En el escenario del Capitol, antes de que comenzara la película, Penélope Cruz agradeció a todos los presentes el hecho de que estuvieran allí y se emocionó al recordar a su padre, y mencionó a su madre, que estaba presente en la sala y que es una mujer muy llana y muy normalita, muy simpática.
Luego habló Julio Medem, director del filme, y luego un silencio denso se apoderó de la sala: era el silencio que requería una película dura como Ma ma, la película que estrenaban en plena Gran Vía de Madrid.
Y es que aunque ayer cedí el protagonismo a la puesta de largo en NY de Vargas Llosa y Preysler, no quería yo dejar de hablar de esta maravillosa première en la que hubo tortas por asistir (ningún famoso se la quería perder) y en la que Penélope Cruz brilló como la estrella que es y en su casa, en Madrid, rodeada de todos los amigos y de su pareja, Javier Bardem, que en su último estreno, hará dos años, no acudió y ahora sí.
No posaron juntos antes las cámaras (sólo les cogió juntos, yo no sé cómo, un medio extranjero), pero el hecho de que él acudiera ya fue suficiente. A mí me gustó mucho que acudiera y también verle sonriente junto a su madre, Pilar Bardem, y junto a su hermano mayor, Carlos, que está bien orgulloso de la cuñada y de su hermanito y que acudió con Cecilia Gessa, su novia desde hace ya bastante tiempo, también actriz.
Penélope estuvo maravillosa, atendió a los medios, se hizo fotos con los fans que había agolpados a las puertas del cine durante un montón de tiempo y también con los organizadores del evento, con los amigos, con todo el mundo que quiso.
Estaba espectacularmente guapa con ese vestido negro palabra de honor sexy y ajustado, de Chanel, y sobre todo se le veía feliz. Feliz de trabajar de nuevo en el hogar después de seis años, y con una película que le ha marcado tanto, que habla de un tema tan delicado, como es el cáncer de mama. Recordemos que ella es productora de la película junto a Julio Medem, lo que quiere decir que ha invertido mucho dinero para que pueda salir adelante una producción española, lo cual es digno de alabanza.
“Acabábamos todos bastante tocados al terminar el rodaje”, ha explicado Penélope, aunque en su estreno no estaba tocada ni falta que hizo, al contrario, estaba radiante. ¡Queremos verte en más estrenos en Madrid, Penélope!