«Se podría considerar…»
Pues coño, considéralo. Ayer me reía y casi me estampo en la Avenida de Logroño, you know, en la pirula diaria saltándome un semáforo a contradirección, como todos los conductores -ojito- y al tiempo me veía anciano, como un dinosaurio lazárico (de Lázaro Carreter, el hombre que me porfió sobre la maratón). Heredero de las clases de ortografía, lis dictados. Me ví más cerca de mi padre, setentón (casi) y excombatiente de las brigadas de educación infantil vulgo maestroejcuela. Mucho más cerca que de los aspirantes a teósofo krausista que hoy compiten en las facultades, «dios me libre tomar parte», pensaba yo, «pero benditos mis excompañeros de facultad y a los crios que les hayan caido en suertes».
Al lío. Venía con el entretenido locutor de Radio 3 que da repasos sistemáticos mas originalísimos a lo más alternativo del pop y rock del planeta. Sí, el del frenillo. Entrevistaba telefónicamente él a un organizador del festival de rock de, creo, Miranda de Ebro. Y tanto uno como el otro iban sobrehilando podríamosdecirses, estoesunpocos, delestilodes y sepodíadecirses. ¿Dijeron algo?. Podríamos decir que sí.
¿La música de este año irá más en la onda de, digamos, lo que se viene haciendo en los principales conciertos?
Daban ganas de arrancarle la piel al entrevistado, vivo, antes que la conversación se templase y perdiese ese rojo sangre rockero, y ponérsela, para contestar algo así como «¡Cómo que podriamos decir!, ¿es que intentas decir algo?, ¿se te ha comido el frenillo la capacidad de metaforizar con estilo y vas a colgarle el mismo cliché a mi Sí de las Niñas, a mi ojito derecho, al turrón de mis sobremesas decembrinas, a mi pedacito de infusión de aromas rockeros alternativos?. Dilo, dilo si tienes cojones. Ah, que no sabes, que solo te manejas con -digamos- clips que sacas de unas notas y prendes en otras que vas redactando en tu piso de 450.000 pavos mientras al fondo pinchas la versión 34.005 de Dylan».
Y luego he tenido que frenar porque un gilipollas salía, digamos sin mirar, un poco como sin poner el intermitente podríamos decir, de un antro de putas de toda la vida que se llama Club 166. Y luego ya se había roto la magia.
No he entendido nada. Cada día me funciona menos la neurona-pepinillo que tengo. De verdad, no he entendido nada…
03 octubre 2007 | 18:48
Yo tampoco.Pero tienes que contar eso de que porfiaste con Lazaro Carreter sobre «la maraton». Mereces un altar ;)Saludos.
03 octubre 2007 | 19:37
Coño, no es tan complicado… ¿O si?. Me meto con la falta de recursos de los supuestos ilustrados a la hora de hablar.Creo que ya escribí sobre «el y la» maratón… buscaré entre mis archivos.
04 octubre 2007 | 08:55
Jajajaja… Lo que a tí te pasa es que los rulos estresao entre zaragüelles y casi en ayunas, te están afectando… ¡Coñe, ¿que no había fútbol a esas horas?!
04 octubre 2007 | 09:19
Por si te vale de algo, yo sí te había entendido, Esponjas y, estoy contigo, ya ni siquiera oigo la radio.En cuanto a lo del maratón, prefiero la maratón y sobre todo la media maratón, faltaría más.
04 octubre 2007 | 09:54
Pues las coletillas parlantes de toda la vida…¿qué esperas ya hoy en día?…vamos, que no tenían ni papa…besitos.
04 octubre 2007 | 11:58
vaya panda awelocebolletasTrpnk
04 octubre 2007 | 15:44
Y luego he tenido que frenar porque un gilipollas salía, digamos sin mirar, un poco como sin poner el intermitente podríamos decir, de un antro de putas de toda la vida que se llama Club 166.Muy bueno, Luis, muy bueno. Digamos que yo hubiese puesto alguna coma más en ese párrafo, pero creo que podriamos considerarlo como cojonudo. Jajajajajaja. Además en la avda. de mi pueblo. Calle mayor de Logroñooooo, cuantos suspiros te deboooooo, cuantas veces he rondadoooooo, la sombra de tus paaaaaaaredeeeeeeees. Esa jotica. saludos.
05 octubre 2007 | 23:49