Mónica Hoyos, a lo moderna, menea los pechos para seducir a un compañero en Supervivientes 2019

Técnica infalible para ligar con un tío: ir a lo obvio. Madre mía Mónica Hoyos, en cosas de seducir le gustan los métodos paleolíticos. Está roneando a Omar Montes, que se deja y corresponde. El otro día tuvieron un encuentro romántico en la isla tras el que montaron en la barca. Eso era como Titanic, solo que Omar en lugar de pensar «si se tira, me tiro» piensa sólo «me la tiro».

Y para seducirle ha ido a una cosa sencilla, sutil y discreta: Mover los pechos hacia la pantalla. Pero incidiremos sobre eso más tarde. Antes… Broncas.

Hay un trío de la muerte. Normalmente los tríos son cosas bonitas en las que se da y recibe más que en la mañana de Reyes. Pero en el caso de Colate-Pantoja-Aneth se trata más bien de jugar a la ruleta rusa con un cañón.

Pantoja es una relaciones sociales de primera categoría. La gente la quiere. Lejos. El otro día en la valla, que tiene más agujeros un queso gruyere tiroteado, dijo: «No estoy mal con nadie, exceptuando esas dos personas». Me encanta el concepto «nadie, excepto».

– Me llevo bien con todos, menos con 2.456.345 personas.

«Si tenemos una movida por cosas aquí lo puedo entender, pero por cosas de fuera…», dijo Colate. JA JA JA no sé en qué mundo vive. Esta gente tiene tantas cosas fuera que ni les caben allí. Tienen que hacer hueco dentro para las cosas de fuera. Esta gente es el armario empotrado de las cosas de fuera.

Aneth hace como que las broncas no le importan. «Yo estoy untada en aceite de coco, todo me resbala», aseguró. A Aneth no le puedes dar ni un tajo con una espada, porque le resbala. Un tiburón intenta comerse a Aneth y se le resbala. Y luego el pobre bicho muere intoxicado, claro. Se echa tanto aceite que en su pasaporte pone República de Fritanga.

A Aneth le han cogido manía Dakota y Oto. Y es raro, porque Aneth es un encanto adorable y Dakota y Oto unas personas cariñosas que hacen amigos con facilidad. ¿Cómo es que no se llevan bien?

«Aneth eres una ruinera» y «Rata»… le dijeron a Aneth, con ese tono de voz agradable de Dakota, que no es que rasgue la voz, es que la parte en dos y le prende fuego. La van a llamar para doblar al primero que probó un ducados.

Ya en directo le dieron a Sobera (Dios, qué gusto las galas con Sobera) unas tijeras rojas de medio metro, para que anunciara una película. ¿Queréis que Dakota se corte un pelo? Tiene que ser con esas tijeras.

Más temas:

Violeta y Fabio son ahora dos enamorados.

Fabio, Violeta, dos montajistas y un amor.

Están los dos calientes como para que les tengan que medir con el termómetro que usa Satán cuando le duele la cabeza, porque los demás termómetros se los pones y explotan.

Violeta se apresuró a contarle a Fabio que lo dejó en directo con su novio. «¿Tu novio no te insultó?», le preguntó el maromo argentino. Violeta puso cara como de «si, si, si», pero no, no, no. «Me llamó injusta y se puso a llorar». Es todo lo que pudo decir de su novio, que tiene más educación que ella de aquí a Lima y volver.

«He vuelto única y exclusivamente por ti», le dijo la chiquilla a su maromo, como si hubiera sacrificado toda la vida y le hubiera parido ya doce hijos tatuados como Fabio.

«El primer beso espero que ocurra solo, cuando deba...», dijo Fabio. Espero que este muchacho no quiera preñar a Violeta, porque lo mismo se queda esperando a dos metros de ella, a ver si los espermatozoides cogen el bus y se van solos a dejarla encinta.

«Yo entiendo que él esté mal, pero a lo que no tienes derecho es a decir que te he roto el corazón», dijo Violeta sobre su ya exnovio. O sea, que si Violeta te da una hostia con la mano abierta y te salta tres empastes, ella entiende que te duelan, pero no que cuentes que ella te ha saltado una leche.

«Creo que el destino quería que yo te conociese», dijo Violeta a Fabio, que lejos de vomitar en la primera esquina que encontrara, se sintió halagado.

Sólo faltó que apareciera el destino y dijera. «¡A MI NO ME ECHÉIS LA CULPA!

Por la noche estaban los dos pelando la pava y la Pantoja se les puso a cantar la de «Perdona si te hago sufrir… «. Una letra maravillosa. Ya puestos podían haber cantado una sobre el sexo sin profilácticos.

En cualquier caso a Pantoja le hicieron coro Mónica y Aneth. Eso parecía una ronda de borrachos con las cuerdas vocales seccionadas.

Me encantan los colaboradores como Oriana, que la presenta Sobera y en lugar de mirar a la cámara está mirando a la tele a ver si sale guapa. Creo que sólo existe en el entorno digital. Es un holograma.

Sobera trató de hacer cantar a Oriana. Pobre. Habría sido más fructífero intentar que una cabra suba por una escalera, que por lo menos te echan monedas desde los balcones.

En la playa pirata sigue la tragedia de los jóvenes. En esas islas hay un virus que afecta a los menores de treinta años y que los sume en un profundo sueño y que, una vez despiertos, les priva de la ilusión por vivir.

De ahí que Dakota y Oto sean más vagos que el intestino en una huelga de hambre.

Un día decidieron ir a pescar en la barca.

«¿Quién da pedales?«, preguntó Oto, que piensa que todas las embarcaciones se mueven a pedales. Debe flipar cuando ve un petrolero. «Eso se llama remos«, le informó Dakota, que tiene más vocabulario.

Luego Oto se puso a dar impulso a la barca con las manos, pero hacia atrás. Daba golpecitos en el agua que parecía que estaba tratando de abofetear a un bacalao.

Se les volcó la barca medio millón de veces. Si hubiera sido por Oto y Dakota aún no se habría dado la vuelta al mundo. De hecho, no se le habría dado ni cuarto de vuelta.

Si Isabel la Católica les da a ellos las joyas para descubrir América, se lo gastan en copas y hoy por hoy los Aztecas se sentirían solos.

Encima se enfadaron porque Chelo les dijo que habían sido vagos después de que les quitaran las esterillas para dormir como castigo por ser vagos. Es como si Jack el Destripador se enfadara porque le llamaran asesino.

Escarmentados, se pusieron a currar. «Quién me lo iba a decir, cogiendo erizos y todo», dijo Dakota, como si estuviera doblando turno en una obra moviendo sacos de cemento.

«¡Mira un tiburón!», gritó Oto cuando sus compis estaban en el agua. Lidia y Dakota se subieron a la roca como gatos huyendo de un incendio. Spiderman resbala al lado de la capacidad de estas dos para agarrarse a las superficies.

«!Que me he pinchado, me cago en sus muertos!», dijo Dakota, dejando salir la frustración con expresiones de alto contenido gramatical y paranormal.

«¡Nos vamos a hinchar!», dijeron triunfales, porque volvieron de cinco metros más allá de la playa con unos 250 gramos de lapas y erizos. A hincharse, dicen, si con eso no come ni un gorrión con el balón gástrico puesto.

Luego les jode que les llamen niños, pero es que el día menos pensado aparecen todo orgullosos porque han coloreado sin salirse de los bordes.

PRUEBA DE RECOMPENSA

Se trataba de escarbar debajo de un tronco para poder pasar, coger una tablilla con una película y decírsela con mímica a su compañero. Si acertaban, pues comían.

Lara explicó la prueba perfectamente, pero a Sobera eso le sonaba a montar un cohete espacial con instrucciones del IKEA.

Empezó Fabio. Si le dices que está Violeta al otro lado te hace un túnel con gálibo de 5 metros.

Su película era para tratar de lograr la recompensa era La Novia Cadáver. ¡¡TRAMPA!! Fabio no le hizo mímica a Violeta, se lo dijo directamente con la boca, vocalizando. Sólo le faltó decirle la película con un Burofax.

El siguiente fue Omar. Omar hizo un agujero por el que no pasaba ni el Payaso Tallarín y aún así intentó meterse.  No cabía, claro, pero él no se daba cuenta.

La película era Entrevista con el Vampiro. «¡TRES METROS SOBRE EL CIELO!», dijo Mahi sin esperar siquiera a que Omar hiciera nada. Ya sabemos qué actor pone tontita a Mahi. Omar sólo se ponía colmillos con los dedos y movías las manos que no sabías si quería representar que hablaba o que estrujaba los pezones de una gigante.

«El murciélago pica. Tú come», decía Mahi, probando a lo puto loquísimo. No lo acertaron, claro. Y fueron los únicos, porque a ellos no les dieron ni pistas ni oportunidades.

JODER MAHI Y OMAR los grandes damnificados de las pruebas.

«¿Qué tal si les damos otra oportunidad con el artilugio en la boca?«, pidió Lara. Creo que no hace falta ni que comente eso. Se la dieron, a Violeta y Fabio.

La segunda peli era La Pantera Rosa. La recompensa eran unas fresas que estaban más arrugadas que la picha de Ramsés II. Lo acertaron. Casi copulan allí mismo. De hecho, creo que lo hicieron.

El siguiente fue Colate. Tampoco se enteró de las explicaciones de Lara. Y no es que ella lo explicara mal, es que a ellos «La postura del perrito» les parece una forma de codificar el sexo por compleja y poco explícita.

Su recompensa eran unos perritos calientes y acertaron el resultado.

Turno para la Pantoja, con Mónica de excavadora, claro, porque a ver de qué va a hacer la Pantoja trabajo físico. La Pantoja pone sus articulaciones en Wallapop y en la descripción del producto puede poner «sin usar».

Mónica excavaba con mala hostia. La arena se apartaba sola por miedo. Lo que pasa es que solo quitaba arena de un lado y claro, por el otro no pasaba.

«¡Las tetas, coño, tengo tetas!» gritaba como si acabara de salir de una clínica de estética o fuera Yola Berrocal mirándose al espejo. Pero es que se le quedaban enganchadas las domingas. Tiene unos pezones como garfios.

La peli era El silencio de los corderos. Muy apropiada para Mónica la verdad. La acertaron y se comieron unas chuletitas de cordero.

«Carneeeee, quiero carneeeeeeeee«, decía la Pantoja. Joder, qué miedo. A Pantoja le asalta un hombre lobo y se va el lobo con seis bocados en el lomo.

Siguiente Dakota. No sin antes poner pegas por tener que excavar. Dakota se puso a hacer el agujero, pero hacia abajo. Casi aparece en China. Su peli era Charlie y la Fábrica de Chocolate. Lo malo es que lo único que sabía hacer Dakota eran gestos como si estuviera midiendo una caja. Cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia.

«Una pistilla, algo así como si fuera una fábrica«; les dijo Sobera. Joder con la pista. Casi les pone la película con comentarios del director como pista. Se comieron dos chocolatinas.

Siguientes Chelo y Lidia para escarbar. Joder, se tenía que meter por debajo del tronco Lidia. No había una más alta. Lidia no tenía que hacer un agujero, Lidia tenía que hacer barrenos para meter dinamita y abrir un hueco.

Su peli era La Gran Aventura de Mortadelo y Filemón.  Como pista les habían puesto dos sándwiches de mortadela. Pero ella pensó que eran de chopped. Joder con los anglicismos. Nos joden la vida. Después de medio millón de pistas, lo acertaron.

«¿Qué quieres que te haga, me desnudo?«, se ofreció CarlosLozano un día con tal de que le dieran de comer. ¡¡NO HACE FALTA!! Se apresuró a decir Lara, que ya veía a Carlos con el lenguado al aire.

Aneth se puso a quitar arena. Quitaba grano por grano. Luego se metió en el agujero que no sabías si quería pasar o enterrarse. Si tarda un poco más se pudre el tronco y puede pasar sin problemas.

Su película era Alicia en el país de las maravillas. «Te amo, te galleta, te cookie, te machaco…«, decía Carlos intentando acertar. «Te machaco», la madre que lo parió. ¿En qué puto cine ha visto Carlos Lozano la película «Te machaco»?

«Hay un conejo y hay un reloj«, les dijo Sobera y claro, acertaron. Un té con galletas para ellos.

—

Pantoja ha pescado un lenguado. Eso sí, sólo después de que le dejaran todo preparado, el sedal, el cebo… y desde la playa, no fuera a herniarse.

En su espiral de peloteo Colate decía gritaba ¡QUÉ GRANDE ES, QUÉ GRANDE ES!. El lenguado no medía más de 15 centímetros... que a Colate le pareciera grande dice mucho de… bueno. Ya sabéis.

«Era un pez enorme«, recalcó en plató Chabelita. Esta gente ha vivido engañada con los tamaños. Chabelita ve un percebe y piensa que es Nacho Vidal sacando el pene entre el hielo de la pescadería.

Colate no va a por leña, va a por árboles. Cuando un vasco quiere decirle a alguien que es muy bruto dice «Aiba la hostia, que pareces de Colate«. A Colate le pones a repartir butano y no te sube la bombona, te baja el piso.

Y SE SALVÓ DE LA EXPULSIÓN… DAKOTA.

«Por favor, no os llevéis a Aneth, que es mi apoyo«, dijo lloriqueando Pantoja. Cuando dice «apoyo» lo dice en el sentido literal. Aneth para la Pantoja es como el carrito de parada de un hospital. Sin ella no podría ni respirar de forma autónoma.

Y es que Pantoja está haciendo la técnica de su hija Chabelita, que fue la de no moverse. Recordemos que Chabelita no adelgazó en la isla. Gastó menos energía que una bombilla fundida.

Y ojo porque hay roneo entre Omar y Mónica Hoyos. «Me cae bien y me encanta que me de cariños. Pero no sé si seremos novios», dijo ella.

Omar y Mónica quieren una cena romántica.

«Si te doy un masaje te enamoras», dijo Omar.

Omar cuando se pone a conquistar no repara en gastos. Se dedicó a hacerle a Mónica un collar. Un collar de caracolas. De caracolas tan grandes que no se oía el mar, se oía un crucero llegando a puerto.

«Qué pedazo de regalo, va a flipar, ¿no?», dijo el muchacho viendo su obra. Sí, grande era, que te pones ese collar y se te dislocan las cervicales. Acabas andando con el cuello como una paloma.

Y también le compuso un poema:

Te he regalado esa caracola

para decirte que de la isla

eres la chica que más mola

QUÉ PEDAZO DE ARTISTA. Si Quevedo estuviera vivo debería caérsele la cara de vergüenza de llamarse a sí mismo poeta. Qué talento Omar. Qué versos, qué profundidad, qué recursos, qué metáforas, qué vocabulario, qué rima sutil…

A Omar se le pasó echarle leña al fuego por la noche. Quien dice se le pasó dice que se quedó dormido como si se hubiera muerto. Omar no necesita una alarma en el móvil, para despertarlo necesitas un desfibrilador y darle descargas.

Hicieron el fuego de nuevo, gracias a las explicaciones de Jonathan (que ojo, es un descubrimiento) y se le volvió a apagar a Omar. Madre de Dios. A Omar lo llevas a Galicia y no vuelve a haber incendios.

Jonathan las está pasando canutas solo en el palafito. El otro día le dio una lipotimia de estar al sol y se tuvo que bajar a la playa un rato.

«Me apoyé en un árbol porque me daba vueltas todo», dijo el muchacho. Y menos mal que no había quitado el árbol Colate.

Este último ha tenido bronca con Aneth. Aneth intentó llevar la democracia a la isla, promoviendo una votación para abrir una lata que no estaba prevista. «Aquí no se puede votar lo que uno quiera cuando quiera«, dijo, porque él es más de que haya un líder todopoderoso: él.

«Yo no estoy aquí para pasar tanta hambre», dijo la Pantoja, que fue en realidad la que montó la bronca, solo que, como suele, ahí estaba Aneth para hacer el trabajo. ¡Aneth, ataca!

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