La gente de Rosy Runrún La gente de Rosy Runrún

Corazón, corazón; corazón pinturero.

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El del distanciamiento entre Agoney y Raoul

Operación Triunfo nos está dando muy buenos momentos que trascienden más allá de lo musical. Las relaciones de amor y amistad de sus concursantes son una auténtica delicia pero… ¿Qué pasa cuando se acaban? ¿Cuando el amor se esfuma? ¿Cuando las amistades se quebrantan? Pues lo que pasa es que sobre el escenario, y más cuando se juega con sentimientos, poco o nada se puede fingir.

El amor entre Amaia y Alfred es más que evidente: se miran, se cantan, se enamoran con cada nota y cada gesto, y lo mismo ocurre entre Aitana y Cepeda, que además, ahora que Aitana ya está soltera, por fin Cepeda tiene vía libre para decirle lo mucho que le quiere sin importarle hacerlo en el foco público o en la intimidad. Y ojo, que ella también le responde.

Con Agoney y Raoul, la cosa no es igual. Los que, como yo, seguimos OT con gran asiduidad (sus historias de mor sincero entre canción y canción me vinieron genial para superar mi ruptura), fuimos partícipes de cómo el amor de lo que parecía más que una amistad surgía ante las cámaras. (Y eso que vimos poco, porque según me cuentan su relación de amistad se fraguó más en el dormitorio y en la lavandería de la academia…)

¿Qué ha pasado entre ellos? Pues nada, que se acabó lo que se daba. Que las maneras que tenían de ver su relación eran totalmente distintas.

Según he podido saber gracias a los rumores y comentarios que me van llegando de gente cercana a su gira, Agoney podría estar más pillado de Raoul que Raoul de Agoney. Parece que su forma de entender su amor era diferente y esto habría provocado un distanciamiento entre ellos que va más allá de los escenarios. Por ejemplo, cuando comen en grupo, y aunque ya se hablan, lo hacen poco y sentándose bastante distanciados. Ya no compartirían habitación, ni viajes. De hecho, y sin ir más lejos, recientemente Raoul estuvo de fiesta en Ibiza dándolo todo con varios amigos y, al parecer, sin acordarse demasiado del canario que, que aunque tampoco se queda encerrado en casa, sí que podría llevar un poco peor el tema de su separación.

Si no eres como yo, que me entero de muchos cotilleos por ahí y de casualidad, tienes dos opciones para seguir esta historia: o bien leerme (que no estaría nada mal), o jugar a descifrar los mensajes en clave que se envían los triunfitos a través de sus instastoriesy los de sus compañeros. Sacarás conclusiones verdaderamente interesantes si analizas sus fotografías y sobre todo sus actitudes en la gira. Tras el parón en su agenda de conciertos ocasionado por la participación de Amaia y Alfred en Eurovisión, el enfriamiento en la relación de Agoney y Raoul es más que evidente cuando los ves sobre el escenario.

Así defendían antes, con beso incluido y casi como si recitasen el lema del Team Rocket, el amor, la libertad y la visibilidad, que tan populares les ha hecho entre el colectivo LGTBI al terminar de cantar Manos Vacías:

Aquí ya se ven diferentes actitudes: Agoney parece más sincero y entregado que Raoul que, con una risa nerviosa, podría estar manifestando su incomodidad con el momento beso. Y si de incomodidad hablamos, hay que hablar, y analizar lo que pudimos ver hace una semana en las Islas Canarias cuando, después de 2 meses, se retomó la gira de OT. Misma canción, actitud diferente:

Durante la actuación ni se rozan, casi ni se miran, la frialdad entre ellos es más que evidente, y queda patente cuando al terminar de cantar no hay ni beso, ni un mensaje tan claro como el que vimos antes. En esta ocasión, Agoney se limita a decir «viva el amor» y por separado abandonan el escenario. ¿Qué te parece? A sus fans no les ha gustado demasiado.

Amistades que se transforman y que no volverán a ser como antes, la vida, lo efímero de la fama, las ganas de comerte el mundo y de ir por libre, el amor y sus formas, las rupturas… En estos meses yo me he hecho un máster, y aunque, como aquella, no sé dónde tengo el título: Agoney, si tú lo necesitas, yo te doy unos consejos, y como diría Gabo: «Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa». A mí, me tiene loca. Y la de Raoul también eh, pero no se por qué me da la sensación de que quien necesita más mimitos ahora es Agoney.

Rosy.


Ah, y si has coincidido con ellos por la calle o con Aitana y Cepeda en el hall de un hotel, si Alfred os da más likes de la cuenta en vuestras fotos de instagram, y me lo quieres contar… estoy deseando leerte. Mándame un mensajito a través de twitter, facebook o instagram.

En el que Rosy vuelve cuando los ‘emojis’ pelirrojos llegan a WhatsApp

Pues sí, he pensado que como mañana ya estarán disponibles en todos nuestros WhatsApp los emojis de pelirrojos, era buen momento para regresar a la carga. (No lo sabías, pero soy pelirroja natural).

Vuelvo renovada (y con Instagram), probablemente con más ganas que nunca y con la intención de implicarme un poquito más con todo lo que escriba. ¡Me pienso mojar más que un churro en su tazón de chocolate!

Este esperado regreso (casi más pedido que el de Brad Pitt con Jennifer Aniston) se produce después de un inesperado abandono: me abandonaron. Eso es exactamente lo que me ocurrió. El que hasta febrero era mi novio decidió, de manera unilateral y sin moción de censura ni nada por el estilo, poner fin a nuestro idilio amoroso después de casi 2 años y medio de amor intenso a distancia. ¿El problema? La distancia. La distancia y que él, que vive felizmente en la casa de sus padres (con ellos) en un pueblecito andalú, no quiere mudarse a la gran ciudad. Y mira, yo lo entiendo: en Madrid los alquileres son ridículamente caros, el verano demasiado seco, la contaminación es una amenaza, él tendría que cocinar su comida todos los días y no depender de los deliciosos guisos de su mamá, se lavaría y plancharía la ropa solito, yo me enteraría de sus ‘juergas flamencas’ con sus amigotes y, probablemente, de las veces que me es infiel, tendría que buscar un nuevo trabajo, salir de su zona de confort… ¡Exacto! Su zona de confort. Ese es el problema y… bueno, que es un vago y que no me valora tanto como a los guisos de su señora madre. (Señora, que yo a usted la adoro, pero su mochuelo hace días que no tiene plumón. ¡Déjelo volar! Y si no se va del nido por sí solo… una patadita y listo. Verá qué rápido alza el vuelo).

¡Qué a gusto me he quedado oye! (Os dije que me iba a implicar, pero jamás pensé que tanto).

Volvamos a mi realidad, o al menos a nuestra realidad compartida: ¡Madre del amor hermoso! Me voy unos meses de retiro y recuperación espiritual y pasa de todo por aquí: la hija de Amancio volverá a pasar por el altar, Harry se casa con la de Suits, Bigote Arrocet y María Teresa Campos sacan un disco y solo dos señoras que andaban perdidas por El Corte Inglés de Nuevos Ministerios van a su firma. Kiko Rivera está deprimido, Paula Echevarría y Miguel Torres todo lo contrario, y mientras Bustamante baila en la tele con la que podría ser su nueva chica. Belén Esteban le gana a Toño Sanchís en los juzgados, y Pelayo ya no juzga el look a nadie y ahora baila compitiendo con Busta. Laura Matamoros ya es mamá y Tamara Gorro va a adoptar. Chabelita y Alberto Isla (en la isla) hacen como que se casan, los triunfitos triunfan más allá de su plató, Aitana lo deja con su Vicente y Cepeda se le arrima… (Coge aire Rosy). ¡Qué barbaridad! Y todo esto solo desde febrero. Si es que… no os puedo dejar solos.

Y como no os puedo dejar solos: ¡he vuelto! Tengo ganas, motivos para estar aquí y sobre todo muchas, muchas cosas que os quiero contar, y otras tantas que llegarán a mis oídos, o a mis ojos, y no me podré guardar para mí sola.

Gracias por estar ahí, no os defraudaré.

Palabra de Rosy.