Cuando uno realiza una acción o dice una palabra que sin querer revela lo que se piensa de modo inconsciente, se habla de ‘Desliz freudiano‘ o parapraxis. Justo esto es lo que le ha pasado a la industria fonográfica estadounidense, que con una simple propuesta ha traicionado lo que en el fondo le gustaría que ocurriese en el futuro. Que es simple: quieren que todos les paguemos un impuesto, a través de los proveedores de acceso a Internet. Según este esquema, su telefónica le cobraría a usted unos euros al mes que luego le entregaría a las fonográficas, y a cambio tendría derecho a toda la música que quisiera escuchar. O que no quisiera, porque todo el mundo pagaría la tasa en cuestión. Si a alguien le suena esta idea, es por algo: es una traslación estadounidense del canon digital español, pero a favor de las empresas fonográficas y no de los artistas. Así que habría que ir apilando nuevos impuestos para satisfacer a todos los escalones de implicados en una industria agonizante. Si la idea se concreta, luego habría que ir preparando un canon para compensar a los fabricantes de agua embotellada por el agua corriente en las casas. Y después para los bares de oxígeno, y que todo ese aire gratis no les arruine el negocio. La industria fonográfica lo que quiere es un impuesto privado, como todos. Bueno, como todo el que tiene mucho morro.
El agua y el oxígeno no son creaciones intelectuales, pero después de ver cómo alguien es capaz de pedir el copyright del silencio, yo ya me creo cualquier cosa.
01 abril 2008 | 9:23
Yo insisto en que la industria fonográfica estadounidense y las mafias -ups, quise decir lobbies, se me escapó la translation- de artistas españoles no tienen culpa de nada. Mira si yo fuera ellos es posible que hiciera -pidiera- lo mismo, o incluso más.La única culpa es de los POLITICUCHOS de uno y otro lado del Atlántico que les consienten, que les amparan y que les benefician vergonzosa e injustificadamente. Para más INRI con la muletilla en la boca de adoptar la «solución menos mala». Estos si que tienen el rostro de hormigón armado para que no se les caiga, y el morro de aquí a Cuenca. Qué asco.
01 abril 2008 | 9:46