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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

10 millones

En el minuto de oro de los llamados ‘share’ televisivos del pasado sábado, con la noche tan buena que hacía, con musicales (Madrid es la tercera ciudad en el mundo que más musicales tiene en cartelera), teatro, el país donde mejor se sale de cañas o de copas y con los brotes verdes que ya nos van invitando a salir a la calle sin esa mirada huidiza del que debe hasta las bragas, con todas esas cosas por hacer, menores de edad acostados, desinteresados y demás de por medio, hubo un momento de la noche del puto sábado que se juntaron más de diez millones de españoles frente a la televisión. Veinte millones de ojos, sesenta y dos mil cerebros en rodaje y medio millón de ellos sin cobertura o papeles.

¿Habían acogotado al rey borbón?, ¿el avión presidencial español había saltado por los aires?, ¿daban las claves para recoger de manera gratuita un bono vacaciones o un cheque con 400 euros para los libros de tus hijos?. No. Era esto. El clásico entre el Real Madrid de Fútbol y el Fútbol Club Barcelona, ofrecido por laSexta, consiguió una audiencia media de 8.768.000 aficionados, lo que se tradujo en un excepcional share del 48,2%. El encuentro registró además el minuto más visto del sábado, llegando a superar los 10 millones, o sea, un 55% de las personas que estaban viendo la televisión (Fuente Fórmula TV). Insisto, de 43 millones de personas mal contados y peor avenidos, si mandamos a la cama o a las celdas de sus frenopáticos a -seamos generosos- 8 millones de españoles, de esos 35 restantes, había casi uno de cada tres viendo el fútbol, mamando los post o previos y limpiándose el ojal con los mundosdeportivos, los ases o los marcas.

Lo mismo es que estoy perdiéndome algo, que el fútbol eleva a un estado somnoliente cercano a las levitaciones producidas por las drogas alucinógenas o el repetido rezo de mantras de monotonía flat square. Aunque, a dos terceras partes del país, excluyendo los del receptor de radio y los que lo vieron por internet, ya digo, dos terceras partes, no estaban viéndolo. Toma un grupo de tres personas de la calle, esas abuelas, por ejemplo, las del carro. Dos de ellas ni hicieron mención por pasarse a ver como los especuladores se pavoneaban en el palco presidencial del campo. Imagina tu clase en la facultad o en el instituto. De los 38 que sois, a 24 el asunto se les quedó tal que in albis. En la mesa, mientras cenas esta noche, mira a tu alrededor. Los niños acostados, esa esposa que bastante tiene con los cotilleos y con hacerte la comida, total, solo quedas tu acodado frente a los regates de Xavi o las coces de Gago.

O sea, que 10 millones no son tantos. Son tontos, quizá.

3 comentarios

  1. Dice ser celemin

    Pues amigo Luis, ni tantos, ni tontos. Yo no vi el partido (ni tampoco otro canal), pero creo que el problema del fútbol no lo es tal si uno lo ve por convicción y no porque es lo que hay que ver. Me explico. Uno puede ver fútbol y ser intelectualmente positivo. Entonces ni es malo, ni es opio ni na. Sólamente un entretenimiento. Ahora cuando el fútbol se convierte en lo más importante de una vida, y uno es capaz de salir a la calle porque a tu equipo lo han bajado de categoría, pero no es capaz de salir a defender los puestos de trabajo de tu ciudad, entonces el fútbol se convierte en el mecanismo de aborregamiento y de la tontuna sublime. El jurgol visto así, es opio, droga dura y paralizante intelectual.

    Salud, amigo y que sepas que habitualmente te leo y me gusta leerte, sólo que no tengo nada que decir.

    13 abril 2010 | 11:10

  2. Dice ser darkover

    Pues a pesar de que yo nunca veo júrgol el sábado lo vi. Las circunstancias se cojuraron para ello y mientras cenábamos lo tuvimos puesto.
    Tengo pendiente una entrada en mi blog sobre el tema, pero lo que me ratificó el otro día el «clásico» es que el fútbol es uno de los mayores camelos de la historia. Un deporte sin ningún interés ni emoción per se si le despojas de el forofismo y el «amor a los colores». Solo se me ocurre un deporte más coñazo, el beisbol. Incluso el curling es más entretenido.

    Y del entorno mejor ni hablamos, claro.

    13 abril 2010 | 12:49

  3. Dice ser macario

    Yo lo ví. Me apetecía, el partido fue trabado pero intenso y, para los que nos gusta el fútbol, estuvo bien. Para los que nos gusta el FÚTBOL (mayúsculasrojonegritaarial36), fue además justo.

    Otro día ya veo el salvamedeluxe o me releo «Los Episodios Nacionales», pero mi estado neuro-vegetativo de un sábado noche, a falta de mayores estímulos, se apuntan a hacer lo mismo que otros 10 millones.

    Si a uno le gusta el fútbol, lo ve; si no, pasa. Si cuento a amiguetes que me he chupado los últimos 80 kms de la París-Roubaix, me miran con misericordia. Y si me cuentan la faena de Chicuelo de Carrasceljo de la Jara, bostezo.

    13 abril 2010 | 16:40

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