El disgusto de Carlos Sobera en ‘Supervivientes’: se tuvo que sentar en directo

Carlos Sobera, el hombre del corazón de oro blandito. (FOTO: TELECINCO)

Carlos Sobera es un genio y además tiene un corazón blandito como un peluche de Mimosín. Si por él fuera, la madre de Bambi no habría muerto y la peli trataría de una familia feliz de ciervos que come hierba y vive muchos años en el bosque dejándose acariciar por los humanos. Y claro, el pobre sufre cuando pasan cosas malas y la gente llora.

Y eso es lo que le pasó en Supervivientes, que se tuvo que sentar de la impresión que le dio ver a Tom llorando cuando Sadra le dejó en directo. Es que el hombre lleva años viendo citas y haciendo de cerdito trufero del amor, buscando emparejar a la gente, que ha hecho más Carlos Sobera por que la gente pille cacho que Tinder.

Pero volveremos sobre eso. Lo primero antes del resumen de la gala… ¡Seguidme en redes si os da la gana y queréis hacer feliz a un bloguero! Instagram: @GusHernandezGH / Twitter: @realityblogshow

A los concursantes de Supervivientes los coge la KGB y les interroga en plan bruto y no les saca ni el teléfono de su madre. La Inquisición los pilla y les suelta con una carta de disculpas por santos, porque no confesarían ni haber faltado a misa un día. Y es que después de superar las pruebas que pasan, no hay tortura que te haga ni cosquillas. Y ahí la reina es… Melyssa. En eso y en otras muchas cosas.

La gala comenzó con la semifinal de la prueba de líder. Sobera se los encontró ya subidos a una plataforma en el mar y con el culo hacia poniente.

«Nunca les puedo saludar de una forma normal, siempre les encuentro en una postura rara«, dijo Carlos Sobera, como el que está casado con una contorsionista ninfómana y al llegar a casa del trabajo no hay manera de decirle hola.

Lara iba muy guapa, solo que le habían puesto un biquini de arriba de color amarillo chillón y parecía un anuncio de limones cibernéticos. Por otro lado, este año le ponen unos collares de palos tan grandes que los puedes echar al río y descender el Sella.

Total, que la prueba estaba inspirada en una de las técnicas de la Inquisición para sacarle blasfemias a la basca. Se tenían que subir en unos palos con punta con los pies descalzos y a la vez sostener a pulso unos sacos atados a unas cuerdas. Los primeros pedestales tenían poca punta, con los últimos se podía poner la vacuna de AstraZeneca.

Antes del juego tuvieron que parar porque Valeria tenía sus cuerdas enredadas. Es la Steve Urkel de Honduras. Aguantó 3 segundos. Si Miguel Ángel hubiera hecho una escultura de la torpeza, la modelo habría sido la buena de Valeria.

«El esfuerzo es titánico», dijo Lara, lo mismo por Valeria, que se hundió como el Titanic, nada más empezar.

En las posturas para aguantar había de todos los tipos. Por ejemplo, Carlos Alba estaba como en una mala diarrea y Melyssa como imitando la entrada del túnel de La Mancha.

¡GIANMARCO Y MELYSSA FINALISTAS!

MELYSSA ES UNA QUEEN

Hay que acordarse de una cosa: Melyssa con sus santos ovarios se cruzó la selva de noche, sola, sin conocer el camino, para llegar a la villa de Tom a cantarle las cuarenta. Si llegan a mandar a Melyssa encuentra El Dorado a los cinco minutos y ni selva, ni serpientes, ni malaria, ni hostias.

Cuando acabó la prueba Gianmarco tenía el pie como para echárselo de comer a los cerdos. Ya verás que prótesis más chula le ponen.

Sandra Pica, Sandra Deja, Sandra Haciendo Cosas, estaba ya en Honduras para decirle a Tom que pasa de su cara como de comer mierda y que le deja. «Estoy tan nerviosa que no soy capaz de sentir los nervios», afirmó. Claro, lo normal. En términos médicos eso se llama Parraquitis por Acojonación de los Ovarios.

«Te veo muy tranquila y relajada para ir a hacer lo que vas a hacer, que es muy trascendente», le dijo Sobera, añadiendo presión. Sobera te da ánimos antes de la Selectividad y suspendes todas del acojone que te entra. A ver, trascendente… que iba a dejar a Tom, no a salvar a la humanidad sacrificando su vida en un volcán.

Un detalle sobre vestimentas y maquillajes: ¿puede alguien dejar de vestir a Rocío Flores como si fuera una señora de 50 años en una comunión del siglo pasado?

Vídeo: Olga es un sargento de la Legión con el día torcido. «Déjate de rollos que lo estoy haciendo para activaros, que jefa no hay», les dijo  a los Supervivientes mientras repartía tareas como un capataz egipcio en construcción de las pirámides.

Y después de decir que ella no era jefa se puso a dar órdenes como Rambo daba ráfagas de tiros. Olga se pone a dar latigazos a los remeros de una galera y les dice que es para activarles, que ella no es jefa, pero ZAS!! Paco, que no me remas con ganas.

A Valeria le tienen muchas ganas y se dedican a machacarla. Todo lo que hace está mal. Olga, Sajén y Sylvia son el trío criticador. Su vida gira en torno a comentar lo que Valeria hace. Son el Chiringuiro de Jugones de la liga Valeria. 

«¿Pero cómo puede mear tan seguido? Si acaba de mear en esta esquina», se quejaba Sylvia. A lo mejor es porque Valeria es como los perrillos, va marcando territorio.

Sobera sigue cambiando de Telecinco a Cuatro con el mando a distancia. Él es así, un hombre de costumbres. A mí me jode, porque tengo la tele rota y cambio como en los ochenta: con el dedo, pero en la tele.

Directo. A Melyssa se la habían llevado aparte, porque hoy es su cumpleaños, cumple 30 y querían darle una sorpresa. Le pusieron el cumpleaños feliz, pero en una versión cantada por una señora que estaba desganada.

Y de sorpresa le hicieron pasar a una carpa donde estaba Sandra. «Ostras», dijo Melyssa, flipando. Peeeero además de Sandra había una tarta. Una tarta que llevaba al sol mucho tiempo. Una tarta que se estaba derritiendo como el núcleo terrestre. Esa tarta estaba rogando que alguien le pegara un tiro para dejar de sufrir.

Total, que Melyssa tenía que mandarle a Tom el mensaje de Sandra de que le deja. QUÉ PEDAZO DE MARRÓN. Había menos mierda en la deposición de un diplodocus.

«Que quiero mucho a Tom, pero que no estoy enamorada de él», le dijo Sandra. Melyssa se llevó las manos a la cabeza. La miraba como diciendo «ay, amiga, qué me estás contando».

Melyssa lo único que quería es que quedara claro que ella y Tom sólo son amigos y que no quiere nada con él y que no ha intervenido para nada en la decisión de Sandra. En las tablas de Moisés había diez mandamientos y una posdata con lo de que Melyssa y Tom no tienen nada que ver.

«El mensaje está claro, Carlos», dijo Melyssa. Sí, es : TOM, A TOMAR POR CULO.

El caso es que como la dejaron sola con la tarta, Melyssa se puso a comer con una pachorra y una templanza digna de una mujer con nervios de acero. A Melyssa le toca comunicar a unos familiares que su abuela ha muerto en una orgía y lo dice mientras se come un sándwich de atún.

Luego vimos a Tom en un aparte. Le dijeron que entrara en la carpa. Melyssa, que es más lista que los ratones colorados, había tapado la tarta con la caja. JAJAJAJAJA

«ESTO NO LO TOQUES QUE ES MÍO», le dijo nada más entrar. MELYSSA ES UNA JEFA.

Y Melyssa se puso a darle el mensaje: «Lo siento mucho porque lo que te voy a decir te va a doler. He estado con Sandra y quería decirte que se ha dado cuenta de que ya no sigue enamorada y que no quiere seguir con la relación y que es más feliz».

Rafa Gorgory broken heart | Personajes de los simpsons, Simpsons divertidos, Los simpson

Tom se puso a llorar. Mucho. Melyssa le abrazó y le consoló. Es que esta chica tiene un corazón que se lo puedes trasplantar a un elefante.

Tom siguió llorando. Pero a los dos minutos se enfadó. Este chico es como una montaña rusa de emociones. Una montaña rusa de las de acabar con el estómago del revés.

«No le eches la culpa a alguien por no estar enamorado», le aconsejó Melyssa. Necesito a Melyssa de coach de la vida, por favor.

«Si es la mujer de tu vida cuando salgas la buscas y si se puede se puede, y si no, pues nada», añadió la muchacha, que oye, se lo toma todo con filosofía.

– ¡Dios, Melyssa, estoy sangrando porque me he cortado con la motosierra!

– Pues intentas contener la hemorragia y si no, pues nada, te mueres y ya está, hijo, qué dramas.

Y así.

«Sandra estaba aquí conmigo», le aclaró Melyssa y Tom flipó. «¿Y no me quiere ver?», dijo él mirando a todos lados como un ratón desconfiado saliendo a comer.

«Es el día de mi cumpleaños y estoy aquí apoyándote en tu ruptura, lo sé, es surrealista», dijo Melyssa, que habría preferido un Happy Meal en el McDonald’s para su cumpleaños.

«Sandra se ha ido por allí, ve a buscarla, si te dejan ir…», dijo Melyssa, que le encanta escapar en busca de la gente. Melyssa es como el puto Sherlock Holmes, si quiere encontrar a alguien, le encuentra.

Melyssa fue la que habló con Marco para que fuera a buscar a su madre, que el chaval estaba desganado y pasaba de ir y al final Melyssa convenció hasta al mono.

«Me quiero ir», dijo Tom y se puso a llorar de nuevo. Y en ese momento le metieron a Sandra en la carpa. Imágenes de Melyssa cuando vio a Sandra entrar:

Luego Melyssa intentó ponerse en el medio y a un lado y dijo «¿dónde me pongo?» y se buscó un hueco en un rinconcito, siempre abrazando la caja de la tarta.

La pobre no sabía qué hacer, si mirar o no. Acabó intentando hacerse la roca y no se movía. Melyssa sabe técnicas de camuflaje ninja. Sólo sabes que está porque hay una caja con una tarta.

– Hola, bienvenidos al examen de dibujo de Bellas Artes. Hoy tienen que definir en una imagen el concepto «fuera de lugar».

Melyssa quería estar como el nombre de la playa.

«No es lo que has hecho tú, es lo que he hecho yo», le dijo Sandra a Tom como excusa. Uy, mira, se te ha caído un cliché.

«Yo soñaba con estar contigo cada día», le dijo Tom. Unos cojones, soñabas con un chuletón con patatas, que lo sabemos. Lo mismo estaba Sandra de fondo en el sueño, pero de secundaria.

Tom se puso a declararse y a tratar de dar pena. «Estoy loco por tí lo único que quiero es estar contigo«, le dijo. Yo la verdad, en estos casos en los que el pescado está ya vendido, creo que es mejor no insistir. Antes le sacas dos puntos para aprobar a un profesor que un «vale volvemos» a una ex que te está dejando.

El caso es que Tom y Sandra pasaron de las confidencias dulces y amables a chillarse en cero coma. Y Tom se fue de la carpa a llorar a una piedra cercana.

«Si se calma hablo con él, si no, no, que no quiero chillar», dijo Sandra, pero se fue a buscarle como una madre a un niño que no se quiere ir del parque y se lo llevó de nuevo a la carpa cogido de la muñeca.

La muchacha estaba destrozando a Tom que solo faltaba que le diera con un palo al grito de TE DEJOOOOO, TE DEJOOOOOOO.

El caso es que Sobera les dio la posibilidad de que pasaran la noche juntos, «pero no como una cita romántica», dijo Sobera, porque claro, no les iban a dejar condones y lubricante encima.

«Es la primera vez en tres años que me tengo que sentar… y he pedido una silla porque me estaba quedando… soy empático y…«, dijo Sobera, que es muy tierno. El pobre no soporta ver un amor roto. Sobera está estudiando cardiología solo para saber cómo recomponer un corazón roto.

¿Sabéis qué paso con Cupido cuando creció y dejó de ser un bebé? Que se puso pantalón de pinzas y chaqueta y se hizo presentador.

En otro orden de cosas…

En la ceremonia de salvación a Agustín Bravo le cayó moco encima. «¿Pero es vómito?», preguntó. Sí, Agustín, hijo, tienen a tres miembros del equipo comiendo otras en mal estado todo el día para que regurgiten para tener provisiones para echarte a ti encima el vómito.

Valeria sigue poniéndose una redecilla negra en el pelo para estas cosas y entre eso y que está en una silla de madera como de tortura de un miedo de cojones. Valeria se puede sentar al lado de la alcantarilla del payaso de IT y no le pasa nada. El payaso no sale.

Y la salvada fue… ¡¡VALERIA!!

Hostia en la boca para Olga y su cuadrilla de criticadoras.

Y llegó el momento piñata. No era una piñata, era un contenedor de barco. Ahí cabían caramelos como para hacer niños diabéticos. También había pergaminos. Se podían coger chucherías y un pergamino cada uno.

Las tres cumpleañeras, Melyssa, Valeria y Sylvia tenían que intentar romper la piñata con los ojos vendados. Qué hostias se vieron. Pero para nada, porque Melyssa, por ejemplo, le daba unos golpes que le abrían abierto la cabeza a un caballero con yelmo y armadura, pero la piñata no sufrió nada.

Si hay una guerra nuclear yo quiero estar dentro de esa piñata.

– Hola, ¿esta es la oficina de producción?

– Sí.

– Soy Manolo, de construcción. Necesitamos unas placas de acero blindado para una cosa de una piñata.

Total, que le encargaron a Gianmarco que rompiera la piñata. Joder, qué palos le daba. No solo la rompió es que además la remató en el suelo. Joder, qué ensañamiento. Van a poner una queja los de la APP. Asociación Protectora de Piñatas.

Y a este cuadro le llamaremos: ‘La Rabia’.

El caso es que los pergaminos además incluían beneficios. A Melyssa le tocó un pincho de tortilla. ¡BIEEEEEEEEEN!

A Olga le tocó ser lacaya hasta el jueves. ¡BIEEEEEEEEEEEEN!

JAJAJAJAJAJA

Alexia podía intercambiar dos pergaminos de sus compañeros. Se veía en un aprieto pero en lugar de intercambiar el «sigue jugando» que tenían Valeria y Agustín le dio a Agustín el ‘que no podía comer caliente’ que tenía Albalá.

Gianmarco podía quedarse con el pergamino que quisiera. Eligió quedarse con las gafas y el tubo que le habían tocado a Carlos. Gianmarco, el santo.

«Sé buena, Lara, sé buena, Lara», decía Sobera a Lara cuando esta tenía que decidir sobre si habría fiesta o no. Este hombre es que no aguanta ver sufrir a la gente. A Sobera le llega a tocar ser el que juzgaba a las brujas y no se enciende ni una hoguera. 

«Las tres tendréis fiesta, eso sí, retorcida», les dijo Lara…

Y ahí se acabó lo que se daba. Bueno más o menos.

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