Ciencia, tecnología, dibujos animados ¿Acaso se puede pedir más?

Patentes y guerra nuclear

Con las patentes de software se repite el viejo proverbio: cuando los elefantes luchan quien muere es la hierba. La patente, un monopolio temporal del uso de un invento a cambio de su publicación, garantizado por el estado, no es mala, con las invenciones tangibles. Sólo se oponen a ellas quienes rechazan la idea misma de propiedad, o están en contra del estado. Pero en los EE UU un juez extendió las patentes al software y los modelos de negocio, y ahora se patentan cosas que no se pueden tocar. Hay oposición, y con buenas razones: las patentes de software se están concediendo mal, y las grandes empresas han creado arsenales de patentes disuasorias. Ahora ya no basta con tener una buena idea para montar un negocio: hacen falta abogados feroces y mucho dinero para defenderla. Los elefantes están empezando a hacerse la guerra entre ellos, y es nuclear: hasta a Microsoft le duele pagar una indemnización de 1.500 millones de dólares, como acaba de ordenarle un tribunal. Las patentes de software están empezando a costar demasiado dinero a la empresa estadounidense. Ya hay un fuerte movimiento de reforma de esta absurda idea de patentar lo intangible. Sentencias como ésta lo reforzarán; esperemos que además impidan que en Europa copiemos esta locura.

9 comentarios

  1. Dice ser Oso

    Seguro que la avaricia gana a la ética. Cuando se trata avaricia por dinero y ética profesional, desgraciadamente gana la avaricia.Espero que con el tiempo las cosas vayan cambiando, si es que pueden cambiar.Un saludo cordial.

    30 noviembre -0001 | 0:00

  2. Dice ser Retiario

    Estimada Atenea:La violencia de género es un enorme problema social. Que tiene sus propios lugares de discusión, donde viene a cuento; éste no es uno de ellos. Por eso he borrado tu comentario.Muchas gracias por tu atención e interés, y un saludo.PP Cervera

    30 noviembre -0001 | 0:00

  3. Dice ser naldoco

    La (única) razón de ser de las patentes es fomentar la innovación. Y la clave es que en el ámbito del software se puede demostrar que precisamente las patentes son un obstáculo para la innovación, luego las patentes de software no son en absoluto apropiadas.

    30 noviembre -0001 | 0:00

  4. Dice ser pipollo

    no se puede nadar contra la corrientees tonto…………..

    30 noviembre -0001 | 0:00

  5. Dice ser mced

    En un lado la ética y en el otro la avaricia. Es la balanza ante la que se encuentran nuestros legisladores y gobernantes. Veremos cuál eligen.

    27 febrero 2007 | 9:43

  6. Dice ser jgarcia

    Por desgracia lo copiaremos, Pepe. Tenemos esa «virtud»: todo lo malo se nos pega.Llevo varios días visitando tu blog y lo encuentro muy interesante.

    27 febrero 2007 | 10:49

  7. Dice ser Suso

    Pues en este caso no es la hierba la que muere, son los propios elefantes… Es el cuento del cazador cazado. Yo creo que este movimiento perjudica a las grandes empresas, pero como colateral puede crear un resquicio para pequeños proyectos a los que no sería rentable demandar (por insolventes) o proyectos distribuidos o difusos o sin ánimo de lucro en los que no hay ningún sujeto claro al que demandar. Ya veremos en qué acaba la cosa.Por otra parte a Microsoft le está bien empleado.

    27 febrero 2007 | 16:29

  8. Dice ser ::

    Las patentes de software son una buena idea, siempre que se limiten a un periodo corto de tiempo, que dado el rápido avance de la tecnología debería ser muy corto (nunca más de 5 años). Las patentes permiten crear barreras de entrada y por tanto ayudan a la inversión inicial. El problema viene con el sistema de patentes, creado por abogados y no por técnicos, al no ser de consulta completamente pública y no ofrecer garantía de patente correcta (aunque la oficina la reconozca como tal, un juez puede decretar a posteriori que la patente no es valida) es terreno abonado para el trabajo de los departamentos legales, que tienen mucho más poder en las empresas grandes.

    27 febrero 2007 | 23:21

  9. Dice ser daniel

    Creo que no estoy de acuerdo con parte de lo que dices. Es perfectamente posible oponerse a las patentes (incluso a toda forma de propiedad intelectual, pues las patentes no son más que eso), sin necesidad de oponerse a la propiedad sobre bienes tangibles ni tampoco al Estado. Una patente es un monopolio sobre una idea, y por tanto es una forma de propiedad sobre un elemento inmaterial. Como decía Jefferson, presidente de los Estados Unidos (y creo que por tanto podemos suponer que no era contrario a la existencia del Estado, ni a la existencia de la propiedad) «Si la naturaleza ha hecho una cosa menos susceptible de propiedad exclusiva que todas las demás, ésa es la obra de la facultad de pensar, llamada idea, que el individuo puede poseer exclusivamente mientras la guarde para sí; pero en el momento que se divulga, pasa por fuerza a ser posesión de todos, y quien la recibe no puede desprenderse de ella. (…) Entonces, los inventos, no pueden, por naturaleza, ser objeto de propiedad».(citado en: http://www.wired.com/wired/archive/2.03/economy.ideas.html)Hay muchos otros ejemplos, pero lo que quería decir es que es posible oponerse a la propiedad intelectual (incluidas las patentes) y no esperar también la desaparición del Estado y la propiedad sobre bienes físicos. No en vano, desde el punto de vista de la economía, la correcta definición de los derechos de propiedad, se justifica por que si existen bienes escasos (como pasa en el mundo físico), el definir bien la propiedad es lo que nos servirá para lograr resultados óptimos. Sin embargo, esa lógica no vale para las ideas, pues las ideas no son bienes escasos sino lo que en economía se llama bienes libres.

    16 abril 2007 | 12:43

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