Cómo reconocer conductas de mala persona… el caso de ‘Ven a cenar conmigo’

Miguel Frigenti, escondiendo comida como con tres años.

Queridos amiguitos y amiguitas, bienvenidas a una nueva edición de nuestro programa Aprendiendo de realities, donde no se aprende una ful de Estambul porque me lo invento todo y donde sin embargo, la vida se nos abre ante los ojos.

Ahora en serio, como si yo fuera capaz de ponerme serio, anoche echaron Ven a cenar conmigo: gourmet edition, que tiene de gourmet lo que un bocadillo de chorizo de dos euros el kilo.

ANTES DE SEGUIR: Si sois fans de Frigenti, Irene o Fani (Amador no tiene de eso) o me queréis seguir en redes con bondad, aquí estoy: Instagram: @GusHernandezGH / Twitter: @realityblogshow / Facebook: Gus Superviviente Hernández. 

La cantidad de inquina, bilis, mala leche y maldad que algunos de los invitados se echaron los unos a los otros y cuando digo algunos digo Miguel Frigenti y Fani, fue legendaria. Por ahí estaba Irene Rosales, que es más pura y buena que Sor Ángela de la Cruz y Amador Mohedano, que invierte todas sus energías en contar sus batallitas.

Pero el programa nos vale para… ¡Reconocer conductas de mala persona!

Vaya por delante que a Frigenti le conozco, pues fuimos compañeros en el debate y no me pareció mal chaval, por más que en Ven a cenar se haya empeñado en parecer lo contrario. Vamos a ver y comentar conductas de mala persona. 

No es que sea de mala persona, pero decir con todos tus cojonazos «no he cocinado nunca, no me he atrevido ni a hacer un arroz», como hizo Amador es digno de admiración. De la de ‘oh, qué bien’, no, de la de ‘hijo, espabila, que eres mayorcito’.

«La velada de hoy en casa de Amador va a ser un coñazo«, dijo Fani, que es optimista por naturaleza. Fani era la ponía el fin del mundo en el calendario de los Mayas cada dos por tres.

«La infanta Leonor es fan mía, que me lo han chivado«, añadió Fani, humilde, como ella es. Todos los humanos desde Adán y Eva hasta hoy eran solo ensayos de Dios, hasta que se vio preparado para crearla a ella.

Menú de Amador: de primero, Amor Marinero. Pero era un menú de odiar al mar. Era un plato que recuerda a cuando los marineros bajaban del barco y la metían en el primer agujero que pillaban.

Era corvina con verduras. Todo de Chipiona. Hasta la bandeja del horno se cultivó en Chipiona. Para Amador en Chipiona hay más cosas que en Amazon. El plato era un filete guarro mal hecho en una plancha fría, con verduras picadas y dos almejas con toda la pinta de llevar más toxinas que limón.

Caprichosa, el segundo. Era un filete con verduras, sí, más, a la plancha. Y dos patatas cocidas sin pelar. Te buscas la puta vida y las pelas tu joder. Eso es de mala persona, la verdad.

Naranja pero limón, el postre. Era gelatina comprada puesta en un plato. Ah, pero le puso gajos de mandarina, para «decorar». Miguel Ángel estuvo dudando entre esculpir el David o un gajo de mandarina, que decoraba más. Servir eso como postre, que es cuando te desquitas de una mala comida es de ser muy mala persona. Hay bares de carretera donde les daría vergüenza servir eso.

«Me tienes que presentar a tus perros«, le dijo al llegar Frigenti, al que le encanta dar la patita.

Y luego apuñaló a Fani según llegó con el tema de la infidelidad en La isla de las tentaciones. Estaba el muchacho que un vampiro tiene menos ganas de morder en la yugular.

Fani se levantó e hizo como que se iba indignada. Frigenti se fue a buscarla, pero no en plan buen rollo, no, chillando ESTEFANÍIIIIAAAAAAAA, ESTEFANÍAAAAAAAAAA De buenísima persona no parecía.

Con la misma verdad que un falsificador de moneda, el muchacho le dijo a la muchacha: «Vamos a arreglarlo, ven». Al final quedaron en que entraba, pero por Amador. Ahí, perdonando vidas.

Amador quería darle rosas a las mujeres, pero las tenía chuchurrías, así que se ahorró el acto rancio.

«Yo ligaba mucho, tela. Miraba a las chicas así como picarón», dijo Amador. Me imagino a cientos de mujeres en el mundo pensando «¿a ese señor que le pasa en la cara? ¿Qué enfermedad le dejó así los ojos? ¿Por qué me mira? ¿Será un ictus?».

Llegó el primer plato a la mesa. «Me ha parecido un insulto comparado con mi cena, si alguien merece ganar este programa soy yo», dijo Frigenti, que tiene el ego que va a ser lo primero de origen humano en llegar a Marte.

«Hoy se ha hecho periodismo y no cualquier periodismo, periodismo de rigor«, alegó Frigenti, cagándose encima de reporteros de guerra, periodistas de investigación, represaliados en dictaduras, etc.

«Yo me lo he comido todo, no como vosotros con mi plato«, dijo Frigenti, que tiene más rencor que un troyano viendo caballos.

Amador hizo los filetes del segundo echando la cerveza de su propia copa. A tomar por culo las medidas sanitarias. La baba, ese ingrediente que le da sabrosura a todo.

Pero ni por esas: la gente masticaba el filete del segundo con pinta de haber deseado no tener muelas. Aún así Frigenti le dijo que era un plato maravilloso, aún cuando pensaba que era una mierda.

Pero Fani se chivó de que Frigenti había puesto el plato a parir. Ahí, Fani, conducta de mala persona: el chivoteo y el hundir en el fango al anfitrión.

Frigenti se escondió la comida en un bol debajo de la mesa, para tirarla y luego, mirándole a la cara, le dijo a Amador: «Con toda sinceridad, buenísimo, Amador». Frigenti piensa que la sinceridad es un animal mitológico. 

Frigenti se quejó porque sus padres le apuntaron a Informática en lugar de a canto. Ya, que gentuza, sólo le apuntaron a la profesión con más futuro del planeta. 

Llegó el postre: «Yo creo que a la juventud esto os debe de gustar», alegó Amador, que piensa que en los botellones se come gelatina de limón.

Frigenti hizo lo de comerse la gelatina absorbiéndola del tirón y cogiéndola con la boca directamente del plato. Vale, eso es de buena persona, lo reconozco, que yo lo he hecho muchas veces. 1000 puntos para él.

«Es un postre arriesgado, tecnológico, fit… nadie se esperaba de postre una gelatina», le dijo luego Miguel a Amador, en otro caso para… CUARTO FALSOTENIO. Con Frigenti Jiménez.

Fani se puso a hacer una videollamada en medio de la comida. Más que nada porque quiere liar a su tía con Amador. Ahí, buscando colocar a la gente. Más exclusivas, más tele… la avaricia por vivir del cuento es desmedida. Eso, de buena persona, no es.

Amador se puso a cantar. Qué forma de asesinar la música. Los que tocaban el órgano y la guitarra le miraban pensando que ellos, en algún momento, creyeron en la música y que ojalá ellos hubieran estado en el Titanic para tocar hasta el final y dejar de sufrir.

Y después de haberle dicho que era una gran cena… Miguel le dio un 3 a Amador. JAJAJAJA ¿Ese olor es de mala persona?

Y llegó la cena de Fani.

El primero era Lluvia de estrellas. Era una crema de calabacín. Sí, el paseo de la fama de Hollywood está lleno de calabacines. En Agosto, durante las Perseidas, puedes ver calabacines surcando el cielo nocturno.

De Madrid al cielo era el principal. Básicamente, cordero con patatas. Porque el cordero sólo se hace en Madrid y claro, de ahí al cielo. Creo que es porque ablanda la carne lanzándola por el balcón.

«Ya ni lloro, mira», dijo y se rebozó la cebolla por la cara para demostrar que es inmune a la cebolla. Se le quedó el cutis que no la besa ni una cabra.

El postre era Nube blanca. Torrijas caseras con helado. Frigenti también había hecho torrijas y Fani quería compararse. De buena persona, no es.

«El bien siempre gana y el bien soy yo», dijo Frigenti, que si llega a salir en Star Wars mata a Darth Vader en los primeros 5 minutos de película porque el bien es él. 

«Manipularles, hacer la pelota y ganar. Mentira cochina», era el plan de Frigenti, como antes lo fue de Mahatma Gandhi y de Teresa de Calcuta.

De entrantes había hecho croquetas. Croquetas de medio kilo cada una. Esas croquetas podrían alimentar a una familia una semana entera.

«El sombrero le sienta como a un cochino una corbata, le hace más taponcito», dijo Amador de Miguel, que se había puesto sombrero. Qué buena persona.

Se fueron a curiosear por el piso de Fani. «Ooooh, aquí es donde…«, dijeron al ver la cama. Claro, no van a hacerlo encima de la vitrocerámica encendida.

Se pusieron a rebuscar en la ropa interior. Irene no sabía de qué parte del cuerpo era un fajín de los de sujetar las medias. Irene lo más sexy que se ha puesto es un pijama de felpa con un agujero delante. 

«Esto qué es, ¿una lavativa ecológica?», dijo Frigenti al ver la crema. El típico comentario para que el que ha cocinado se sienta a gusto.

«Si le hubiera añadido más queso lo habría camuflado y me habría gustado«, dijo Irene, que quería un idiazábal con al que le hubieran frotado un calabacín así como de pasada.

Fani repitió lo de La casa fuerte: se puso a escuchar detrás de una puerta. Espiar a la gente, de buena, buena persona, no es.

«Es mentirosa, a esa gente hay que dejarles que se crean que te crees sus mentiras«, estaba justo diciendo Frigenti. PILLADA ON THE ROCKS.

Irene intentaba meter baza, pero Frigenti la interrumpía. Si fuera una persona menos sobria, Irene habría apuñalado a Frigenti con una botella rota sólo para poder dar su opinión. Y es que parecía que Frigenti es la persona preferida de Frigenti.

Llegaron las votaciones. A Fani le dieron pocos puntos. Eso puede estar bien si tienes una brecha, pero si compites, no.

«Se le ha puesto cara de gastroenteritis a Fani cuando le han puesto un 5 y eso me ha gustado, me ha excitado«, dijo Frigenti, que se reboza en el mal ajeno como un gorrino en un lodazal.

«Irene es un mueble que se pringa, un mueble con carácter, lo quiero en mi casa«, siguió diciendo el muchacho, que no compra en IKEA, compra en MALA IDEA.

Y llegó la ENCERRONA DEL SIGLO:

Fani tenía escondida a su tía Maite, que apareció en paños menores, como una vedette de los años 70, pero en versión desganada.

«He visto un tonteo… se palpaba en el ambiente… las pupilas se le han puesto como a un gato», dijo Fani, que piensa que Amador ha sido seducido por la ropa interior de mercadillo de su tía.

La tita Maite se paseaba por el salón en ropa interior dando zancadas como de estar evitando pisar cacas de perro, así de sexy era. Tita Maite fue muy sutil: «¿Estás soltero, tienes churri ahora?«, le dijo a Amador. Lo pregunta porque quiere que sólo sean amigos.

«Te dejo hablando con Amador…», dijo Fani y les dejó solos. Le faltó irse tirando condones y lubricante.

«No te hacía tan bien conservada», le dijo Amador a la señora, lo que parece un piropo, pero no lo es. Que te hablen como si fueras una ruina romana no mola.

«No creo que me tomara un café con tita Maite», dijo él, que no está por la labor.

Y GANÓ… ¡¡IRENE!!

Fani estaba contenta como si hubiera ganado ella misma, con tal de que no ganara Frigenti.

Y hasta aquí el compendio explicativo sobre malas personas del que no habéis aprendido nada. 

4 comentarios

  1. Dice ser nadie normal

    pero mierdas como esa tienen audiencia?

    17 septiembre 2020 | 09:30

  2. Dice ser Fran

    Yo no tengo ni idea quién es toda esta gente, porque no veo ese canal ni conozco sus programas. Creo que el tal Amador está relacionado con la Rocío Jurado, pero de ahí no me saques. Sin embargo, zapeando entre intermedios de otros programas, acabé un par de veces aquí y lo único que puedo decir es que el jóven es un ser despreciable como hacía tiempo que no había visto. Es indigno no solo que aparezca en la televisión, sino que además esta cadena permita que lo haga. Telebasura en su máxima expresión.

    17 septiembre 2020 | 10:26

  3. Dice ser danielr

    Se nota a kilómetros de distancia que todo esta guionizado.

    17 septiembre 2020 | 13:25

  4. Dice ser David

    Luego me leo ese tocho…

    17 septiembre 2020 | 15:50

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