Runstorming Runstorming

Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

El mundo de las apuestas

Este año hay aguna novedad en carreras que todos conocemos. Un conocido maratón hace un precio especial a cambio de una novedosa forma de financiación y colaboración: una casa de apuestas por internet, a cambio de haberse registrado y realizar una apuesta por 20 € en los eventos relacionados, te lo canjea por una inscripción de pleno derecho al citado Maratón.

El juego ha sido uno de los motores contra el aburrimiento del ser humano. Organizado o informal, legal o ilegal, ha pasado por vicisitudes y periodos en los que era un indicador para el día de la semana o un hecho prohibido y reprobable, ha sido un dinamizador de las economías locales o de las virtuales, y se ha basado en cientos de variedades: apostar una cantidad a números de una serie, en mesa, en bonos de rascar, de abrir, incluso a eventos o hazañas deportivas. De hecho es en la consecución de una barbaridad deportiva donde más pasiones se han desatado y mayores cantidades han ido por medio. Ojo, no intentes incluir en barbaridad deportiva la de achuchar tu perro contra doscientas gallinas cluecas. Sabes de qué hablo. «A que no eres capaz de ir hasta X y volver» o «Mi corredor te da 5km de ventaja y te atrapa sobre x distancia».

Distancia o tiempo. La ‘porra’ relacionada con el correr. Chiquito de Arruiz, Antonio Echaniz o Domingo Igarabide, como comenta Andy Miloy en su artículo sobre los korrikolariak vascos, o los eventos de marcha y caminatas del mismisimo siglo XIX y los pedestrians como Robert Allarice, que apostó recorrer caminando una milla cada hora durante 1000 horas seguidas (y que consiguió entre el 1 de Junio y el 12 de Julio de 1809). Como se puede ver, apostar por correr es algo inherente a la capacidad de correr y caminar. Tan viejo como el concepto de ‘ver quién la tiene más larga’.

Pero nos genera rechazo. Si los de PAF se alían con Mapoma nos parece aberrante. Si betandwin patrocina equipos de fútbol es moralmente reprobable. Pero todos los años jugamos a la loteria de Navidad. O siempre cae una porrita informal en el trabajo o en el bar del pueblo.

De coña y medio en serio, le comentaba a un amigote del foro de LaNevera.org sobre si se apostaba algo a que superaría un número de kilómetros sobre el circuito de las 6h de Fresnedillas. Asímismo lo hemos comentado el otro ideador de la prueba y yo, si sería una manera de enganchar a los participantes locales; lanzando una porra en un bar. Es inevitable, es un mecanismo al que recurrimos para forzar, para picar o sugerir con malicia a nuestras amistades. Lo curioso es que … funciona. Lo leemos en la red, foros, blogs, el fácil y constante intercambio de información y opinión lleva al homo dorsaliensis a apuntarse continuamente a eventos porque han sido mencionados o lanzados como reto por otro amigo. «Coño, ¿vas también al maratón alpino?, pues venga, ¡otro a la saca!», «¿Que no termino la media de Latina en 1h55? ¿te apuestas las cervezas de después?».

¿Apostarías en una porra tal que, por ejemplo, un compañero de entrenamientos propone pasar de una distancia determinada o un tiempo determinado? ¿Nunca te has jugado una caja de cervezas por alguna apuesta similar?

2 comentarios

  1. Dice ser Bandoneon

    Las apuestas tienen mala fama. Pobres apuestas. Cuando salen bien, es que el mundo es de los audaces, cuando salen es porque arriesgo demasiado. Cambiar de trabajo, elegir un lugar de vacaciones o pasar un coche en la carretera son tambien apuestas. Siempre estamos apostando. Certezas contra incertidumbres, deseos contra realidades, nosotros contra la mariposa que agita las alas en Hong Kong para producir el terremoto en New York. Creemos que podemos predecir como termina el enorme caos que permanentemente nos rodea. Pero peor y mas miserable nos hace no solo creer que podemos profetizarlo sino que ademas podemos manejarlo. Te apuesto lo que quieras a que hay algo de eso.

    13 febrero 2010 | 22:21

  2. Dice ser Marc Roig Tió

    Bonita entrada. El mundo de las apuestas estuvo a la orden del día con los korrikolariak que cuentas; ahora ya no se vive así -a lo grande- y sólo quedan algunas cervezas como premio por una apuesta ganada.

    14 febrero 2010 | 12:42

Los comentarios están cerrados.