Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Y yo, con estos pelos

Tomaría unas fotos pero llego tarde a unas y de las otras me da reparo. Con la ciclogénesis compasiva tuvimos un poco de aire y apenas bajas materiales o personales, salvo en la cornisa cantábrica. Pero a los cartonistas del mundo, seres cuasi de otra galaxia, peleando entre su superyo nietzscheano y su pocoyo cuarentoniano, peinándose para delante y ahucándose la pelambre, los días de ventarrón son un mirarse constantemente a los escaparates y de reojo a las ventanillas de los coches aparcados. Entonces te encuentras mirando de abajo arriba, con cara de Salvatore Maranzano, y esos pelos están sin control, siendo el hecho más grave porque son tus pelos. Tus últimos pelos.

Decidido hará días, anoche pasé por el barbero. Parezco entrado en quintas. Habré ganado 10 años. Dejé todo perdidito de canas y de mechones. El muchacho terminó con calambres en las falangetas y empleó la friolera de 40 minutos a tijera. Un toro noble.

Pero hacía más días que esaba decidido que tenía que hacerme los pinchos. Los de las piernas. Ahora parezco un alien con las piernas pintadas con rotulador. Y se acercan los días de nuevo del pantalón corto. ¿Cómo me presento yo así en ningún evento? ¿Seré el primer general posnapoleónico que entra en Buitrago con pelánganos como Macario o como José Sacristán?

Cristo, cristo (anticristo).

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