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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Ración de combate

Esta colección de actores secundarios que se ha dado por llamar España lleva desde los años setenta sin ir de combate. Desde las guerras de Africa, Sidi Ifni y demás contenciosos mortales, llevamos una bonita y amenazada treintena de años sin sufrir la guerra en nuestras calles. Sui géneris, me refiero. Tenemos, sí, tiros en la nuca, odio encarnecido, apuñalamientos nazis y también guerrilla de baja intensidad, a la que han llegado las tecnologías más avanzadas (móvil, mp4, difusión en internet o en el Diario de Patricia).

Pero cuando un menor de 40 años ve verde, camuflaje y camiones de ruedas gordas, éste, que ni tuvo tiempo de decidir sobre las bases constitucionales de 1978 ni se le informó de que pie cojeaba la transición española, cree que son colores e imágenes de agentes forestales, ecologistas, cazadores garrulos o de radicales gays de iconografía skinhead. Personalmente evité la milicia mientras pude (Spanjaard-1, Llamada a filas -0) y el conato más reciente ha sido el asunto de observar a esos nobles y serviciales legionarios cercanos que organizan pruebas de ultrafondo. Hoy día, olvidado que cercan y prohiben con valla metálica el acceso a campos (de tiro), el acceso a ciudades (Melilla) o el acceso a la homosexualidad (mientras tienen diana floreada), uno se acerca a lo militar de las maneras más peregrinas.

Hoy 25 de noviembre de 2007 tengo mi ración diaria de combate. Calma en las filas. Spanjaard sigue teniendo pavor a quienesquiera homínidos armados. A mi esposa santa y guerrera (se ha cascado 6.5km en la Cívico Militar de Madrid) le han dado en la bolsa del corredor una camiseta amarilla-objetivo fácil y una ración de combate para un soldado español en guerra. En acción.

Lata de pote gallego de 300gr. Sobre instantáneo pasta 13gr. Calamares de combate rellenos. Pastillas antifatigantes, dos. Pastillas rehidratantes o algo así. Pastillas para hacer fuego en combate. Cerillas (éstas se las tiraré a un ratón que tenemos en la oficina a ver si lo aniquilamos) y folleto de instrucciones.

El regalo más original jamás visto en una carrera pedestre. La mejor manera de acercar lo militar a lo civil: a través del ejercicio del meneo del bigote. Las dos Españas, unidas. La civil tripera y la castrente cocinística.

Y mañana Lunes me la empujaré a mediodía a ver si noto lo del ardor guerrero. Aunque sea ardor de estómago. Prometo crónica de las pastillas antifatigantes y de la pasta de 13gr.

5 comentarios

  1. Dice ser Mondo Gitane

    Alucino vecino. Dios, tenía que haber leído ésto antes de postear hoy…
    No se coma Vd. eso, por favor.
    Me recuerda cuando, en Apocalypse Now, el general que le encomienda a Willard la misión de cargarse a Kurtz le tiende una bandeja llena de gambas y le espeta: «Si las prueba, no tendrá que probar su valor de ningún otro modo..».
    A mí me quitaron 15 meses de mi vida, éstos de los «calamares de combate».

    26 noviembre 2007 | 12:13

  2. Dice ser sylvie

    Esa crónica con los efectos secundarios, por favor…

    tenía que haber pedido el menú B, que igual era el bárbaro, el bueno, el de batalla…

    besitos.

    26 noviembre 2007 | 17:30

  3. Dice ser pepe-despacio

    No te comas eso, Luis, a ver si se te hace un agujero en la barriga con las cerillas o con el chicle «para la higiene dental».

    Lo de las pastillas para el agua a lo mejor están ricas, no sé.

    26 noviembre 2007 | 17:48

  4. Dice ser Jesus Fernandez

    Juer, pote gallego… a mí me toca repetir con carne estofada… el mismo menú que hace un año, cuando debuté en esta carrera.

    Estos caminos extraños del correr, que me han llevado a correr (por dos veces) carreras organizadas por el ejército (odio las armas), carreras del día sin alcohol (donde nada más acabar te tomas una jarra de cerveza helada), sansilvestres masificadas cuando huyo de las aglomeraciones… en fin, a pesar de las contradicciones …. moooola.

    27 noviembre 2007 | 08:59

  5. spanjaard

    Ah, esas carreras contra la droga y organizadas por Alcohólicos Anónimos…. Con sus voluntarios fumando y algunos con pestazo a resaca. Es como el ejemplo de tu médico de cabecera, el que te receta paciencia para dejar de fumar con esos dedos amarillos y el pulso tembloroso del estrés (del estrés de llegar tarde a tomarla).

    27 noviembre 2007 | 09:26

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