Oye, Da Vinci, majo, píntame un retrato de esos tuyos molones de mazo misterio, que luego le voy a dibujar encima un seis y un cuatro y voy a decir que lo he hecho yo.
Así fue básicamente cómo Mar Segura se comportó con unas torrijas que si las torrijas pudieran poner denuncias ahora mismo esa mujer tenía una demanda puesta en el juzgado nº 1 de Primera Fritanga.
La anfitriona de Ven a Cenar Conmigo Gourmet edition era Mar Segura, que es Empresaria. Y ella es «su propia marca». Es como si en lugar de en Zara compraras en Amancio.
– Bragas Amancio, pa tapar tó lo rancio.
Y así.
Mar nos contó que ha sido «presentadora de televisión». Pues como no se refiera a que le presentó una Samsung de 32″ a una Sony de 42″ y luego se casaron…
«Luego me dediqué a formar un comité benéfico y luego monté una empresa de eventos porque me encantan los eventos». Pues nada yo voy a montar una empresa de blogs sobre realities. Ah, no. Que eso ya lo hago pero soy pobre cual rata adicta a las tragaperras.
«Y también voy a comprar«, añadió. Currazo. Que no le den la medalla al Mérito en el Trabajo.
Sus tiendas se llaman ‘Mar Segura Shops’. Esta mujer le pone su nombre a todo. Fijo que su perro se llama Mar Segura. Cuando salen a pasear Mar Segura recoge las cacas que Mar Segura hace en el parque.
Mar Segura® salía mirando un retrato suyo al carboncillo que se parecía a ella como un huevo a una castaña. Si pagó por eso más de diez euros, la estafaron. De hecho, si pagó por eso la estafaron. Si le dieron ese retrato gratis la estafaron. Sólo habría sido justo si ella hubiera recibido dinero por llevárselo a casa.
«Llevo 25 años sin comer en casa y 25 años hace que no como carne», recordemos que dijo Mar Segura, que tiene la cocina como el rabo las vacas, nada más que para acumular mierda.
Dice que en casa no come, peero en el vídeo de presentación salía poniéndose ciega a magdalenas, que parecía que acababa de pasar una hambruna después de una mala cosecha. Por el amor de Dios, que tenía los carrillos tan hinchados que por dentro se podía pintar arte rupestre.
Mar Segura tiene su nombre en la cocina. Tiene su nombre en el salón. Tiene su nombre en las tiendas. Tiene alzheimer y no se acuerda de su nombre.
Mar Segura se puso a cocinar con una blusa de raso y una falda de tubo brillante. Ideal. En el próximo Pesadilla en la Cocina va a aparecer Chicote vestido de burbujita de Freixenet.
Su menú:
Entrante: Del mar a la mesa. Eran habas, recién pescadas en el Cantábrico, con Bacalao desalado y gambón rojo.
¿Por qué los ricos son ricos? Porque su dinero no se lo dan a los demás. Así que cuando llegó la hora de poner en el plato gambones dijo: «Con estos son suficientes, que estos salen caros, no le voy a poner todos los que he comprado, ¿no?».
Mar Segura, cuando acabó de grabar ese día:
Cortando la cebolla se puso a llorar tanto que los invitados se comieron más lágrimas que un kleenex. Qué forma de llorar. Se pueden apagar incendios forestales con Mar Segura y una cebolla.
Principal: Explosión del atardecer teñido de color. Joder. Sonaba como una bombona de butano defectuosa que pega el petardazo pasada la hora de la merienda.
Eran unas patatas con huevo. Sí. Ya. O sea, no penséis que ahora voy a escribir «patatas con huevo y trufa deconstruida» o «patatas con huevo de ornitorrinco escalfado con jugo de arce japonés».
No: putas patatas fritas con huevo de las de tapa barata en cualquier tasca. Y puestas en el plato como si te las hubiera servido una cocinera con mala hostia y seis meses de retraso en la nómina.
Eran patatas de las de toda la vida, pero para ella eran «de las buenas». Debe ser que cogió las que no estaban de oferta. Y según cocinaba iba pegando Mar Segura iba pegando pelotazos al vino. Se estaba insensibilizando para lo que vendría después.
Porque Mar es más Peligrosa que Segura: probó el calor del aceite metiendo el dedo dentro. ¿Sabéis los fingers de pollo? Les pusieron ese nombre en honor a Mar.
Menos mal que esta mujer no trabaja en una empresa química.
– ¿Mar, está ya listo el ácido? ¿Mar? ¿Mar? ¿DONDE ESTÁ TU PUTA MANO, MAR?
Para acabar de provocar infartos a todos los inspectores de riesgos laborales de este país, Mar Segura se puso a cascar los huevos con un cuchillo del tamaño de una espada toledana. Eso se lo das al Cid Campeador y no es capaz de levantarlo. Pero ella sí, ella le daba unos mandobles que habrían podido cortar pr la mitad a un caballero con armadura.
E hizo los huevos en un aceite tan caliente que se podían empollar pollitos en quince segundos. Mar Segura no fríe, Mar Segura cauteriza.
Postre: Capricho. Le enviaron lo que ella dijo que era «pan de torrijas», pero los cojones 33, le habían enviado ya las torrijas hechas. Uy, pobre, qué sorpresa, ella había pedido que le mandaran pan, porque no encontraba pan de torrija. En Madrid, eh, ojo, no en una aldea de Senegal, en Madrid no había pan de torrija.
Y oh, qué despiste, su amigo, que es cocinero con una estrella Michelín, se había equivocado y le había mandado las torrijas ya hechas. No le había mandado buñuelos, ni churros, ni un bizcocho, no, justo torrijas.
Y en esa tesitura sólo tenía que freirlas y la cagó, porque las frió sin rebozar. Y luego las rebozó y las volvió a freír. Eso no eran torrijas, eso eran contenedores de aceite. Escurres un puto olivo entero y te sale menos aceite que de una torrija de Mar Segura.
Tenían tan mala pinta que intentó poner helado y el helado no se quería despegar de la cuchara. No quería acabar en ese plato. No quería que le vieran con esas torrijas con una estrella Michelín y dos estrellas Fritanguín.
Para ser millonaria Mar Segura vive en un portal lleno de pegatinas de cerrajeros como todo hijo de vecino.
Intentó darle a Nagore un poco de sifón, pero intentaban hacerlo con la palanca para arriba. Menos mal que no era un extintor, porque se habría calcinado la casa entera antes de poder echarle un poco de espuma.
De aperitivo les había puesto un salmorejo de tomate raf. RAF. RAAAAAAAAAAAAAAAF. Joder, dijo lo del tomate RAF seis millones de veces.
Miguel Temprano estornudó durante el aperitivo y echó baba y secreciones con una potencia que ahora mismo hay gente en Marruecos preguntándose porqué está llena de mocos. La peor parada fue Nagore, que parecía que le habían dado gotelé.
Temprano y Nagore se fueron a cotillear por la casa. Y sí, en el dormitorio Mar Segura tenía una foto suya. Si Mar su pudiera se follaba a sí misma por los cuatro costados. Nagore decidió coger una cosa discreta para llevársela a la mesa. Concretamente un panel con su foto del tamaño de un campo de fútbol.
Llegó el primer plato. Nagore odia el bacalao. Nagore odia el 99% de los alimentos disponibles sobre la faz de la tierra. Si se los pone Miguel Temprano odia el 100%. El caso es que quitando eso y que Ivonne no come habitas, el plato gustó.
E Ivonne no come habitas porque el médico le prohibió comer habitas.
– Mira, Ivonne, tú bebe, fuma, deja sin existencias de droga al cártel de Cali si quieres, pero habitas no, HABITAS NO, IVONNE.
«No suelo comer muchas habitas, porque provocan gases, pero la gamba estaba riquísima«, dijo Nagore, pero en privado añadió: «No pongas solo dos gambas, cutrilla». Ahí empezó a gestarse ya el abdomen de abdominal esférica de Nagore, que poco después parecería el Hindenburg justo antes de salir ardiendo.
Mar nos contó que su abuelo llegó de Cuba y… bueno, contó la historia de su familia. En tiempo real y de forma cronológica. No se dejó ni un puto detalle. ¿Queréis saber cuántas hojas había caídas en la calle el día 18 de enero de 1974 en La Habana? Porque Mar Segura os lo dice, ¿eh?
De nuevo, me quito el sombrero con el equipo de edición del programa al lidiar con ésto gracias a infografías e imágenes de recurso.
«Pareces un bóxer con las babas«, le dijo Temprano a Nagore cuando vio los huevos, porque los miraba con un ansia de caimán mirando una cebra bebiendo en el río.
A Ismael le gustaron las patatas con huevos, pero él dijo que esperaba una langosta. Sí, claro, caviar iraní a paladas, no te jode, para tí.
Miguel Temprano criticó las patatas como si fueran un plato de doce estrellas Michelín. Miguel, cariño, patatas y huevos fritos, que no es un plato de cocina molecular.
«Esto es como cuando estás a dieta y te dan una hamburguesa, me ha encantado, estaría comiendo patatas todo el día», dijo Nagore con un entusiasmo loco, aunque luego en privado dio la puntilla, la postdata, la NagoData: «Era un plato muy pobre para una rica«.
Llegó el postre. «Aunque me vaya directa al baño, me da igual«, dijo Nagore de las torrijas, que estaban buenas. Claro, eran torrijas hechas por un cocinero de estrella Michelín. Si encima están malas ya te arrojas a la calle al paso de un carruaje.
Tenía gluten y tenía lactosa, dijo Nagore, que tiene un detector de gluten y lactosa muy moderno y de diseño muy complejo que funciona hinchándole la barriga como si se hubiera comido una sandía sin pelar.
«Nos hemos quedado con ganas de ti«, le dijeron a Mar, que se vino abajo porque su madre y hermana han estado enfermas. Y la cena acabó llorando a mares. Pero el rímel no se le movió ni un centímetro. Quiero pintar mi casa con ese rímel. El titanlux son témperas al lado de ese rímel. El producto con el que Mar se pinta los ojos se puede usar para pintar el casco de los barcos.
El fin de fiesta era «un viaje en el tiempo». A un tiempo de desfase. En la terraza de Mar había un señor que se parecía a Einstein, pero vestido de mamarracho a lo Locomía.
El señor locomío les enseñó a mover el abanico dando vueltas y tajos como si quisieras degollar orcos en una batalla.
Y llegaron las puntuaciones: Ivonne: 8. Temprano: 7. Nagore: 1 (sapasao). Ismael: 5 (sacó ese número y dijo «uy, el que ha aparecido». Unos cojones. Le diste un 5 para ganar tú, picaron…)
¡Y la semana cena en casa de Nagore y el desenlace!
El postre de Mar fue muy, ¡súbito! XDDDDD
25 septiembre 2018 | 09:25
gracias a todos esos chistes malos (que las torrijas no se si podran pero a ti si se te deberia de denunciar por atentar contra la gracia) no he podido acabar de leer la noticia.eres mal bloguero y por eso eres pobre.eres mal humorista y por eso eres mal bloguero.como rellena huecos si eres bueno y por eso el tocho de blog para no acabar contando nada.enhorabuena
25 septiembre 2018 | 12:21
Impresionante y descojonante blog Gus! , me descojo o contigo 😉
25 septiembre 2018 | 14:48
ese programa es vomitivo…ni cocinan ni nada… solo se critican entre ellos y cotillean y marujean las casas ajenas…
25 septiembre 2018 | 21:21
menos cocinar, de todo tiene este programa, vaya tela…
26 septiembre 2018 | 08:16