Los tiempos cambian. Hace años no hubiéramos imaginado que fuera posible lo que hoy nos trae en exclusiva la revista Pronto: la infanta Cristina y su familia tomando bocatas en la playa.

Foto: © Rosy

Los toman como cualquier mortal que va a la playa los domingos, envuelto en su papel de aluminio y todo, y por supuesto no les falta la típica neverita que tanto apaño da a quienes van a pasar un día entero al sol de verano.

La curiosidad me corroe: ¿serían de salchichón o, peor aún, de mortadela de aceitunas?, ¿de bonito del norte, tal vez de salmón, por aquello de darle un poco de glamour a la cosa?

Yo me perdí en la historia turbulenta de Urdangarín y Cristina hace tiempo, pues en mi cabecita loca no cabe que personas que son millonarias y que lo van a ser toda la vida puedan robar nada a nadie.

¿Para qué? Es una pregunta sin respuesta. No he encontrado una sola respuesta a esa pregunta que sea coherente y me satisfaga: son todas irracionales, casi tanto como lo fue en su momento que el exalcalde de Marbella arruinara su vida de esa manera, metiendo el cuello en más de veinte tipos delictivos, de tal forma que era imposible que no lo cogieran.

Total, que ahora están cual familia feliz, ora tomando bocatas en la playa, ora viendo cómo los muchos niños (Juan, Pablo, Miguel e Irene) que tienen se inician en el surf (hay fotos en el interior). Desde hace años se escapan del bullicio de Mallorca (y del acoso de los flashes) para relajarse en Bidart, localidad francesa mucho más tranquila y en la que comparten ocio y diversiones con las familia del balonmanista.

Me encanta que la monarquía sea llana, como el pueblo. De hecho, pienso que lo más de lo más sería ver a la reina Letizia y a sus hijas piji-fashion (¿visteis la portada del Hola?) tomando bocatas de mortadela de aceitunas en la playa sin faltarles la neverita de camping con sus cervecitas y sus refrescos (en el caso de la infanta Cristina refrescos y gazpacho, según se ha visto en las fotos).

Respecto al caso Noos, a la infanta le hicieron una rebajita en la fianza y todo sigue su curso judicial algo tenebroso. Yo sigo sin entender nada. Pero nada, nada. ¿Me lo explica alguien?