Se puede ser más ruin, vengativo y cobarde que Tom Brusse en ‘Supervivientes’, pero hay que entrenar para llegar su nivel | Resumen de la gala

Tom, con cara de ángel. De ángel caído. (FOTO: MEDIASET)

 

Caín mató a su hermano Abel arreándole con una quijada de burro, que ni siquiera de caballo, de burro. Si el hermano de Abel llega a ser Tom Brusse lo mata con una quijada de zarigüeya. Y es que Tom ha demostrado ser malo con avaricia en este concurso. La gente buena es buena sólo porque Tom se queda con la maldad de los demás, la acapara, es un cerdito trufero de lo malo.

Y lo demostró vengándose contra Gianmarco de la manera más ruin que se podía hacer y encima, cobarde, buscando unas excusas que se las cuentas a un juez y te condena por asesinato aunque fueras al juicio por una multa de aparcamiento.

Pero volveremos a eso más tarde… lo primero es ¡Seguirme en redes! Instagram: @GusHernandezGH / Twitter: @realityblogshow.

Lara iba muy guapa, lo que pasa es que le habían puesto un atuendo de color rosa que parecía que la patrocinaba Boomer sabor fresa ácida. Jordi González… bueno, él se viste de forma práctica, que lo mismo pueda ir a currar a un plató, a servir cordero en una boda o a la recepción de un tanatorio.

La gala comenzó con un juego que trataba de que por parejas sujetaran con el pie un balancín donde había unas tinajas de barro. Si mantenían el equilibrio, podrían ganar un cocido. Por cada minuto, sumaban un cucharón de cocido. Si llega a planear mi madre la prueba, son dos kilos de cocido cada quince segundos. Y si pierdes comes el doble.

A Melyssa le tocó de pareja Valeria, que si te toca en una prueba es como si te toca un paracaídas donde han dormido ratones con hambre: lo más probable es que falle. Valeria ponía cara de concentración, mirando al infinito con los ojos muy abiertos. Llega un alien a La Tierra y se encuentra a Valeria así y dice «¡Hostia, un compañero!».

«Me están picando los mosquitos», se quejaba Sajen, que claro, no podía rascarse ni espantarlos. Los mosquitos miraban a Sajen y veían un buffet libre. Carlos Alba ponía las manos hacia arriba, que entre eso y la barba parecía que estaba echando una parábola en el desierto.

Al final fueron Melyssa y Valeria las primeras en dejar caer sus tinajas y eso provocó una debacle en cadena y todos se cayeron casi a la vez. Ganaron Olga y Albalá, pero los demás se llevaron tres cazos grandes de cocido.

Vídeo que podría explicar muchas cosas, ojo: Bronca entre Gianmarco y Tom, en la que Gianmarco dejó a Tom a la altura del betún, porque Gianmarco tiene clase y Tom tiene que repetir curso.

«Solo me gusta cuando haces el chulo playa», le dijo Gianmarco, lo que le dejó a Tom con el culo torcido. Pero torcido que ahora Tom caga en oblicuo.

«Tu a mí no me importas cero no, menos», le dijo Gianmarco a Tom, que piensa que es el centro del universo. Tom cuando estudió el planeta Tierra en el centro no veía el núcleo, veía su cara.

La tesis de Tom es que como se han nominado entre ellos no se pueden hablar. Tom piensa que si nominas a una persona él se queda mudo y tú sordo.

Y no podemos olvidar que Gianmarco, junto con Melyssa, fueron los únicos que se atrevieron a decir a las claras en la isla que lo de Tom y Sandra era un montajazo. Y esa afrenta se la guardó Tom como en una caja fuerte. 

Volvimos de una publicidad y en directo Omar se estaba quejando porque en su cocido le habían caído dos huesos y él quería chicha. «Damos vergüenza ya, ¿no?«, dijo Sylvia ante la actitud de Omar, que es un cicatero con la comida que sí: da vergüenza ajena.

Les habían servido el cocido en unas calabazas secas, porque para qué usar platos si puedes usar cosas recicladas. Los vikingos no bebían en las calaveras de sus enemigos por joder, sino por reciclar.

Vídeo: Momento ruin y traidor de Tom. 

Sylvia le regaló a Tom un caramelo, para premiarle por ser líder y luego le secó el chubasquero que se le había mojado. Está Sylvia que parece una Kely en un hotel, solo le faltaba dejarle la cama hecha.

Tom se lo pagó hablándole mal en el reparto de tareas. «Para yaaaaa, que voy a hablaaaaaaaar», le dijo, porque Tom piensa que lo que él dice y hace es más importante que ninguna otra cosa. La NASA no puede demostrar que el hombre llegara a la Luna porque cuando fueron a poner la cinta apareció la comunión de Tom, que había grabado encima.

Y le dio a Sylvia justo las tareas que no quería. «Le invito a mi cumpleaños, le invito a la barbacoa, llevo una semana diciéndole que quiero pesca y así me lo paga», se lamentó Sylvia, a la que Tom había traicionado. Puñalada trapera. Aquí vemos a Sylvia Pantoja, después de Tom.

Tom se cagó la pata abajo, porque no quería una bronca con Sajen. Así es él, valiente, no duda en enfrentarse con las fuertes… MUHA HA HA HA

Este fin de semana ha habido una tormenta gorda en Honduras, con 15 grados, viento y lluvia y eso les pareció mal tiempo. Esta gente no ha estado en León en invierno.

Carlos Alba miraba al cielo con sorpresa y asombro y decía «lluvia». Creo que no le ha llovido en la vida. Era como un Tuareg viendo nevar. Creo que se ducha frotándose con arena, pero agua, poca.

En un momento todos se pusieron a trabajar y se montaron una chabola de la que estaban muy orgullosos, pero ahí no se metía a dormir ni una rata desahuciada.

«TORMENTA, TE ESPERAMOS AQUIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII», gritaba Tom, muy chulo. Tom va a morir de un rayo, fijo. Qué valentón es. Luego llegó el agua y lloriqueaba como un perrillo abandonado.

¿Os acordáis de la cabaña esa que ellos la veían y les parecía un tupperware de estanca que era? Pues no, tenía más goteras que un colador roto. Eso no era una lona, eso era una red de pesca. Y de las de coger ballenas, qué agujeros.

«Hemos hecho un trabajo perfecto», dijo Tom, al que unos defectillos no le estropean el trabajo. Sus antepasados fueron los que pusieron los cimientos de la torre inclinada de Pisa.

En playa destierro estaba Agustín Bravo diciendo «ha pasado, eh, las nubes más negras han pasado…» y cayó la mundial. Agustín le dijo a Noé que no fuera exagerado con lo del arca, que solo iban a ser cuatro gotas.

Eso sí, a él se le ocurrió guardar las brasas en una sartén, como el que va a hacerse un revuelto de carboncillo y allí mantuvieron la fogata, como los vagabundos de las películas americanas que hacen fuego en barriles.

Pero a Palito no le bastó y le dio una pájara que la taparon entera como si la dieran por perdida.

«No sé si me he dormido o me he desmayado», dijo la pobre Palito, algo que, por otra parte, dicen siempre mis amigos cada vez que beben. «Me han contado que me llamaban y no contestaba», dijo en directo Palito, que, definitivamente es como mis amigos cuando les dan las seis de la mañana y tienen a mano Jägermeister.

Lola se dedicó a cuidarla y a llevarle cosas calentitas que le van a dar el título de First Certificate of Abuela, que te faculta para cuidar nietos constipados por todo el mundo.

«Palito revivió», dijo Lola, como si le hubieran dado descargas eléctricas aprovechando una tormenta y partes de varios cadáveres.

«Si estás ahí es porque el equipo médico piensa que lo has superado y que estás bien», aclaró Jordi González. Las prueba realizada a la Dominguín fue una Paloctomía de repetición, que en términos no-médicos es darle con un palo a ver si se mueve. Si se mueve, es que lo ha superado y está bien. Si no se mueve pues con el mismo palo se tiene que hacer un bujero gordo y no sale en la gala.

Más cositas de Omar el tragaldabas que cosa que ve, cosa que al buche se echaba. «No porque hayas comido una recompensa vas a tener que dar tu parte de arroz, porque la recompensa te la has currado«, dijo Omar en un vídeo. ¿Se puede ser más rácano y poco solidario que ponerse fino a comer en una recompensa y exigir luego su puñado de arroz? Omar:

Claro que no, pero Omar es un profesional de esto. Qué ansia por la comida tiene Omar, a este muchacho le pilla un apocalipsis zombi y es él el que se come a los zombis. Omar ha sido actor. Cogió un papel en Cazafantasmas:

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El novio de Anabel Pantoja lleva un tatuaje que pone Think Positive, pero debería tatuarse Think in Food.

Todavía había una prueba. Era una ruleta en la que había varias zonas: Bueno, malo, muy malo y lo peor. Vamos, que en lugar de la Ruleta de la suerte era la Ruleta de las putadas. La ruleta rusa es más segura que la ruleta de Supervivientes. Lara Álvarez leía los sobres que parecía Mayra Gómez-Kemp.

A Tom le tocó ser el vigilante de las normas. Si no se cumplen habrá consecuencias para Tom. Lo que le faltaba, que ya está venido arriba con ser líder y ahora le ponen a ser el tocahuevos oficial. Le van dar una placa brillante para que se la ponga en el pecho. ¿Con forma de estrella? ¿No, con forma de mano agarrando dos testículos.

Carlos le dio a la ruleta con ganas y estuvo girando el artefacto seis meses. Le tocó algo malo, que era tirar de nuevo. Lo hizo. Otros seis meses girando. Le tocó malo otra vez. No juguéis con Carlos a la lotería. Le tocó algo que no sabemos, porque tenía en el sobre incertidumbre. O sea, como cuando te dicen el resultado de la declaración de la renta.

A Gianmarco le tocó Muy malo. Se podía comer durante tres días un desayuno completo. Sin compartir y delante de sus compañeros. Vale… ¿ALGUIEN ME EXPLICA QUÉ TIENE ESO DE MUY MALO? Era MUY BUENO. 

Los guionistas de Supervivientes:

– Jo, tío, vengo triste… me ha tocado la lotería, Scarlett Johanson me ha enviado una petición de amistad y me ha crecido el pene dos centímetros mientras dormía.

– Hostia, macho, lo siento mucho, las desgracias no llegan solas.

Tiró Valeria. Le tocó Lo peor: Durante dos días no podía hablar. Le dieron una pizarrita y una tiza. Sus compañeros aplaudieron felices, porque para ellos eso era una bendición. Los compañeros de Valeria se bajan a ver cómo las excavadoras con taladros gigantes abren zanjas en las aceras porque el sonido es más agradable que Valeria hablando.

Melyssa tiró y le tocó Malo. El sobre le daba la opción de coger el pez más grande que pescaran sus compañeros para ella sola. En cualquier momento. «Para los que pescan y no quieren compartir, ahora me lo voy a comer yo», dijo Queen Melisa.

A Olga le tocó algo malo. Desde ayer hasta el jueves tenía que estar todas las noches cuidando del fuego y solo ella. Omar, que es muy solidario, dijo «nos salvamos nosotros», todo contento. Él es así. De la empatía pasa, de la empanada, no.

Sajen tiró y le cayó en Muy malo. Le tocó «la indiferencia», «la nada». O sea, que no le había tocado nada. Sajen estaba hasta apenada por no tener un castigo.

Albalá le tocó peor. En las próximas nominaciones ya tenía un punto. Se lo tomó muy bien. Muy bien que casi se enfada y no respira más hasta ponerse morado e hincharse por el co2 acumulado.

A Omar le tocó algo malo. Se trataba de algo relacionado con la traición y eligió a Albalá como posible traidor. Deben ir atados de pies y manos hasta el jueves. Yo no sé quién de los dos tiene peor suerte.

Sylvia fue la última. Le tocó muy malo. Pero era una putada para otro, porque le tenía que poner las gafas opacas a alguien durante dos días. Eligió a Lara.

«Mi primer nombre es sinceridad y el segundo directa», dijo de sí misma Lara, que cuando sus padres le pusieron el nombre la funcionaria del registro civil flipó un poco. Cómo mola ponerle al retoño adjetivos en lugar de nombres.

– Hola, venía a poner el nombre a mi hija.

– ¿Y cómo quiere ponerle?

– Atorranta y de segundo Inexpresiva. Es compuesto.

– Voy a llamar a servicios sociales.

Y así.

El caso es que el castigo de Sylvia era que tenía que ser el lazarillo de Sajen. A la vuelta de la publicidad, oh, sorpresa, Lara Sajen estaba llorando. «Estaba con el subidón pero me he acordado de una cosa», dijo ella.

«No voy a poder hacer una cosa porque estoy ciega», dijo Sajen, porque el 26 mayo cumple aniversario de casada y está haciendo una manualidad y no lo va a poder acabar. Sí, a mí me pasaba lo mismo cuando tenía que hacer un cenicero con arcilla por el día de la madre.

Lara Álvarez leyó todos los sobres buenos. Había un sándwich, un perrito caliente gigante, librarse de las tareas o quitarse un rival en la prueba de líder. Pero nada era para Carlos, que tenía que elegir qué castigo de los que habían salido elegía.

Y amagó con quedarse el desayuno de Gianmarco, al que poco antes había llamado «hermano». «Yo le cedo a Gianmarco mi arroz… es que amarrado no puedo estar, sin ver tampoco, el fuego es que duermo poco…», dijo Carlos. JAJAJAJAJAJA No, si al final lo hacía por Gianmarco.

Pero al final se apiadó y decidió quedarse con la tarea de Lola, cuidar el fuego por la noche.

Pero resultó que Tom, como garante de la disciplina, tenía que decidir si era la decisión correcta. Y LLEGÓ LA VENGANZA RUIN Y COBARDE. 

«Hay que cumplir lo que se dice y Carlos ha dicho primero quedarse con el desayuno…«, eligió Tom. QUÉ RUIN TOM, CON TAL DE JODER A GIANMARCO. «Lo siento, pero vas a hacer lo primero que dijiste, que es coger el desayuno», dijo Tom, con un ansia de hacer daño que va a pagar.

TOM ES MALO

Tom intentaba justificarse, pero la verdadera razón es que odia a Gianmarco. DIOS, QUÉ RABIA ME DA TOM. SI ES MÁS MALO LE MUERDE UNA SERPIENTE Y MUERE LA SERPIENTE.

«Es que a mí me han dicho que tengo que ser estricto», se justificó Tom y Lara Álvarez le advirtió: «Igual de estrictos vamos a ser nosotros contigo en caso de que no se cumpla». OJALÁ. POR EL AMOR DE DIOS. 

LE PONGO UNA VELA SANTA KARMA BENDITA.

Ya en plató a Jordi González le dejó de funcionar el pinganillo y se lo sacó de la oreja como el que se saca un cirio. Lo peor es que se lo dio a alguien del equipo, que ahora tiene la mano que en lugar de gel hidroalcohólico se tiene que echar disolvente. 

Melyssa ha habló de Tom en un vídeo: «Cuando coincidíamos en la tele me decía siempre qué guapa estás, qué guapa estás, como todo el rato ligando». «Siempre lo hacía cuando no estábamos en antena. Y comentarios de esos que se van acumulando…», decía Melyssa. A ver quién no la cree ahora, después de ver cómo se maneja Tom con las lealtades.

Ah, ¡el expulsado fue Agustín Bravo! Aunque aún tiene la posibilidad de saltar del helicóptero.

Y se acabó lo que se daba…

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