera en que confluyen varias certezas. En la temporada del aficionado a correr existen cambios estacionales. Es ley de vida. Son hechos irrefutables. La temperatura sube por encima de lo recomendado y se comienzan a adelantar las horas de salir a correr. En esos días se entrecruzan conversaciones sobre el final de la temporada de la ruta, habiéndose disputado todos los maratones de Sevilla a Barcelona y Madrid. Por fortuna casi ningún organizador se atreve a saltar las semanas de Mayo salvo que se trate de latitudes un poco más frescas. Aún así, este año tenemos Vitoria y la recién nacida carrera de San Fermín, en Pamplona, cuyas líneas de confort y seguridad dependerán de «qué tal se levante el día».

Del mismo modo, la nieve desaparece de las montañas. Desde la ciudad o nuestro pueblo, las cumbres son bellas y ahora, además, aparentan ser más seguras y accesibles. En las latitudes de la Península tres cuartas partes de las montañas se limpian del blanco manto. Salvo Picos de Europa y Pirineos, las sendas de las demás sierras se abren para que aprovechemos los festivos, las crecientes horas de luz, la temperatura.

A estas condiciones se aferra el boom centrífugo de correr por el monte. Spin-off, consecuencia irremediable del primer boom, el de correr, el running por sendas para cabras y umbrías majestuosas vive las primeras semanas de gloria.

O sea. En lugar de salir a correr los fines de semana por los caminos o parques, una porción creciente de aficionados al deporte más simple del mundo se empeñan en complicarlo: subidas, sendas quebradas para descender o vadeos de charcos o arroyadas.

Llega la temporada mágica de disfrutar de la montaña. Leamos esta premisa una segunda vez. Hablamos del momento en que el peligro de la montaña es menor (nunca inexistente) y las grandes alturas nos permiten disfrutar de esta afición a la que medio mundo está volcándose.

Pero el monte es finito. Es duro y exigente. Te deja acceder y después complica las cosas mediante una concatenación de reglas sencillas pero terribles.

  1. No es una calle o un parque y como espacio único debes tratarlo.
  2. La montaña te deja acceder hasta donde la dificultad permite.
  3. El esfuerzo, al que probablemente estés acostumbrado porque eres un duro maratoniano y vas equipado hasta para el quinto ataque de los drones, ese esfuerzo se agiganta y te dejará con cara de tonto.

En este blog arrojaremos un poco de sensatez (pero muy poco) por si te ves envuelto en la vorágine de esto del trail running. Recuerda, para comenzar, que ‘trail‘ se traduce por sendero. Si lo estiramos, nos valdrá camino o pista. Pero se trata de adaptarnos a trotar o caminar por senderos. Cada paso que des fuera del sendero estás pisoteando un roquedo delicado, vegetación que está ahí mucho antes de que tú llegaras.

Los vídeos que has repasado en youtube, los saltos fantásticos de Kilian en las graveras (nadie habla sobre el impacto ambiental de su afamado ‘slow motion’) o los riscos de los Alpes, las travesías de Iker Karrera por superficies glaciares, son controladísimos y profesionales ejercicios de especialista. No seas imbécil y no pretendas emular la cabriola y el triscar de Krupicka por el Grand Teton.

Así que, después de tanta advertencia y complicación, tendremos que ponernos en harina con algunos ejemplos. En un par de semanas trasladaremos la experiencia a este blog. Haremos un entrenamiento por la sierra de Guadarrama con la duración y exigencia necesarias. Los pros y contras, preparación y consecuencias, todo en este blog. De ese modo podréis ver cómo encaro en preparación y espíritu la participación en el primero de los colosos del verano. Porque… 20Minutos estará en la salida del Gran Trail Peñalara.

Serán ciento doce kilómetros con ascensos acumulados equivalentes a más de cinco mil metros. Te lo contamos aquí.

Nueva web oficial Gran trail Peñalara en grantrailgtp.com

No era la caza, estúpido

Como cuenta hoy Angel Calleja en 20Minutos, las últimas reformas en materia ambiental, aprobadas en diciembre, permitirán ocupar terrenos en montes públicos, vías pecuarias y espacios protegidos en la Comunidad de Madrid. Es una posibilidad cierta: cuanto territorio, atractivo por sus valores paisajísticos, sea susceptible por la maquinaria de la industria de la construcción y de la promoción de suelo, a por él irán. Los famosos planes de ordenación a los que algunos remitíais. No era sobre la caza sobre lo que cargué las tintas el otro día. Lo entenderéis ahora. 

La reforma fue aprobada por la autonomía madrileña. Del mismo modo lo aprobarán diversas instancias autonómicas, tenedlo por cierto. Madrid es un laboratorio reglamentario. A aquellos que brillantemente comentaban por la red «el señor spanjaard no sabe que las competencias en montes son de ámbito autonómico» les pregunto si tan memo me veían. También es un mensaje a los que aprovechaban para mostrar al planeta lo asquerosamente exclusiva que es cierta política en Madrid. En vuestras comunidades autónomas respectivas se siguen los mismos dictados. Con distintos collares.

¿Ya estamos? ¡También entiendes de leyes!

Hay un fenómeno que he sorteado durante años: el experto en derecho de cualquier cosa. Sí. Ante un argumento visceral está la respuesta «esto tendrá que atenerse a nuestro ordenamiento jurídico». Antes que juntaletras fui investigador de derechos comparados, legislación urbanística y regulación del comercio minorista. Pollos.

Soy consciente que correr por el monte no es algo en peligro por una Ley de Montes, una ley estatal de mínimos. ¿Sois conscientes vosotros, expertos, que las negociaciones -viscerales y evisceradas- de los clanes políticos y locales son más poderosas que la redacción final del texto?

Casi quinientos retweets y tres mil quinientos ‘me gusta’ generó el anzuelo de la caza. Noventa y dos comentarios. Sobre la caza, los más y más extremos. No es la caza, estúpido. Es el guiso de la caza. Cuando hablamos de zapatillas para maratón las visitas se desploman, y luego me piden que me ciña a un blog del correr.

El correr por el monte probablemente esté tan en peligro como si no hubieran metido a los cazadores por medio. Gente que, en fin, se entretiene pegando tiros. Siempre que lo hagan en sus cotos, por mí, bien.

El trail running, entrenar por la montaña, el campo, en general, como bien público, no está en peligro por la no regulación de ZEPAS, de emisión de licencias ambientales para pruebas de montaña o que discurran por terrenos en delicadísimo equilibrio. Está el peligro latente de que, dentro de cincuenta años, no exista territorio siquiera en delicado equilibrio.

Alarmismo. Sí. La sociedad decimonónica que nos toca vivir reacciona a golpe de alarmismo. Sin él no se habrían parado las parcelaciones periféricas que sobrevivían entre 1960 y 1975 en situación alegal. Aún así, el trágala salvó la mitad. Sin el alarmismo habría decenas de estaciones de esquí en serrezuelas y montañas ibéricas, y los remontes de la ladera de Cotos no serían una especie de aviso contra nuestro futuro. O tendríamos el doble o triple de campos de golf por pinares como Navas del Marqués o en la ladera mediterránea. La de la desertización más rápida de la Europa continental.

Seiscientos corredores que pisotean durante unos minutos un sendero en un parque natural, incluso en un parque natural protegido, emiten cero coma cinco ruidos, dejan uno o dos residuos que la organización o quizá otro corredor recoja, dejan libre durante meses ese sendero para que se regenere. Pasan, pasamos, y se van.

Seiscientos parlamentarios de los partidos que nos gobiernan en el plano estatal y en el autonómico son capaces de dejarte sin parques protegidos. Sus intereses les delatan. El peaje que te hagan pagar, el informe ambiental que emitas para poder celebrar tu carrera en términos «eco», será el precio que pagues para que luego calles. Mientras tú cumplas, ellos desarrollarán sus intereses.

En A o en B. Pero los desarrollarán. Y su huella es indeleble.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2036312/0/madrid/autoriza-chales-tiendas-hoteles-rurales/espacios-protegidos-medio-ambiente/#xtor=AD-15&xts=467263

Correr por el campo podría ser imposible en España

Según informa el diario El País en la edición de hoy, el gobierno del Partido Popular estudia acotar el acceso al campo en los días que se celebren las batidas de caza y montería. No es un titular de 1927. Es de 2014.

No más correr por el campo, lectores.

Cazar es una actividad para unos, un capricho para otros, una herencia cultural del campo sin duda y una aberración para otros tantos. Para los lectores de este blog que pertenecen a planetas donde esto es aberrante o imposible, o de países en los que se dejó de cazar en cuanto el acceso a los alimentos en las tiendas era normal, según este previsible acuerdo, el senderismo, correr por montaña o transitar haciendo deporte por vías públicas (caminos o sendas) estaría supeditado al entretenimiento de asesinar animales.

Soltar un bicho durante meses para que se críe, con el objeto de matarlo y exhibirlo como trofeo irá por delante de la posibilidad de que la sociedad española lleve una vida sana y activa.

«Es por la seguridad de todos»

¿Suena a amenaza de los que llevan las armas? Lo es.

Y es que armarse con escopetas y ocupar la mañana entre los aguardientes de las seis de la mañana pasa a garantizarse el uso del campo por delante de la bicicleta de montaña. O buscar setas. O correr enardecido por sendas públicas.

El trail running o el mountain bike, sin ir más lejos, han demostrado querer ir demasiado rápido. Eran modas del siglo XXI. En España vamos por el XIX, que es algo más que un cambio de sitio de una X y una I. Primero nos dicen que no se puede rechazar el aprovechamiento económico de montañas, zonas esquiables, campos de golf. Los concejales y empresarios de la derecha casposa conseguían una y otra vez recalificar, saltarse a la torera legislación ambiental, y delimitar parques protegidos como ámbitos donde vivirían en «armonía del uso económico y el ocio». Después, que la caza es un sector económico y que no podemos mandarlo al ostracismo por que sí.

Lo mismo que se dijo cuando se pretendió hacer la revolución agraria. O cuando los vendedores de boinas se quejaron.

España vive eternamente anclada en no perder lo único que le mantiene viva: un pasado inventado por unos pocos seres rancios y unos clanes de terratenientes a los que el populacho ignorante aplaude y vitorea. Los defensores tienen una ventaja: están agrupados en un organismo con las referencias Real Federación. La realeza, la prebenda y la agrupación frente a la lógica ciudadana. ¿Veis?, es lo de siempre.

Porque no se trata de regular, según El País, el acceso a fincas privadas, sino «a petición de los cazadores, dar prioridad a las actividades cinegéticas en los montes públicos frente a otras formas de ocio como el senderismo o la búsqueda de setas». Montes que en su mayor parte sobrevivieron durante toda la Edad Media y Moderna al uso del terrateniente. Montes que eran el asidero de una población al uso democrático de un recurso económico.

Pero el pueblo pronto quiso imitar al señor feudal y se aficionó a lo de pegar tiros. No es una lucha generacional, de viejos cazadores contra jóvenes corredores por el campo. No es una lucha de hobbies. Es económica. Es un síntoma de qué educación cultural ha recibido el país.

El de la roja y el bar.

¿Es literario esto de escribir sobre el correr?

Esta semana estamos así de ilustrados. Resulta el enorme Dani, que no corre pero que receta unas famosísimas carreras en su taxi, propuso a la fructífera blogosfera @20m que dedicásemos un texto a explicar por qué escribimos.

Y es que todo cristo escribe. El mundo del correr, además, contiene un peligroso aditivo que es contar lo que uno corretea en variable épica. Que es un género que gustará o no, pero que tiene loables defensores. Ayer lanzábamos a los lectores un concurso de escribir sobre el running y las navidades, sin ir más lejos. Y los emails del organizador están a rebosar de propuestas, ¡menos de veinticuatro horas después!.

Mi pregunta no es tanto si yo escribo por una necesidad personal o por que se me ocurren ideas mientras oxigeno mis piernas. El traumático asunto que me viene una y otra vez a la cabeza es: «en serio, de verdad, ¿creéis que esto de correr da para tanta literatura?»

Hay días en que leo cosas fantásticas, emotivas. Esas descripciones que mezclan los viajes románticos con el paisajismo velazqueño, o sencillas experiencias entre amigos. Bien escritas, sin estridencias.

Hay ocasiones donde se tambalea el equilibrio. Algunas veces nos ponemos técnicos, o dramáticos. Y pienso que, hombre, épico es recorrer treinta kilómetros mientras arrojan bombas sobre tu población o para buscar un pozo de agua potable.

¿Escribimos para emocionar o para desgranar?

abc

Yo creo que las palabras tienen que pedir una respuesta de quien las lee. Han de sacar una emoción. Desgranar metros y minutos es feo. Quizá ayuda a que identifiquemos que ‘este es de mi gremio’. Bien, necesitamos el grupo. Lo describen los sociólogos. Pero si jugamos a escritores se nos pedirá que metamos algo más que contar los minutos por kilómetro o los kilómetros como si fueran los litros de gasolina que quedan en un bidón.

Como en este espantoso párrafo.

En la línea de salida me situé detrás de la liebre que llevaba el cartel de tres horas y cuarenta y cinco minutos. Pensaba que podía aspirar sin dificultad a ese tiempo. Tal vez cometí un error. Viéndolo en retrospectiva, tal vez debí seguir a la liebre de las tres horas y cincuenta y cinco minutos hasta aproximadamente el kilómetro treinta y, a partir de ahí, si me encontraba bien y con fuerzas para apretar, haber ido aumentando el ritmo de un modo natural.

¿Dónde está la literatura en esto? Pues corresponde a un afamado escritor.

Vosotros mismos. Quizá es que no es este el blog adecuado para hablar de correr.

No todo es correr: Periferia Negra

Unos erais colegas de rodajes de madrugada. Otros vinisteis directamente desde el entrenamiento. Muchos no tienen idea de ponerse unas zapatillas, pero me pareció que casaban perfectamente con los corredores. Anoche nos juntamos una treintena larga de asistentes para algo diferente. Presenté -entre amigos- mi libro de relatos Periferia Negra (Ed Falsaria).

Foto: Melisa Tuya.

No todo va a ser correr, ¿no?

Y es que durante el último año me planteé reunir relatos cortos, cuentos o fragmentos cercanos a la microficción. Personajes o historias que podían salir del día a día, a lo mejor de este blog ya viejo y otoñal.

El asunto derivó en cierto éxito. Concursos que desembocaban en antologías donde nos premiaban en calidad de finalistas. En estas recopilaciones aparecieron algunos de mis mejores partos como La Veintiocho Sesenta (Boxing Day, Ed. Lucky15), Un Final Feliz según Sarah (Relato Breve 2.0, Fund. Imprimátur), o Mayor, 36 (Un Cúmulo de Circustancias, Ed Marlex). El sueño de un fan del libro en papel, y al que se le extravían los ficheros para el ebook por las mil carpetas de documentos.

La guinda a todo este proceso fue resultar vencedor en un concurso de microrrelatos que organizaba la red social/Editorial Falsaria. Vencí en aquellos Microcrímenes y ahí empezó a gestarse mi libro recopilatorio. Falsaria me brindó la ayuda profesional que todo texto precisa. Aquí lo tenéis ahora.

Las tripas del proceso o los contenidos de Periferia Negra serán juzgados por los lectores. Lo más importante de todo ha sido el camino hacia esta obra. Conocer a compañeros de ‘generación breve’. He dado con un grupo como los ahora imprescindibles Ernesto Ortega, Esnaola o David Vivancos, blogueros convertidos en ficcionistas como Dani Díaz (Ni Libre Ni Ocupado).

¿Correr y escribir?

He de reconocer que salir a quemar suelas ha aportado un quintal de ideas.

Ayer me preguntaban sobre usar el running como inspiración. Siempre se habla de los escritores que maravillan después de haber tirado de musas más crápulas. Los escritores malditos que escriben acunados por el bourbon no trabajan tan lejos de los que oxigenamos nuestro cerebro a golpe de zapatilla. Correr genera endorfinas suficientes como para inspirarte, escribir o pintar.

Eso sí. No sé, todavía me lo pregunto, cómo Murakami aceptó a dar por bueno su manuscrito «¿De qué hablo…».

Periferia Negra no va de correr.

Casi.

.

Foto: Pablo Lorente.

Podéis adquirirlo en la web de Bubok disponible en este enlace (papel/ebook).

También podéis escribirme a @_spanjaard via twitter y me enorgulleceré de poder quedar con vosotros y ofrecéroslo en mano.

Un saludo.

Libro: Periferia Negra
Editorial: Editorial Falsaria
ISBN: 978-84-686-3882-9
Páginas: 105

Cosas que deberías saber si viajas al Maratón de Madrid

Madrid no es una carrera difícil. Te llevarás un carro de minutos extra y empezarás a entender eso de que a Madrid no se viene a hacer marca. Pero…

No le eches la culpa al desnivel o a la altitud. Si vienes a Madrid a correr, acompañado por tu pareja, que te adora, o por la banda de tu club, que también te adora, te encontrarás con que EL MURO de la carrera está situado ocho kilómetros antes de la salida. En concreto está situado en esas infinitas posibilidades que tiene la ciudad para salir, tomar algo, caminar y satisfacer a todos los componentes de la expedición.

Podías haber escogido otra ciudad u otro recorrido. Pero queremos darte una bienvenida como mereces. En Madrid somos muy así. De acoger bien a la gente.

Por eso hemos modificado las condiciones bajo las que correrías normalmente un maratón.

Te listo las principales (42) particularidades del maratón que te marcarán hasta el punto de no saber a ciencia cierta si regresar otro año, empadronarte aquí o cantar las alabanzas de nuestra carrera a los cuatro vientos.

1. Tu hotel está cerca de una zona de copas.
2. Tu hotel está cerca de un buen restaurante.
3. Hay más de 20 opciones de enganchar un buffet libre de pasta. ¿Comida de la pasta en la Feria? ¿En serio?
4. En la Feria del Corredor te da más sed que en otras. Al otro lado hay bares. Paseo de Extremadura.
5. Nadie podrá negar a tu pareja que paseéis por el Thyssen o el Reina Sofia.
6. La terminal del aeropuerto te cobra tres pavos para usar el metro. Extra.
7. Se publica y distribuye la Runner’s y Planeta Running y Corricolari. El triángulo maldito.
8. No conocías el vermú de grifo.
9. Cuando cruces la zona del Rastro el día del maratón te picará la curiosidad y comprarás dos sillones estilo imperio.
10. El día de antes podéis ir de la feria del corredor al zoo con los niños.
11. En Madrid vive Antonio Alix.
12. El segundo vermú de grifo está mejor aún, añades a viva voz.
13. Te acuerdas con añoranza de la feria de la pasta (es el vermú).
14. Venden churros y pasarás por la puerta. Una y otra vez.
15. Tenemos una famosa alcaldesa consorte.
16. En Madrid vive el que mandó el km 40 por la cuesta de Alfonso XII.
17. ¿Sabías que en la comunidad de Madrid hay QUINCE DECATLONES?
18. Podrías toparte conmigo por la calle y te inscribirías a un ultra trail de vino y carrilleras.
19. Recomendarás el vermú de grifo a los demás maratonianos, a un señor que lee el As y a un policía local.
20. En meta habrá un momento en que quieras llamar a tu esposa o esposo. No podrás. Un alto cargo visitará la zona e inhibirán la radiofrecuencia. Tómate una bebida en la zona de meta y haz tiempo.
21. Aquí nadie se siente extranjero. Somos tan hospitalarios que casamos a los estudiantes de Erasmus con nuestros bares.
22. Nuestros agentes de movilidad podrían colocar un dorsal a tu coche. Desconocías las mil reglas de la ORA.
23. Madrid logra que rebautices a nuestra actriz como «Maribel Vermú».
24. A nuestros refrescos los llamamos refrejcos. Pero tú ya te has decantado por el vermú de grifo. Avisa, por si acaso, a tu pareja.
25. Madrid dió nombre a CajaMadrid (hoy, Bankia). Acojona, ¿eh?
26. Ya no se pasa por la M30 ni por la zona alta de la Castellana pero hemos encontrado un rato canalla en el recorrido. Lo escondemos para que lo encuentres tú mismo.
27. Seguimos discutiendo si el maratón o la maratón. Mientras, nos la van colando.
28. Estamos buscando donde colocar una calle a los Calambres de Fabián Roncero.
29. El vermú de grifo está demasiado bueno. Les pides patrocinio entre grandes voces y abrazos.
30. La hemos soterrado. Sí. Años preguntándote cómo es la M30 y te quedarás con cara de panoli.
31. Hacemos tiempo hasta que llegue la edición del centenario del maratón. Llevamos 36 años haciendo tiempo.
32. En este kilómetro está el cuestón canalla y donde aprendieron a cocinar Chicote, Paco Roncero y otros.
33. No hemos logrado hacer que Chicote corra. Solamente que juegue al rugby.
34. A Paco Roncero sí. Está abducido y entrenando.
35. Insistimos. El maratón no es duro. Lo que es… es jodidamente largo.
36. Viniste en AVE y te quedaste enamorado de la de cosas que somos capaces de vocear al teléfono (y sin vermú)
37. Hemos trasladado toda la población residente de los kilómetros 3 al 14 del maratón a un agujero negro. Hoy están fuera, ya digo.
38. Verás que a la espalda del Bernabéu y del Calderón hay sendas cuestas asesinas. Da gracias que no subimos el maratón hasta Vallecas.
39. En Atocha venden bocatas de calamares insuperables. Sólo superables por otros míticos bocadillos de calamares. Pasarás y picarás.
40. Aquí la cuesta de Alfonso XII, aquí un amigo.
41. En el kilómetro 24 está Casa Mingo y su pollo a la sidra. Tu pareja te pedirá venir a comer un día. Pero estarás ausente pensando en el vermú (de grifo).
42. La culpa es exclusivamente tuya. Tú elegiste venir a correr aquí (a Madrid).

¡Suerte y buena carrera, por que tú lo vales!

—-
Foto: Blog 10Guillómetros.

Hoy muchos pensamos en Boston

116350-452-550Espeluznante.

Ayer estuve toda la tarde hasta la llegada de los favoritos tuiteando con despreocupada alegría sobre el maratón de Boston. Cerré el PC a las seis y pico hora española y me dirigía a casa. Desconecté pensando en los tópicos, en la suerte de poder seguir eventos a distancia, de que se unan veinte mil personas para correr.

Y el runrun de lo del ‘Patriot’s Day’ estuvo acompañándome mientras colocaba el dial del coche en turbo 3, de verdad. Estuve haciendo memoria de mi equivocación previa, pensando durante años que no era el Lunes de la celebración del patriotismo estadounidense sino el Lunes de Pascua, el día que se corría el Maratón de Boston.

Que lleva celebrándose desde 1897. El evento más añejo del mundo del correr. Ajeno (o no, ya vemos) al devenir del mundo. De sus juegos olímpicos, de sus presidentes, de sus guerras.

Pero ya vemos que no. El cobarde (como siempre) y abominable hecho de colocar explosivos con el objeto de matar al mayor número de gente también alcanzó ayer al  maratón bostoniano. A los familiares que esperaban, a amigos, a autoridades. Qué más da. Seres que disfrutaban de una mediodía de ocio.

Massachussets, hasta ayer ajenos, lejanos, como todo esto, a la brutalidad. El estado verde, cuna de los Sox, de los Celtics, de las victorias del indio tarzán Brown, hoy llora porque el terrorismo ha golpeado en sus calles. Muertos y heridos recuerdan hoy a todo el mundo que nuestro planeta está en constante agitación.

Por un lado el ocio de los humanos. Por otro su capacidad de generar horror. Vaya especie.

¿Cómo es una zona de meta?

Habitualmente una prueba deportiva como un maratón tiene reservada un buen hueco en la ciudad para su celebración. Se delimita el tráfico y se corta un tramo de no menos de un kilómetro para la meta, las gradas, la zona de llegada. El maratón de Boston tenía ayer desde Boylston St no menos de dos millas acotadas.

En esa zona se encarrila a los participantes a pasar a una zona de descanso donde se acumulan centenares de personas. Tiendas de campaña que ayer servían de hospital improvisado normalmente son zonas de masaje, donde puedes recoger las mochilas con tu ropa, beber y comer algo que te repone. A lo largo de miles de metros cuadrados el corredor para y deja que la alegría de terminar los 42km195 sea completa.

Anteriormente  muchas pruebas colocan gradas donde miles de espectadores (donde podrían estar tus familiares o amigos) ven tu llegada a meta. Sorprendentemente la ciudad de Boston relajó los controles de seguridad en un día tan señalado.

Durante la retransmisión que se podía seguir en directo por ‘watchlive’ resultaba pintoresco la cantidad de soldados y demás personas uniformadas a lo largo de la ruta. Podías ver soldados marines pertrechados con equipación de campaña haciendo a pie el recorrido. Pues bien, todo eso no sirvió.

¿Es un sitio seguro?

Pues habitualmente lo es. ¿Dejamos que nuestros seres queridos acudan a estos eventos?

Pero, ¿por qué no? Las ciudades están llenas de eventos donde sus ciudadanos acuden a miles. Nadie tiene por qué quedarse en casa por la amenaza de la violencia. Quizá sea lo que la violencia busca. El miedo.

Que ningún miedo te deje en casa por absolutamente ningún concepto.

Un abrazo sentido a los que se han visto afectados por semejante acto de barbarie. Hoy todos salimos a correr con un nudo en el estómago.

Que no se nos quite el nudo de la conciencia de cómo está el planeta el resto de los días.

¿20? No, 42195. ¿Minutos? No, metros

Nos hemos inscrito. El mismo viernes en que las inversiones del millonario Adelson aterrizan oficialmente en Alcorcón. No a fumar, echar monedas de euro a las tragaperras o a contratar servicios de compañía por un módico precio. Nos hemos inscrito para correr.

No existen registros históricos o legajos que haya desvelado la arqueología aunque se sabe que por la redacción hay algún corredor que otro. Paco, el jefe de distribución, ha hecho incluso alguna de 100km. Peeeero, por primera vez en los anales de los blogueros de 20minutos nos vamos a meter dentro de la carrera para contar las tripas de un maratón, como componentes del equipo «Diario 20Minutos».

¡Jefe, que se sepa!

Hemos escogido una carrera en expansión creativa y con un reto por delante: lograr que una ciudad como Madrid no sea un esquivo y gruñón vecino al que lo de los tipos en pantalón corto y camisetas técnicas monocolor le resulten un incordio. El próximo 28 de Abril a las 9 de la mañana, a la hora en que madrileños de ambos sexos se recogen después de una noche de farra primaveral y, otra retahíla de madrileños comienza a montar los chiringuitos del Rastro, participaremos en el maratón de Madrid, hoy día bajo la denominación de origen tal que Rock ‘n’ Roll Madrid Maratón & 1/2. Ou yeah.

Así las cosas, tendremos que contar qué vicisitudes y qué preguntas nos asaltan antes de pasar de veinte minutos a unas cuantas horas. De 20 a 42.195 sería un título tan bonito para un libro… ¡No!, ¡Es ironía!

Pero quizá esto tenga truco y mi experiencia no dé para tantas cuestiones.

Por ello, lo transformaré en un personalísimo compendio de esos tremendos dos meses previos al maratón, que no lo son tanto.

Si queréis saber cosas como las siguientes, seguidme, pollos. Recomendad este blog a vuestras amistades.

¿De qué preocuparse cuando entrenas para un maratón? ¿Entrenar para mejorar o para terminar contento del esfuerzo? ¿Corro mirando al reloj o a los monumentos? ¿Calculo la ingesta de agua y bebidas isotónicas o me paro en un bar y me doy un capricho espumoso? ¿Lo digo en mi trabajo o espero a que se enteren o a que me echen?

Prometo no ser muy cargante ni monopolizar los temas habituales con ese tonillo.

Querría incluso ser de utilidad.

 


Foto: Facebook RNR Madrid Maratón

¿Qué se mueve por México?

Las cabeceras de 20minutos han saltado al otro lado del Atlántico (¡seguramente los que estemos al otro lado somos nosotros!). Los millones de hispanohablantes se multiplican y este diario abrió el mes pasado su edición México. Correr, además, es universal. Si unimos los dos términos probablemente salte la banca. Un director de marketing avispado se frotaría las manos, si no lo han hecho ya, ante la multiplicación de posibilidades.

Ciento diecisiete millones de habitantes. Tres mil kilómetros de arriba abajo. Montañas de más de 5.000 metros. Selva. Barrancas. Costas por más de 11.000 kilómetros. Megalópolis. Grupos étnicos que suman millones de habitantes pero que permanecen desconocidos en el resto de la hispanidad. Un gigante planetario que genera información de la que no somos conscientes fuera de sus fronteras.

Hace unos años contacté con no recuerdo quien (¡te ruego que me perdones si me estás leyendo!) en plena efervescencia del correr. Eran las últimas oleadas de la crisis mundial de los noventa y el comienzo de las páginas de internet donde miles nos metíamos a contactar, rastrear, sondear recorridos.

Y no había grandes cambios desde lo que usábamos como material con respecto a los ochenta. Tampoco sabíamos que Murakami escribiría sobre sus trotes o que el fallecido Micah True estaba viviendo en plena Barranca del Cobre. En realidad existían pocas descripciones sobre los indios raramuri. Digamos que las noticias generadas sobre una minoría social dentro de un deporte que no conseguía escapar de minoritario eran muy pocas. Pasábamos una vez al año como lectores por un reportaje en un medio generalista. Ya fuera el periplo olímpico de turno, o alguna incidencia sociológica sobre corredores semiaficionados que trabajaban como bestias.

A este lado del Atlántico, insisto, ya digo, al lado malo, nos llegaban escasas noticias del final del sistema priísta, del ascenso de la alternancia partidista, del ‘milagro económico’, muchas veces tamizadas por el conflicto en los estados de Chiapas o de Oaxaca. En realidad eran solo unos pocos leídos los que sabrían qué era Oaxaca.

El correr evolucionó. México evolucionó. Internet se desmadró y quizá intentó borrar a toda prisa las fronteras que tan lentamente se construyeron. A través de los nuevos canales inmediatos solamente llegaban malas noticias. Yo me preguntaba si no era para tirarse de los pelos. Ciento doce millones de habitantes no podían estar generando únicamente noticias sobre desgraciados sucesos de muertes. Pero hay más. Kilotones de energía en este valle de lágrimas que es el año que todos desprecian.

Datos. En facebook las páginas de corredores mexicanos acumulan cientos de miles de seguidores (la marca del swoosh tiene 270.000 solo en México). Twitter arrastra casi 20.000 followers para un compendio de rutas como Endondecorrer, o 10.000 para la revista Runner’s o el sitio RunMx.

Quizá seas uno de los miles de corredores de todo tu país que están deseando gritar noticias positivas, sobre este estado vital (como decís algunos). No sabemos apenas cosas de vuestras inquietudes. Vale, las imaginamos. ¿Por qué no las compartes con el mundo? Si eres alguno que ha caído por este rincón, qué coño (así de finos y educados somos en España), ¡¡deja una noticia buena sobre el estado del correr en tu país!!.

México se merece más presencia. Es un empeño personal.

‘Eserelojdecorrer’ (Todo lo que quisiste saber sobre los regalos que ahora miras)

¿Quién no ha deseado tener la combinación de detener el tiempo, amalgamar la materia y parar las ideas malignas de los villanos? Estás repasando esa pila de bolsas de plástico que contienen papel con el que se podría envolver Groenlandia. Lees en la etiqueta de la lycra para corredores palabras traducidas por google. En las instrucciones del reloj de plástico se apiñan comas mal situadas, las zapatillas para maratón son una bota malaya y te cortan la circulación sanguínea de un dedo y dos uñas giran en sukahara carpado hacia dentro, tu delicada carne. No han sido muy hábiles con los regalos de navidad.

 

Tienes, además, diez mejores ideas sobre qué regalar a un corredor. Esa inscripción a tu primer maratón, el posicionador de tus rutas por satélites hasta hace poco de uso antimisiles o esas sesiones con el mejor fisioterapeuta, para dejar de lado las sobrecargas de la fascia ileotibial.

¿Es que no fuiste claro? Pues haberlo sido.

Tienes hasta las próximas celebraciones para construir una cultura proactiva para con tu Liga de los tipos en ropa deportiva. Es un momento complicado de la existencia humana y debes afrontarlo

¿Conciliación paterno-filial o esa amortiguación para pronadores?

¿La poderosa atracción de ese ultratrail por sendas alpinas o el bono de los parques reunidos?

La ilusión de un hijo hace que en mi muñeca haya un reloj con una correa imitando piezas de Lego. Pesa como una chirimoya y los digitos están construidos en 16bits. Y es que si definimos las fiestas navideñas como familiares, no cabe duda que los lazos entre mi hijo y yo quedarán indisolublemente soldados. Hemos pasado veinte minutos alicates en mano para quitar un pasador de metal entre dos piezas de gomilla y hacer el engendro más ajustado a un reloj. Para alejarlo de la nave alienígena de juguete. Porque salir al día siguiente a rodar 18km con una suerte de omnitrix de Ben10, eso hay que ponerlo en perspectiva emocional.

– Tiene gracia, hijo. No sé cómo has llegado a deducir que me hacía falta un reloj para correr.

Cuando entrabais a la tienda multisecciones con la idea de finiquitar la lista de los regalos navideños, tu cuerpo quería seguir a tu mujer y niños hacia la planta de juguetes educativos y libros. Tu lenguaje corporal y los ojos, sin embargo, eyectaban fuego. Salían despedidos a la sección del podómetro.

¿Te has enfrentado alguna vez en batalla a muerte entre los miembros de tu familia? ¿En Navidad?

– Amor. El año que viene…