La gente de Rosy Runrún La gente de Rosy Runrún

Corazón, corazón; corazón pinturero.

El nuevo director creativo de Loewe celebra una cena privada en Madrid

La Casa de Velázquez de Madrid se transformó anoche en el salón de Jonathan Anderson, el nuevo director creativo de la casa Loewe. Un muchacho rubio con cara de tímido que a medida que iba pasando la noche se iba soltando la melena. El sitio era de ensueño y los invitados muy seleccionados. No era fiesta de photocall, ni sarao masivo, sino una cena privadísima para amigos muy cercanos a la marca y actores y actrices admirados por el joven Anderson, al que todos definen como: «Inteligente, talentoso y muy divertido».

Los elegidos fueron Jaime de Marichalar, Modesto Lomba, Nieves Álvarez, Laura Ponte, Jose María Manzanares, María Pagés, los hermanos León (María y Paco), Quim Gutiérrez, Najwa Nimri y María Valverde. ¡Qué gente tan dispar verdad! Es cierto lo que comentaban las pocas periodistas invitadas y es que son gente con un toque especial, con algo diferente. Eso puedo entenderlo de Najwa, de los León, de Quim si me apuras… Pero ¿Qué tiene de especial Marichalar? La verdad es que no sé responder a esta pregunta.

La cena comenzó con el encorsetamiento propio de este tipo de eventos hasta que, pese a estar en julio, empezó a llover como si se fuese a acabar el mundo en ese momento. Los invitados emitieron gritos de ¡Uy!, tomo muy educado, y como por arte de magia la velada se relajó y todos empezaron a dejar de encoger barriga con tranquilidad. Fue el mismo proceso que sufrió el anfitrión, que entre la lluvia y los mojitos riquísimos que preparaban se transformó en divertido. ¡Es que tiene solo 29 años!

Lo mejor llegó cuando Johann Wald puso sus manos en la mesa de mezcla y la música hizo su trabajo. ¡Ideal! Laura Pontes se puso a bailar, Paco León sedujo a todos los invitados con su don de gentes y Quim se paseó por el patio del palacete mostrando sus encantos. No, por muy buena que fue la música Marichalar no se arrancó a bailar. Tampoco lo hizo Pagés, para el disgusto de todos. ¡Qué tonterías digo! ¿Os imagináis que la bailaora tuviese que bailar a cada sarao que la invitan? ¡Pobre mía!

A media noche la gente se fue despidiendo pero hubo un pandillón alrededor de Anderson que decidieron seguir la marcha en el centro de Madrid. Con él, Laura Pontes, Quim y algunos estilistas y artistas amigos también invitados. ¿A qué hora terminaría la gracia?
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FOTO: GTRES

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