Hola a todos.
Hay veces en la vida en las que pienso que estoy loco, o que debería replantearme mi existencia. Es como si vivieran en un mundo tomado por los zombis y de vez en cuando, cansado de huir de ellos, me entraran ganas de dejarme coger y acabar con mi sufrimiento.
En el caso del que os hablo los zombis son las chonis/suflamenquitas/pokeros/poligoneros, como los queráis llamar. Estoy pensando en dejarme llevar hasta la estulticia y el horterismo y hacerme choni.
Y, ¿por qué estas trasnochadas reflexiones?
Pues por culpa de Las joyas de la corona, el reality de Telecinco que se supone que intenta convertir a un hatajo de analfabetos, hedonistas y borregos en unos pijos analfabetos, hedonistas y borregos.
Porque amigos, no esperaba menos de Telecinco, pero después de ver el programa confirmé mis temores: más de lo mismo y de la peor ralea.
Han cogido a unos cuantos chavales, ellas creyéndose las más guapas y siendo del montón y horteras hasta la náusea y ellos con cuerpos danone y cerebros petisuí, y pretenden convertirlos, no en personas educadas y cabales, sino en pijos de vómito y caricatura.
¿Y a quién quieren engañar? No van a conseguir más que un montón de monas vestidas de seda. ¿Qué harán estos nuevos pijos repelentes cuando lleguen a su barrio? ¿En qué fiestas de alta alcurnia y baja estofa van a participar?
Los profesores son una panda de elitistas (empezando por Carmen Lomana) que se creen superiores al resto porque piensan que entre sus heces se puede encontrar huevas de caviar. ¡¡HASTA LA PROFESORA DE BAILE TIENE UN ACENTO PIJO QUE DA GRIMA!!
Además, el hecho de que Telecinco intente curar a los chonis de su forma de ser es como si las tabaqueras quisieran acabar con los fumadores. O sea, la programación de Telecinco, con Belén Esteban como estrella, la reina de lo zafio y vulgar, es una fábrica de niñatos y niñatas cuyo objetivo en la vida es hacerse famosos, sin mérito, sin esfuerzo y sin más.
Pero claro, ¿qué busca el programa? ¿Convertir en personas educadas, leídas y trabajadoras a esos esbirros del desconocimiento? ¡¡NO!! Quiere convertirlos en otros seres igualmente deleznables, pero que dicen tener glamour, una palabra que se ha ensuciado más que un rollo de papel higiénico en un bar de carretera.
No me malinterpretéis. Un profesor de filosofía me enseñó que es mejor ser un ignorante que un necio, porque el ignorante es el que no sabe, y el necio es el que no quiere saber. Conozco personas mayores de pueblo que no podrían citar ni un solo autor de la generación del 27, pero que son más sabios que muchos académicos y catedráticos.
No critico a los… no sé cómo llamarlos, ¿concursantes? de Las joyas de la corona, por ser unos ignorantes, sino por ser unos necios. Y no critico a la gente por compadecerse de quien lleva años viviendo de dar pena, hablando de su hija y de la familia, sino por ser unos borregos ciegos que nunca se plantean nada.
Menos mal que llega pronto (este domingo) Granjero busca esposa, un programa que nos enseña la realidad del campo y la lucha heróica por el amor…
NOTA: Gracias Lector por la corrección de hatajo (aunque la RAE lo acepta sin h, es más correcto con ella).