El pasado 12 de marzo se cumplieron 50 años de la formación de la primera unidad del mando estadounidense de bombardeo equipada con el modelo B-52 Stratofortress, en 1956. El Ejército del Aire estadounidense planea utilizarlos hasta 2050, cuando alguno de los aparatos (el último se construyó en 1962) tengan más de 90 años de edad. Diseñado en los últimos años 40 como arma estratégica nuclear, el B-52 es básicamente un camión de bombas más parecido a los bombarderos de la Segunda Guerra Mundial que a los actuales aviones de combate. Capaz de llevar 31,5 toneladas de armamento de todo tipo a 14.200 kilómetros de distancia (sin repostar) a 1.000 kilómetros por hora, veterano de todas las guerras posteriores a Corea, temido por todos los que han sufrido sus ataques, poseedor del récord de misión de combate más larga (38 horas) y con una disponibilidad mucho mayor que la de sus hermanos más modernos, el B-52 Stratofortress ha matado a miles de personas a lo largo de los años.
El B-52, apodado BUFF (jodido gran gordo feo, o gran gordo volador en la versión políticamente correcta), fue devuelto a la juventud gracias a las bombas de precisión JDAM, y se transformó en uno de los favoritos de las tropas estadounidenses en Afganistán gracias a su capacidad de permanecer a gran altura durante muchas horas, colocando bombas de gran potencia con enorme precisión y rapidez. Cometido que también cumple diariamente en Irak. Naturalmente el metal y la electrónica que forman el cuerpo de estos gigantes han sido reemplazados varias veces; poco queda del material inicial, aunque los poco eficientes motores a reacción, conocidos por sus estelas de negro humo, siguen siendo los originales. Pilotados por tripulaciones mucho más jóvenes que ellos, los BUFF seguirán volando. Y matando.
jaja igual como en la calle Elmmas viejo que Freddy Kruggersigue matando gente 🙂
22 marzo 2006 | 20:19
eso…la técnica al servicio del progreso
22 marzo 2006 | 21:51