Nooo.

Por el amor de Dios, no.

¡¡Han metido a Iván Madrazo, el del sexto sentido en el ojete!!

Nos vamos a tragar vídeos de la Chari y el Rubén todos los que queramos, los que no queramos y los de más allá.

Ahora nos ponen a Pocholo diciendo que está indignado. Nadie sabe por qué.

¡Pero bueno, nuestro amigo Jorge está hecho un gigoló!

Pero en fin, ahí tenemos al canelo de Iván. Ahora tendremos que soportar a l@s ivanistas, esos extraños seres cegados por su idolatría a este soso.

Ja ja ja

Han puesto en el jardín una especie de isla desierta, eso sí, con jacuzzi y se van a pasar la semana imitando a Supervivientes.

Volvemos al tema de Chari-Rubén.

A la rubia de los pechos de pega le sorprende que Rubén no la salude al coincidir en el tren. Sí, es que es raro. Llamar a alguien y a su madre hijos de puta y que luego no te saluden es de marcianos.

Chari podría hacer de mala en cualquier película para niños. En realidad, podría hacer de mala hasta en una película para trolls, porque los iba a acojonar igual.

Chari es una enferma. Y no lo digo por la decoloración enfermiza de su pelo ni por el color vinagre de su piel, sino por las películas que se monta en la cabeza.

El caso es que al final les largaron de la casa por «haber sobrepasado el límite».

Yo os explico lo que pasa: Chari es una enferma de los celos y encima, una envidiosa, y claro, no es que sólo le moleste que hable con otras mujeres, sino que encima le jode especialmente si es con Chiqui Martí.

Para Chari, si Rubén fuera un cirujano y operara a una mujer a corazón abierto, estaría tonteando. «Tú no te haces tonta y eres tonta».

Ahora la mala pécora de Chari interrumpe a Rubén y le llama tartamudo. Una cosa os digo, si Chari fuera la última mujer sobre la tierra, por mí se extinguía la raza humana. Cuando las cucarachas tomaran el poder en el planeta, podrían usarla para sellar las ventanas con su silicona.

Me parto con la Chari. Es como Gadafi: cada vez que habla la gente la abuchea.

Chari no deja de insultar a Rubén todo el rato, ahora, por ejemplo, le ha llamado poco hombre. Aunque no decía eso cuando se lo trincaba en el jacuzzi.

Ahora vemos las declaraciones de los compañeros de los compañeros de la casa tras la expulsión. Se resumen rápido: todos fliparon en colores.

Los que más les echan de menos son Gerardo y Sofía.

JA JA JA JA JA JA

Yola tumbada en la mesa, con los vaqueros rotos, parece la novia de Frankenstein.

«Chiqui tiene cara de vieja y no vale ni un puto duro», dice Chari. Joder que envidia.

Ahora habla Pocholo, la voz de la razón: Dice que los dos son unos saltapatas. Las bromas de mal gusto no se hacen, porque donde las dan las toman. Y que… En serio, no me entero del razonamiento. Lo encuentro de pinga y sepillo. Ha dicho. Tócate los criaderos.

Cambiamos de hilo.