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Poner un pie delante de otro nunca tuvo tanta trascendencia.

Muertes, muertes, más muertes

¿Quién me pide ahora optimismo?, ¿qué explico yo a mis hijos respecto del futuro y de la esperanza de pertenecer a esta especie que se asesina por odio, mata cuando no tiene, mata cuando tiene pero menos o de diferente modo que sus semejantes, se suicida por placer o sin quererlo y con máquinas rodantes o en nombre de una religión, mata en nombre de una idea vacía para su estómago pero que le envenena el cerebro, asesina por hambre o con hambre de más muerte?

¿Les dejo esto como legado?, ¿les cuento que hay dos soluciones o tres, a cual más nihilista?, ¿les preparo para que la muerte no natural sea algo cotidiano que deberán leer cada mañana, cenar mientras ven las noticias y de la que habrán de escabullirse como ejercicio normal salvo que quieran perder la salud mental? La muerte les rodeará, y o la aceptan o tendrán que vivir con ese apéndice moral asqueroso de huir y de mirar a otro lado, de negar que nos estamos aniquilando con cuentagotas en las carreteras o en masa en atentados o a la ruleta ruta o con enfermedades y hambre y guerras que lo juntan todo y que luego, de nuevo, hay que olvidar. Incluso escribir de ello en pasado o en futuro, para poder salir a la calle a mirar a los ojos a estos semejantes asesinos que compran el pan y hacen cola en el peaje como tu.

6 comentarios

  1. Dice ser Viguetana

    La muerte siempre ha estado aquí. Lo jodido es que nosotros hemos podido permitirnos el lujo de arrinconarla, obviarla de alguna forma.Me temo que lo mejor que pueden aprender «nuestros» hijos es que la muerte forma parte de la vida; así como la maldad, la venganza, la hipocresía, la injusticia…Pero también que ellos tienen una mente propia para decidir en todo momento en qué lado quieren estar.Y que, aunque a simple vista no lo parezca, en el día a día, lo mejor es elegir vivir a las buenas.De todos modos, no te envidio el tener que hablar con tus hijos sobre tanta mierda.

    16 agosto 2007 | 07:42

  2. Dice ser Carlos

    Estoy con viguetana. La maldad forma parte del ser humano, así como el bien. Siempre habrá quien se decante por un camino u otro, aunque la mayoría nos movemos en un difuso gris en el que se entremezclan, en función de la pureza de nuestra conciencia, las buenas obras con otras de las que no nos debemos sentir orgullosos.Se trata de intentar dirigir a nuestros retoños, (y a nosotros mismos), todo lo que podamos hacia el camino correcto, aunque a veces tropecemos.Un abrazo. 😉 🙂

    16 agosto 2007 | 08:43

  3. Dice ser Cocoloco Amamower

    Pues esto es como lo de los Reyes Magos. Lo ideal es que nunca tuvieran que enterarse de la cruda realidad, y si lo hacen, cuanto más tarde y de la forma menos cruenta, mejor. Pq es muy, pero que muy difícil explicar el surrealismo de esta vida (mejor dicho, el surrealismo de la muerte estúpida, gratuita y sin sentido) a alguien que conserve un ápice de inociencia. :-((( En cualquier caso, esto es la rueda que gira y gira y nos conformamos con que no nos pille a nosotros y los nuestros. ¿Solución? ¿Culpables? Puf, hata Internet se nos quedaría pequeña. :-(»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»»http://cocolocus.blogspot.com, la bitácora casi sin comentarios.

    16 agosto 2007 | 09:51

  4. Dice ser Pablo

    La Naturaleza también puede ser mortífera y devastadora (como ayer en Perú): lo paradójico es que esas catátrofes muestran que a veces la solidaridad también es posible, que —pese a todo— siempre queda un rescoldo de esperanza en nuestra propia especie.

    16 agosto 2007 | 15:47

  5. Dice ser Correora (es que no es oportuno...)

    Incluso se puede luchar indefinidamente contra esa naturaleza perversa que nos pretenda invadir y enquistársenos.

    16 agosto 2007 | 22:06

  6. Dice ser Jack Daniel's

    Mejor incítales a la bebida, es más relajante.

    17 agosto 2007 | 12:01

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