Alejandro Albalá le tira los tejos a Lara Álvarez en directo y ella pasa con una cobra gigante

Lara Álvarez y Alejandro Albalá, enamorado. (TELECINCO)

No, no es amor, lo que él siente se llama obsesión. Alejandro Albalá mira a Lara Álvarez y se le seca la boca. ¿De la emoción? No, porque se le cae la baba como de un cubo volcado. El joven le dijo tantas palabras positivas distintas a la presentadora que eso parecía el Rosco de Pasapalabra First Dates edition.

Quedaos con quien os mire como Albalá mira a Lara Álvarez. Pero de ese momento de amor no correspondido hablaremos más adelante. Hablemos ahora de que… ¡Me sigáis en redes sociales! Instagram: @GusHernandezGH / Twitter: @RealityBlogShow

La cosa comenzó con Jordi González haciendo un alegato. «Vamos a vivir una noche emocionante, de esas que tocan», dijo Jordi, que espero que no presente igual a sus amigas. «Mira, esta es Pepi, es emocionante, es de las que tocan».

Jordi se había puesto de nuevo una chaqueta blanca que como salga así a la calle se lo comen las polillas. Cómo brillaba. Se muere alguien cerca de Jordi y en lugar de ir hacia la luz va hacia él.

Lo malo es que a veces cuando quieren decir «noche de emociones» se traduce por «noche llena de ñoñerías y gente llorando porque les da pena todo».

Jordi le preguntó a Marta López «¿Qué es lo que más te está costando?». Marta lo tenía claro. «Defender a Olga. La gente no lo entiende y me critican por eso», dijo Marta. Nos ha jodido, porque defender a Olga no es ir a contracorriente, es echarse al Nilo en época de torrentes y con los cocodrilos en ayunas.

¿Sabeis los de 300 que murieron en las Termópilas defendiendo a Esparta? Pues les ofrecieron defender a Olga y no se atrevieron. «Uy, muy heavy eso, pasando, pasando», dijo Leónidas.

La madre y la hermana de Alejandro Albalá han ido a Madrid para verle en el plató. Hicieron un vídeo por el camino, en un merendero de carretera, porque son gente de viajar con glamour. Ese vídeo lo ve su seguro del coche y les mandan una grúa.

Lara iba muy guapa, lo que pasa es que el bañador llevaba unos cordones como si se hubiera puesto del revés el refajo de un estibador.

Inciso: Qué grande eres Lara, gracias por una edición más. Si lees esto, pon en Twitter el emoji de la flamenca. A tus pies quedo.

Vídeo: Se metieron los finalistas al agua, en plan subidón. Tom se metió desnudo, porque si no enseña el culo se siente vacío. Y claro, luego se tuvo que agarrar el pene para no enseñarle la sardina a medio mundo.

El momento más incómodo fue cuando se dieron un abrazo grupal y claro, ahí estaba Tom con el guerrerito de cabeza de fresa fuera. Es como si uno de los teletubbies se abrazara con medio metro de tubo de felpa saliendo del muñeco.

El culo de Tom tiene más horas de televisión que un colaborador de Sálvame y aún así está blanco, blanco, porque su mujer lo lava con Ariel.

«¿Yo soy inocente? Pues cómo vamos a creer que alguien es inocente», dijo en plató Lara Sajen, que ve a un niño huérfano salvando a un gatito en la calle y sospecha de él, porque inocente no puede ser. A Lara Sajen lo llevas a que identifique a un culpable a una rueda de reconocimiento y reconoce a todos.

«Melyssa es la nieta que todo el mundo quiere tener pero no es tan inocente», dijo Lara de Melyssa, con un tufillo a reventamiento envidioso. «A Melyssa ahora hay que tenerla hasta miedo», añadió la exconcursante. Sí, claro, si Melyssa de pequeña tuvo en su cuarto a Annabelle y la muñeca no tuvo cojones a moverse.

Vimos de nuevo un vídeo en el que Olga saltaba una hoguera y se caía dentro. Una hoguera canija. Esta mujer con el fuego se lleva mal. Olga enciende una cerilla y se juega la vida.

Ha sido una semana de muchas declaraciones de cómo será la vida cuando salgan de la isla. «Es que yo tengo el corazón fuera», dijo Melyssa, que la van a tener que operar para meterle eso dentro. Qué grima, le das un abrazo a Melyssa y te mancha la camiseta de sangre. Hablando de abrazos…

«Le voy a dar un abrazo a mi padre, le voy a achuchar, a achuchar, A ACHUCHAR FUERTE», dijo ella. Melyssa no te da un abrazo, te hace lo que las pitones le hacen a sus presas. Una vez un oso atacó a Melyssa, ella le achuchó y ahora el oso tiene la cintura como la de una bailarina.

Olga y ella se han acercado un poco al llegar la final. Tuvieron una conversación y Olga se puso a decirle frases de Paulo Coelho que las pones en un fondo rosa y las subes a Instagram. A mí se me pone a contarme eso Olga y lo siguiente que pregunto es si hay un pozo cerca.

El Maestro Joao soltó la bomba. En un momento dado entró en brote para defender a Tom y vino a decir que Tom se merecía ganar porque ha sido capaz de hacer su concurso a pesar de toda la mierda de fuera que le han metido, frente a Olga, a la que no se le ha dicho ni mencionado nada del movidón de fuera.

«A Tom le han metido el problema de fuera y a Olga no le han metido del problema, lo suyo calladito», dijo el Maestro indignadísimo.

«A Tom no le han mandado un telegrama de milagro, a la otra señora, nada«, insistía el señor que habla con los muertos y lee el futuro en los culos.

BOOOM.

Vídeo: Lola y Melyssa se olían los sobacos como si estuvieran buscándose trufas debajo del brazo.

«Yo no uso desodorante y no huelo mal», dijo Tom, que es capaz de atacar a una mofeta y ganarle en su terreno. «Sí te huele la aleta…», le dijo Melyssa.

HE ESPERADO TODA MI VIDA PARA USAR ESTE REFRÁN Y DEJARLO POR ESCRITO:

«Ningún cagao se huele su mierda».

Uf, qué descanso.

«Ahora sí que me da la sensación de oler», dijo Melyssa mientras se frotaba los sobacos, porque han olido a sus familiares y por comparación se han dado cuenta de que huelen como para hacer vomitar a un zombi.

Lara Sajen en plató dijo que su hermano le dijo que ella olía a humo. Sí, no veas el susto del noruego que fue a mirar cómo iban los salmones ahumados y se encontró a Lara Sajen agazapada.

«Yo no quiero dar nombres, pero había algunos que olían a cabra», dijo Sajen, que ha olido muchas cabras y sabe bien a qué huelen.

Lo que debe aguantar Lara Álvarez cuando les abraza en las galas debe ser de órdago.

Jordi González le dijo a Lara Álvarez «en España hace mucho calor, preparaos». Sí, bueno, hace un calor que los beduinos del Sáhara no tienen cojones a hacer el Camino de Santiago.

«Llevamos tres meses aquí, Jordi, yo creo que nos hemos aclimatado bien», le respondió Lara, porque es que lo de que en España hace calor, cuando allí se comen galas a 40 grados y un 90% de humedad suena a cachondeo.

«Existen especies protegidas como la boa rosada y otras menos amistosas como la serpiente que se encontraron. Algunos le han echado valor», dijo Lara por una serpiente que se encontró Olga.

En ese «algunos le han echado valor» no estaba Gianmarco. El italiano vio la serpiente y puso cara de haber perdido el control de sus esfínteres.

«OH MAMMA MÍA, OOOOOH AAAAAAA«, gritaba Gianmarco, encogiéndose. Ya sabéis con quién no ir al zoo.

«Echala al aguaaaaaaaaaaaaaaaaaa», chillaba Gianmarco. Si este chico llega a estar en el Jardín del Edén Eva nunca habría aceptado la manzana, porque habría tenido a Tom chillando al lado.

La pobre serpiente acabó por meter la cabeza en un agujero, dejando medio cuerpo fuera. Esa serpiente ocultándose es más bien inútil.

«No va a salir, se piensa que somos un león«, dijo Melyssa, que se piensa que una serpiente de una isla de Honduras lo que más teme es a los leones, porque claro, habrá visto un cojón de documentales de La 2.

«Y ahora… vamos a dormir ahí?», dijo Tom acojonado cuando se enteró de que había una serpiente. Tom y Gianmarco, dos personas para las que el temor es una leyenda, que no conocen el miedo, que no se amilanan ante nada.

Y Albalá entró en plató. Iba como los macarras de playa, con la mascarilla puesta en el brazo. Solo le faltaba un copazo y hablar francés.

«Tom cuando pescaba un pez montaba un lío… media hora enseñando el pez», se quejaba Albalá. Tom pesca un pez y para cuando deja de enseñarlo está ya podrido. Para matar los anisakis puedes congelar el pescado o dárselo a Tom para que lo enseñe.

Albalá dijo que él no se «promocionaba» en la isla, como si eso fuera OnlyFans. «Yo pescaba un pez y con naturalidad», dijo el muchacho, que pesca con naturalidad, pero se queja con afectación de novela turca.

«Lo que haría de diferente es no callarme tanto como me he callado, pero no a la hora de promocionar, sino a las críticas de mis compañeros», dijo Albalá, que tiene fobia a la promoción. Albalá se monta una empresa y no pone publicidad. Le hacen un reportaje en un periódico y les denuncia por hacerle promoción.

Alejandro ha perdido 11 kilos. Se lo dijo Lara Álvarez, a la que Alejandro mira como a una diosa. Solo le falta llevarle ofrendas y dejarlas a sus pies.

«Es maja, guapa, lo tiene todo esta chica», dijo el muchacho mientras miraba a la presentadora en la pantalla gigante. No se puso a chupar la pantalla de milagro.

«Me pone los pelos de punta», añadió Albalá, del que no descarto que encuentren el día menos pensado rebuscando en la basura de Lara Álvarez.

«La echo muchísimo de menos», insistió. Creo que Albalá tiene en su casa una pared llena de recortes con fotos de Lara. Yo soy ella y no le doy mi dirección.

Pero Lara se hacía la sueca tratándole con cercanía amable pero distante. Albalá está en la Friendzone de Lara y no sale de ahí ni con la condicional. Hay cristales blindados en las ventanillas de los bancos más fáciles de atravesar que la barrera que le ponía Lara.

Anoche vimos «encuentros» entre concursantes y exconcursantes. Lo que pasa es que los ex estaban en forma de foto a tamaño natural.

Tom se encontró con Sylvia. «Para mí eres el mejor concursante de Supervivientes», le decía Sylvia en la carta. Y luego le decía muchos sinónimos de cosas buenas. Sylvia no escribe cartas, echa partidas de Scrabble.

«Él sabe de realities, sabe siempre lo que tiene que hacer... una vez me montó una bronca sin venir a cuento y después se quitó las gafas y me guiñó un ojo porque estaba montando un poco el show», dijo después, en el plató.

A ver… pretendía defenderle, pero vino a decir que hacía teatro. Madre de Dios. Recordadme que cuando vaya a Supervivientes no me defienda Sylvia Pantoja.

Olga se encontró la foto de Marta. «Eres mi mejor premio», le decía en la carta Marta López. Dónde va a parar, mucho mejor que los 200.000 euros, que va a ser llegar Olga a Madrid y meterla en ING Direct.

– ¿Quiere pagar con efectivo, tarjeta u Olga Moreno?

Y así.

Olga lloró y luego se puso a retorcer el pergamino que he visto a antidisturbios coger la porra con más cariño. «Yo no soy la que cuenta sus amigos con una mano, yo puedo contar con muchas manos», dijo Olga, que ha contactado con el doctor Cavadas a ver si puede implantarle más manos para poder contar a sus amigos.

«Todo el mundo se ríe de mí en todos los platós», se quejaba Marta por ser la única defensora de Olga. A Galileo Galilei en el siglo XVI hablando de lo de los planetas le miraban mejor.

Y Jordi conectó con Palito. «Palito, te vi en una gasolinera la semana pasada. Te subías a un coche pijo, deportivo», dijo Jordi.

«No me acuerdo de un coche pijo en mi vida», dijo Palito. A saber a quién vio Jordi. Este hombre se pasa la vida saludando a gente que no conoce por la calle. ¿Alguna vez os dijeron «hola» y no caísteis en quién era? Era Jordi González.

Lola se encontró con una foto de Palito. «No la reconozco con ropa», dijo Lola, como si se hubiera pasado la vida viendo a Palito en los probadores del Zara.

«Cuando salgas te estaré esperando», le dijo Palito en la carta, en una frase que lo mismo vale para un cariño que para amenazar.

Palito le había perfumado la carta. «Es que nunca he olido tu olor real, aquí olías a simio, como yo», decía Lola, esnifándose la carta que casi acaba con las fosas nasales llenas de celulosa.

«Eres una foto pero te escucho», le decía Lola al cartón. Bueno… y por esto hay fármacos contra las alucinaciones.

Entre la foto del perro y la de Palito, Lola se va a hacer en casa una colección de seres inanimados que va a ser escalofriante. Entra un ladrón y llama él a la policía.

«Que Lola esté en la final me parece muy injusto, porque sus 130 peces no son lo más importante», dijo Albalá, que está REVENTADÍSIMO.

Y entraron en plató la hermana y la madre de Albalá. La madre de Albalá se dio una soberana leche. No es que se cayera, es que decidió tumbarse de repente. Eso es llamar la atención al llegar a un sitio y lo demás es tontería.

«Pero no estábais en Santander? Qué cabronas sois», les decía Albalá. A la hermana no le habían dado permiso en el trabajo y tuvo que salir de viaje después de curras. JEFES DE LA HERMANA DE ALBALÁ: SOIS UNOS DESABORÍOS.

«Me ha encantado el equilibrio mental que has cogido con 27 años y has demostrado que dos no discuten si uno no quiere», le dijo su madre. Claro que sí, si uno no quiere, dos no discuten. Albalá sale en una película de guerra y no muere nadie. Albalá puede ir a una favela con una camiseta de la policía y no le hacen nada porque como no quiere discutir…

Y llegó el cuesco. «No sé quién ha sido, pero lo voy a decir: alguien se ha tirado un pedo… es que huele… y eso que yo perdí mucho el olfato por el covid», dijo Jordi, porque en el plató alguien se había cuajado un gas que se entera Endesa y lo canaliza para llevarlo a las casas.

Conectaron por videoconferencia con Valeria Marini y la jodía estaba de fiesta. El que le sujetaba el móvil a Valeria necesita un médico. Ese pulso malo no es normal. Esa persona necesita ansiolíticos como el comer.

En el capítulo de ‘Familiares que no saben hacer conexiones por videoconferencia‘ incluimos a Nela, la madre de Melyssa, que se había puesto una luz cenital que le hacía unas sombras en la cara que parecía el muñeco de Saw.

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