Entradas etiquetadas como ‘gran hermano’

Ha comenzado el que podría ser el mejor Gran Hermano de la historia

¡Estoy contento como gorrino en lodazal!

Con esta edición creo que he visto colmados mis deseos como espectador de Gran Hermano. Bueno, quizá ha quedado lo de que fuera una edición nudista… ¿lo he dicho en voz alta? Ups.

En fin, a lo que íbamos, que me mola esta edición, por la casa, por los concursantes, por el arranque… ¡Lo único que me pesa es ser pobre cual ratón de pesebre! Sí, porque si tuviera pasta ya os digo que entraba de cabeza pujando en la subasta. ¿Me dará un crédito el banco para eso?

¿Que qué subasta? ¡¡UNA DE LAS NOVEDADES MÁS IMPORTANTES, PRIMICIA MUNDIAL!! Este año se va a sortear una de las plazas de concursante por Ebay Clásico. O sea, que el que más puje tendrá derecho a entrar a concursar a Gran Hermano.

Los beneficios serán para la Cruz Roja.

Aunque ya os digo que la cosa se ha ido de madre, porque la puja está ahora en 1o millones de euros (vamos, gente que con un perfil falso se ha dedicado a pujar a lo loco). Por eso tuvo Milá que decir en directo que la puja era vinculante, o sea, que el que la haga más alta tendrá que pagarla. Algo tendrán que hacer para arreglar el desaguisado.

Sin más dilación, y antes de contaros los avatares de la gala, os describo los concursantes:

 

 

– Ariadna. Desde ya una de mis preferidas. Es madrileña, de 28 años. Maquilladora profesional, aficionada a los tatuajes y piercings y toca el piano. Es hija del cantante de Obús, grupo mítico donde los haya.

– Juan: Es cura y motero. Mis dos profesiones preferidas, si no fuera porque la de cura no me gusta y la de motero no es una profesión. El caso es que es más majo que las pesetas. Otro de mis favoritos. No descarto que se líe a dar hostias en la casa. Con él lo del confesionario no es una forma de hablar. El súper le dirá «ego te absolvo…».

– David: Valenciano, de 37 tacos, comercial que quiere ser bombero. Esperemos que nunca lo consiga. Está más empanado que un bonito gallego. Para mi que es el hermano de la socorrista que la lió parda con el cloro y el gas que lo flipas. Tiene dos hijas. Y sí, parece que en la foto se esté sacando el calzoncillo violador del ojete.

– Mary Joy: Y unos ortuños (cojones como puños) se llama Mary. Esta es Usun Yoon que se ha querido colar en la casa para hacer alguna pregunta. Si no, pues es una muchacha de origen filipino que trabaja en un restaurante tailandés. Sí, yo, que soy español, trabajo en un coreano de los del norte. Como estudia Biología la sacaron en el vídeo destripando una lagartija más seca que la mojama.

– Sindía: Sin días libres, debe ser, porque trabaja de peón agrícola recogiendo naranjas y «mondarinas», que son unas frutas tropicales exóticas. Tiene 24 años y es de un pueblo de Sevilla. Es muy simpática y graciosa. Dice que cuando le dieron la noticia de que entraba (ella creía que era reserva) estaba en un «ví» y que Milá le dijo que era concursante en la plaza de la pantalla grande (lo que viene siendo Callao). Es la doble de Ruth Núñez, la de Yo soy Bea.

-Hugo: Un simpático joven del valle de Arán. Es muy austero, tanto, que su madre le lava la ropa a domicilio. Tócate los tambores de detergente y ríete tú de las cartillas de racionamiento. Tiene un aire a lo Hugo Silva, pero en plan austero: no me lavo el culo hasta que se cierre el agujero.

– Michael: Es policía local en Huelva, pero lleva sin cobrar varios meses porque el Ayuntamiento no les paga. Lección número uno de supervivencia: no dejes de pagar a alguien que tiene pistola. Si alguna vez os han multado en Huelva, nominadle y a la calle.

– Pepe: Bailaor flamenco de 33 años. Parece majete aunque a veces se quede mirando el infinito como si se le hubiera aparecido el espíritu de la Pantoja de Puerto Rico. Su carrera bailando estuvo a punto de truncarse cuando Noemí se le subió encima.

-Noemí. Surfera de 25 años de Lanzarote. Es de las que peor me ha caído así, en primera impresión. Por algún motivo llevaba los ojos pintados como si hubiera estado haciendo de sparring de Mike Tyson.

– Alessandro: El italiano de rigor. De Milán, fue jugador profesional de fútbol, pero ahora se come los mocos jugando con cuarentones aficionados en algún equipo de mala muerte. Su madre es gallega, así que su acento gallegolano es de lo más peculiar. Debe ser fan de  Tom Hanks, porque lleva el pelo igual que ese actor en ‘Náufrago’.

– Azucena: Está en paro, después de que el bar que montó quebrase. Tiene una particularidad en la mano izquierda. Parece maja, pero claro, su sueño es bailar en una discoteca. Lo de la cura del cáncer ya si eso que lo sueñe otro.

– Ochoa: Tiene 28 años, osea, y va a casarse, ¿sabes?. Trabaja en un hotel, te lo juro por la compresa de Lady Gaga. Es súper guay y tiene un estilo total, tía, chic channel. Me cayó un poco gorda, aunque como ya en la primera gala la vimos en bragas, gana mucho. Fácil de contentar que es mi menda. La llamaremos como a mi vecino de arriba: 8A.

– Zulema: Barcelonesa de 27 años es asesora en una clínica de cirugía estética. O sea, que le dice a las gordas que están gordas y a las peludas, que adelgacen. A los feos les dice adiós. Le gusta la meditación. Pues se va a hartar.

¡¡Y YA ESTÁN LOS 13!!

Y eso es importante, porque según dijo la Milá, cada semana entrará un concursante que será el +1. No me quedó claro cómo ni por qué.

Vamos con el resumen cronológico de la gala, amigos.

La cosa comenzó con una casa montada del revés, o sea, con los muebles en el techo y con los concursantes llegando a ella colgados boca abajo, cual marranos el día después de san Martín.

A otro puñado, incluido Juan, que entró montado en una moto, los metieron en el pruebódromo, la nueva nave donde harán todas las pruebas. En este caso había una especie de arca de Noe y les tocó emparejar animales. No, no tuvieron que aparearlos ni hacer de mamporreros. Sólo meterlos en jaulas.

Sindia a todo esto estaba en la plaza de Callao, en Madrid, junto a la Gran Vía. Le habían dicho que sólo era reserva y que sólo entraría si alguien se ponía malo. Y allí estaba, en la plaza, cuando en la pantalla gigante del exterior del cine Callao apareció Milá y le dijo que era concursante y que en ese momento se la llevaban para la casa. Sindia fue muy dicharachera. Ah, no, que sólo dijo: «¡¡Hostiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!».

A Ariadna la vimos entrar en una cocina que estaba inclinada 45 grados, pero como la cámara estaba en paralelo no lo parecía. El efecto era que ella andaba inclinada. También entró allí Hugo y les encargaron preparar unos cócteles, que se les derramaron. La cocina quedó hecha unos zorros. El contenedor de basuras de la familia Monster está más limpio. Poco después se les unió Alessandro.

Otra novedad: el plató tiene una sala en lo alto. Es una sala aislada e insonorizada. Allí se vivirán momentos únicos, según dijo Milá. Pensé que sería una sala en la que se azotaría a políticos y banqueros sin que nadie oyera sus gritos, pero no, es para las nominaciones.

A Ochoa y a David los metieron en una especie de mini casa. Algo así como Alicia en el País de las Maravillas. Yo pensé que no, que eran recortes que había hecho Rajoy. El caso es que en esa mini habitación, con los muebles pequeñitos, David hizo gala de su capacidad de predicción.

Les pidieron que se pusieran un pijama que había allí y se metieran en las camas. David dijo: «me voy a poner de lado, porque yo duermo de lado y ahora nos pueden echar un gas de esos que duermen«. Joder, sí, y usaros para una vivisección.

Este chaval se mete a bombero y en las próximas fallas Valencia arde hasta los cimientos. De Cuenca al mar: terreno calcinado.

Al final la casita se abrió cual margarita en primavera (digo una de mi pueblo, que se llama Margarita y en primavera no para de… bueno, abrirse) y resulta que estaban en el jardín, mira tu.

Poco a poco todos fueron entrando en la casa y encontrándose. Cosas curiosas, la ducha transparente y que los cagaderos no tienen pestillo, así que ya durante la gala más de uno entró mientras otro u otra meaba.

Amigos, ha empezado otra edición de Gran Hermano. Una, sin chonis ni machacas de gimnasio desagradables, sin dos casas ni líos. ¡¡Esta podría ser la mejor edición después de la primera!!

Gracias, de corazón, por compartirlo conmigo, chicas y chicos.

¡Un beso y a disfrutar estos tres meses!