Visitamos el búnker privado de oro más importante de España. Tras pasar los respectivos controles de seguridad, se hace la luz y uno se siente como el Tío Gilito.
Nada de cajas fuertes inmensas o salas despampanantes. Tras una enorme puerta, una especie de armario empotrado.
Se abren las puertas del armario (nueve toneladas de protección) y el amarillo brillante lo envuelve todo. ¿Cuánto dinero hay aquí? – me parecía poco… “Dos millones y medio de euros”.
“Coge éste lingote” – me dicen… Pesa doce kilos y medio. A 23.071 euros el kilo… 288.000 euros en mis manos.
Se cierran las puertas del búnker y volvemos a la calle. Me habría quedado en esa sala durante horas… Ese amarillo lo envuelve todo.