Volvemos con los gigantes de la sala canija.
«Me voy a poner de lado, porque yo duermo de lado, no sea que nos pongan un gas se esos que te duermes», dice David, Ja ja ja ja. Está fumao, sí.
El caso es que la casita se abre y resulta que están en medio del jardín. Lo primero que hacen es ir a la cama de la piscina. ¡Ahí estuve yo!
Son los primeros en recorrer la casa. Le han puesto un papel pintado como de casa del terror. Hay gimnasio y mesa de billar. La cocina tiene una mesa redonda como la de Camelot, pero con vajilla del Ikea.
Le toca a los de la sala del Arca de Noé. El arca noé y el barco tampoco. Ja ja ja. Soy un genio, sí.
Milá les llama y comprueba que los animales están emparejados. Los bichos forman parte de la prueba semanal. Milá se mete con los tacones de Usun Yoon.
Otra de las normas: deberán comer siempre juntos y cocinar entre todos.
Les toca entrar en la casa. Se encuentran con los demás.
Milá, en el plató, demestra que puede subir escaleras. Es como la duquesa de Alba bailando flamenco.
Volvemos con Ariadna y Hugo. Ella está tumbada en el suelo. Les llaman al teléfono y a la que hablan, a Ariadna se le caen los cócteles. Ja ja ja ja. Deben hacerlos otra vez. Putadilla. Ja ja ja
Y vemos otro concursante. Es un italiano que estuvo en el Inter y el Milán. Se llama… no lo se, porque se van a la publi.
Amigos, David el bombero es un peligro público. Hago un llamamiento al ayuntamiento de Valencia: si no quieren que la ciudad arda hasta los cimientos, que no le den la plaza. Creo que es el hermano de la socorrista que la lió parda.
Volvemos a la casa. Mala señal: Usun, Zulema y Ochoa ya están tumbadas en la cama. Estas van a ser como Loli, todo el día en posición horizontal.
El nuevo se llama Alessandro y como os digo, es italiano. Es otro macizo, para que le podamos ver sobradamente sin camiseta. El futbolista entra en la habitación inclinada. Lleva el pelo que parece un casco de los clic de playmóbil.
Acento italogallego, que cosa más rara y más maja. Hugo estuvo en Milán, ¿te gustó? le pregunta Alessandro y responde Hugo, «bueno, muchas palomas». Con dos cojones. Eso es todo lo que aprendió de Milán.
En la casa al revés están pensando si entrará una mujer embarazada.
Y mientras, van a meter a Sindia colgada boca abajo, como los chorizos curándose. Va gritando como si le estuvieran dando tortura en el potro.
Sindia va a hacer buenas migas con David el bombero, es igual de cogerlo todo al vuelo. ¿Sois concursantes? Les pregunta a los demás. No, hija, es que acaban de salir del metro y pasaban por allí.
Un clásico de Gran Hermano: A Milá no se le oye.
El caso es que si quieren entrar en la casa deben coger una llave debajo del felpudo y abrir la puerta. Lo cogen y se disponen a entrar. Allá van. Entran por la piscina y se encuentran con los demás.
¿Sabéis qué? Yo ya tengo favoritos para ganar: Juan, el cura y Ariadna, la maquilladora.
Ahora nos enseñan la boca de los deseos, donde los concurantes podrán depositar deseos. Para que se cumplan deberán dar algo a cambio.
Volvemos con la sala inclinada. Ya pueden entrar en la casa, con los cócteles. Las chicas charlan en la casa mientras tanto de los muchas aventuras que han pasado con su ropa. Está con ellas David, el bombero, que también es muy de hablar de moda.
Los de la casa inclinada salen de la sala y entran en la casa. Lo típico, presentaciones varias y la banda se tira a los cócteles como buitres a una mula muerta.
¡Conectamos con la casa! dice Milá. Están todos reunidos y sentados en el sofá. Milá les da la bienvenida y rompen filas.
Ahora van todos en manada al confesionario, con lo que le hancen perder el sentido. Aunque claro, estando Juan, podrá darles la absolución.
Y se acabó lo que se daba, amigos. ¡¡Ya sabéis que en un rato está colgado el resumen de la gala!!
¡¡MIL GRACIAS POR COMPARTIRLA CONMIGO!!