Entre las resoluciones de año nuevo destaca una: simplificar nuestra vida para que sea un poco mejor. Equilibrar, consiguiendo un mejor balance entre el trabajo y el resto de nosotros. A menudo las tecnologías, como el teléfono, el móvil y hoy la Red, se consideran complicaciones, líos, factores de caos. Nuevas cosas que hay que aprender a manejar y después mantener a costa de tiempo, atención y sudores. Bien usadas, sin embargo, pueden proporcionar un poco de paz. Un correo puede reemplazar a una llamada telefónica, y no fuerza a coger el teléfono; una lista de distribución permite distribuir una tertulia entre los momentos de tranquilidad, y un blog nos mantiene informados sin apenas esfuerzo. Comprar el detergente y el papel higiénico en un supermercado online libera tiempo para palpar las frutas en el mercado local; contar con la información que buscamos justo cuando la buscamos nos hace más productivos en el trabajo sin alargar la jornada. Es tiempo de aprovechar las herramientas para facilitarnos la vida. Por un simple e internauta 2007.