Me ví a compral el Hola, que lo sepas

Los responsables de las campañas de Verano de esos grandes almacenes deberían contactar con mi santa. El oxigenado de un fin de semana sin criaturas ha dado en la culminación de la ontología veraniega. El verano, el por qué es en cuanto a que existe, el marketing criminal que está y nos amenaza por el mero hecho sádico de estar ahí año tras año. Igualito que ese día en que decides que ya está bien y que sales de nuevo a correr. Citas ineludibles, por tanto. La de la playa, ritual que el año pasado situamos en Tossa de Mar y que, repitiendo latitudes, este año trasladaremos a Salou, y que ya tiene lema.

Que sepas que este año no me voy a llevar un libro a la playa. Me ví a compral el Hola para que ningún mensaje profundo pueda enturbiar mi mente.

Mi musa de verano y de entretiempo -ahí va con su chandal parcelero, a por el periódico, sesión Domingodesoltería– tiene claro que alcanzar el estado máximo de madre playera es un sincretismo que necesita de varias fases y modos; fusión de juvenil lectura y maternal bolso o capazo de enea; es la servilleta de papel donde asoman entre minúsculos granitos de arena los cereales saqueados del buffet del desayuno y los móviles 3G; las llamadas a grito pelado para darse crema, el topless y Obedientín, nuestra colchoneta surfera infantil. Síntesis, camino de meditación y pensión completa.

Por cierto, dos notas de la semana. Convocarán para el otoño el nuevo Concurso del Blog del Año, en el 20minutos. Veremos si se repite la embarullada primera edición. ¿Debo presentarme en la categoría de Deportes o de Blogs personales?. La segunda. Busco movimiento por las zonas playeras de Tarragona en la página de los corredores catalanes, Corredors.cat, y está más muerta que viva. ¿Una segunda muerte tras la de su predecesora 10de1000.com?

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