Ciencia, tecnología, dibujos animados ¿Acaso se puede pedir más?

Entradas etiquetadas como ‘naufragio’

El abono del barco holandés

El buque en dificultades Ostedijk está cargado con 6.000 toneladas de un fertilizante de tipo NPK15-15-15C, una de las formulaciones más utilizadas en agricultura, compuesta principalmente por los tres elementos que más consumen las plantas. NPK significa Nitrógeno, fósforo (Phosphorus) y potasio (símbolo químico K), En la fórmula el nitrógeno promueve la síntesis de clorofila y el crecimiento rápido de las plantas, mientras que el fósforo activa el crecimiento de tallos, flores, frutos y raíces y el potasio refuerza la salud general de la planta. Se utilizan diferentes mezclas para distintos cultivos, con los números indicando sus proporciones, no en peso, sino en compuestos útiles a las plantas. Así 15-15-15 significa 15% de Nitrógeno (normalmente en forma de nitrato de amonio), 15% de fósforo medido como pentóxido de fósforo (P2O5) y 15% de potasio en forma de óxido de potasio (K2O). La mezcla NPK 15-15-15 es típicamente creada por el llamado Proceso Odda, un método de fijación industrial de nitrógeno de origen noruego. Se presenta en forma de gránulos de entre 1 y 4,75 mm de diámetro de color rosado.

Los fertilizantes NPK son en general bastante seguros, aunque en determinadas condiciones pueden ocasionar problemas que han provocado la pérdida de más de un buque mercante. La existencia en su composición de nitrato de amonio, que puede ser explosivo especialmente cuando está contaminado con otras sustancias como derivados del petróleo (la base de mezclas como el ANFO o el Amonal) no es sin embargo la principal preocupación, ya que la proporción es baja y el compuesto muy estable. El principal problema de los fertilizantes NPK es que a elevada temperatura pueden iniciar una descomposición química que libera gases como óxidos de nitrógeno, amoniaco, cloro y ácido clorhídrico mezclados con vapor de agua, en vapores irritantes para ojos y garganta aunque no demasiado peligrosos. El problema se plantea cuando la reacción se convierte en autosostenida, como parece haber ocurrido en el buque holandés. Una vez iniciada, el calor desprendido por la descomposición hace que el resto de la carga tienda asimismo a descomponerse en un proceso muy difícil de detener por más que se enfríe la mezcla. El galante Ostedijk no lo va a tener fácil, aunque afortunadamente en caso de hundimiento la carga es soluble en agua y no contaminante: tan sólo corre el riesgo de fertilizar una baqueteada zona de la Costa de la Muerte.