“Para mí sí es fácil lidiar con la fama. Siempre reivindico la fama y estoy en contra de esos famosos que se quejan de la fama. ¡Pues hija de puta, si no te gusta ser famosa, sé cajera del Día!”, cuenta Mario Vaquerizo en una entrevista con LOC. Así es él: llano, deslenguado, políticamente muy incorrecto. Y no, no sabemos si Clara Lago se dará por aludida, pero en este sentido, qué queréis que os diga, creo que tiene muchísima razón. Y doy fe de que en las distancias cortas es muy pero que muy amable: jamás niega una foto y siempre tiene una palabra para agradar al otro.
Mario y sus Vaquerizismos, que es como se titula el libro que acaba de publicar, un ensayo en el que escribe lo que le da la gana: barbaridades, chascarrillos, cosas con más o menos sentido para el mundo pero que a él le da la gana de contar. Y es que, si algo hay que reconocerle, es lo libre que es y que se muestra. Como si hubiera hecho suyo aquel impagable tema que ya cantaba en los 80 su mujer, Alaska, que por cierto esta semana ofrece junto al gran Nacho Canut cuatro conciertos en Madrid, cuatro (y para el del jueves, por ejemplo, ya no quedan entradas).
Pero sigamos con los vaquerizismos de Mario. “No me afectan que digan que soy un mamarracho, un maricón… pero a mi familia sí”, cuenta. Y asegura que él no construye ningún personaje, que no se puede ser personaje 24 horas al día, aunque advierte que su día a día es más común de lo que podríamos pensar.
“Tengo una vida mucho más convencional de lo que la gente se piensa. Intento dormir siempre 7 horas. Me gusta ir al gimnasio, aunque ahora no voy. La gente me dice: ‘Te veo en las fiestas’. Y yo en las fiestas estoy trabajando. Cuando no quiero que me vean no me ve nadie, porque me voy a casa de mi amiga Topacio en una finca a emborracharme, a colocarme…”
Aún no he podido leer el libro, pero desde ya voy diciendo que me creo lo de que es políticamente incorrecto.