En Sálvame dejan el futuro profesional de Lydia y Terelu en manos de la audiencia

En el eterno programa de las tardes de Telecinco nadie es imprescindible. Durante las últimas temporadas de la saga Sálvame, lleva camino de cumplir nueve años en antena, hemos visto como algunos de los colaboradores que han dado más contenido y horas de share han desaparecido repetentinamente. Rosa Benito que se encargó de hacer subir la audiencia de tardes y tardes con sus desavenecias con su ex, Amador Mohedano, destapando tramas de sus cuñados y defendiendo a su hija Chayo, dejó el programa de un día para otro, Raquel Bollo, antes íntima de Isabel Pantoja y ex de Chiquetete siguió el camino de la alicantina. Karmele, presente desde el primer día en la mesa de Sálvame también se esfumó, y él último, uno de los pesos pesados, tanto trayendo noticias como vendiendo su vida, Kiko Matamoros, decidió bajarse del barco hace tres semanas. El programa sigue, la vida sigue y la audiencia sigue también fiel a Sálvame.

El resto de la televisiva plantilla es totalmente consciente de esto y el nerviosismo por si habrá un siguiente colaborador en la cola del paro es más que evidente. Lydia y Terelu lo dejaron patente ayer, cuando se enteraban por un portal de internet de que sus jefes habían mantenido conversaciones, en las que tras valorar el rendimiento de los tertulianos, concluían que ellas dos tendrían más papeletas para cambiar el sillón de plató por el del sofá de su casa. La reacción de ambas, después de que se filtrase la noticia y de que ‘la cúpula’ no la desmintiese, no se hizo esperar. A la hija de María Teresa se le quedó cara de póker, no podía haber elegido mejor el outfit, un vestido lleno de interrogantes. Terelu intentó morderse la lengua, pero dejó patente que se sentía traicionada: «Me estoy cabreando. Me hubiera gustado que si este tema iba a salir, haberlo sabido antes».

Lydia, como reina del chuminero y de la lágrima fácil, no defraudó y explotó al sentir una puñalada trapera: «Me hubiera gustado que me den un toque, me den un tiempo de prueba y si no remonto, me echen. Pero no así en directo. Igual me estoy excediendo, pero yo lo estoy pasando muy mal. Me parece muy desagradable la forma en la que ha pasado todo. Desagradable, bochornoso y humillante, porque tenemos la confianza para hablarlo. Pero yo prefiero que me lo digan ya y me voy a mi casa, no voy a estar aquí toda la tarde llorando y con dolor de estómago».

En ocasiones anteriores, los jefes ya han ‘jugado’ con el despido de alguno de los miembros de su plantilla, pero lo han hecho con humor, como con Chelo García Cortés, a la que cronometraron durante tardes enteras para descurbir que su perfil era tan bajo que en cuatro horas aportaba dos palabras y un estornudo. ¿Irán en serio esta vez en la Fábrica de la Tele? De momento, en la web de Telecinco.es han creado una encuesta que ha conseguido ya 53.000 votos para que la audiencia decida, al estilo circo romano, si quieren que las colaboradoras se vayan a la calle. Al final en Sálvame, como en todos los negocios, manda la ley de la oferta y la demanda.

**Fotos: Telecinco.es

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