‘En este mismo año, 1241 desde la Encarnación, en el sexto día desde el principio de Octubre, en domingo, el Sol se ocultó de nuevo y el aire se oscureció. Hubo mucho terror entre las gentes, igual que en el eclipse de tres años antes, como hemos atestiguado’.
Thomae Historia Pontificum Salonitanorum et Spalatinorum, referido al eclipse solar del 6 de octubre de 1241
Algunos afortunados han podido ser testigos del fenómeno de refracción provocado por los árboles; muchos hemos contemplado con ansia los cielos para ver si era posible divisar estrellas, aunque el oscurecimiento no ha sido de tal calibre. Y ahora todos regresamos a la normalidad, aunque con un cierto desasosiego; hemos contemplado un fenómeno titánico, y eso pesa.
Esperemos que los pésimos augurios que, ahora también nos recorren aunque no por el eclipse, no sean más que eso, cuentos de viejas. Aunque la cita de arriba demuestra la fragilidad de la razón; milenios hace que conocemos el porqué de los eclipses, y sin embargo nos siguen sobrecogiendo, e incluso aterrorizando a la menor excusa.
Volvemos pues a la programación habitual…
Citas extraídas de Mr. Eclipse; traducción del inglés culpa de Retiario.