Está claro y es evidente que Marta López hizo las cosas mal. En su día ya se comentó que, junto a Alfonso Merlos, que era su pareja, ya se había saltado el confinamiento y habían ido de una casa a otra aparentemente sin importarles demasiado el tema del Coronavirus y ahora, ha cometido el tremendo error de salir de fiesta por Marbella sin mascarilla.

Desde que a mitad de semana a Marta López le diese positivo su prueba del coronavirus, la vida de la tertuliana ha cambiado drásticamente. Marta se encontraba en un buen momento laboral y personal: después de haber superado su terrible ruptura con Alfonso Merlos tras descubrir el presunto engaño de éste, Marta estaba rehaciendo su vida (o creando un burdo montaje) al lado del viceverso en el olvido Efrén Reyero. Marta se estaba asegurando su trabajo, su continuidad en la televisión y su porvenir en un momento en el que, si no me equivoco, su contrato con Sálvame estaba a punto de llegar a su fin.

Fue a primeros de mayo cuando se publicó la noticia del contrato de 33.ooo€ que Marta López pudo haber firmado con Telecinco después de que estallase el escándalo del Merlos Place. Ese contrato, tal y como se publicó hace tres meses, tendría una duración de…, (o casualidad) tres meses. Lo que quiere decir que en la actualidad, el contrato de Marta estaba prorrogado o a puntito de acabarse. ¿Fue por esto por lo que Marta potenció en televisión su relación con Efrén?

La cuestión es que después de su imprudencia en Marbella que le ha valido contagiarse de coronavirus, Marta puso en riesgo a sus compañeros y a la plantilla entera de Mediaset al ir a su puesto de trabajo y los de la cadena decidieron prescindir de sus servicios. ¿Me parece bien? Pues sí, la verdad, pero he de reconocer que también creo que esto es como lo de la entrada de la Pantoja a la cárcel o lo de la multa de Hacienda a Lola Flores. Creo que, aunque con razones de sobra, el despido de Marta López no deja de ser una medida ejemplarizante..

Marta, que tal y como me dicen fuentes muy cercanas a ella, «no para de llorar«, estaría muy preocupada por su incierto futuro laboral ya que, cuando el Merlos Place llegó a su vida, la colaboradora se encontraba en una complicada situación económica. Su trabajo para una empresa de alimentación organizando caterings para fiestas estaría en pausa ya que por la situación de la pandemia el volumen de encargos habría disminuido y según comentaron los medios Marta estaba en un concurso de acreedores como consecuencia de las deudas de otro de sus negocios.

Mis fuentes me dicen que Marta, quien de momento no se ha manifestado al respecto, está totalmente destrozada y apoyándose en sus amigos como Isabel Rábago o Makoke, quien también estuvo de fiesta con ella y que también podría ser sancionada por la cadena al haber mostrado la misma actitud poco responsable.

Las redes sociales, no cesan en pedir el fulminante despido también de Makoke. ¿Acudirá este fin de semana Makoke a Viva La Vida? Me temo que no.