El peor momento de Karlos Arguiñano: le atribuyen una desastrosa receta en ‘Ven a cenar conmigo’

El plato que no se comería una cabra.

¿Sabéis cuando un valenciano va por ahí y ve que a un plato de arroz con chorizo y gambas le han llamado paella? Pues eso no es nada con lo que debió sentir anoche Karlos Arguiñano cuando en Ven a Cenar Conmigo (uno de los mejores programas de la tele hoy por hoy) dijeron que habían hecho una receta suya.

Porque eso no era una receta de Arguiñano, eso era el papel donde Arguiñano prueba los bolis a ver si pintan. Eso no era un plato, eso no era una receta, eso era un artículo del Código Penal.

Pero vamos a contar cronológicamente cómo fue la cena en la que la Monja Hammon fue la anfitriona. «Soy una monja protestante y también soy artista», dijo la muchacha, que canta. Lo de protestante debe ser por lo que protestan los vecinos cuando ella hace arte en casa.

«Cuando voy a la calle busco sitios donde haya gente para predicarles y explicarles las cosas que va a hacer Dios en su vida», explicó. Esta mujer puede trabajar en una embotelladora de Coca-Cola dando chapas a las botellas. Yo estoy en un parque y esta mujer se me aparece para predicarme el evangelio y me salen canas. Antes le pido a la niña de la curva que me lea un libro de Stephen King.

Frases de la anfitriona:

«La gente está todo el día pecando a más no poder en estos tiempos». Sí, claro, ojalá.

«El sexo fuera del matrimonio es pecado». Y dentro del matrimonio es un milagro.

«Las mentiras son un pecado». No, son una forma de sobrevivir.

«La fornicación es un pecado gordo». El tamaño no importa, Hammon.

«Codiciar las cosas de tu vecina es pecado también». Quitad vuestros ojos envidiosos de los geranios de la terraza de al lado.

«Yo en la cocina soy una crack porque sabéis que las monjas hacemos mucho ayuno y abstinencia». No sé qué decir a esto…

«El objetivo mío es que el reino de los cielos baje». ¿Y no es más fácil que subas tú, mujer?

El menú:

Entrante: Delicias del convento.

«En los conventos no se come mal, vamos, se ponen las monjas… no veas cómo se ponen«, dijo Javier, que fue criado por monjas, al parecer. O eso o se documentó con obras rigurosamente científicas como Fray Perico y su borrico o Marcelino Pan y Vino.

Eran pimientos del piquillo rellenos de bacalao, pero perpetrados.

«Vamos a sacar un cuchillo de matar diablos«, dijo la Monja y sacó un machete con el que podrías matar a Godzilla. Y yo ya. La vi empuñando eso y ya me cagué que no voy a tener estreñimiento nunca jamás.

Monja Hammon usó dos tablas de cortar: una era un plato de madera de los de servir pulpo y el otro una tabla requemada, probablemente del arca de Noé.

Se puso a cantar «Aleluyah» mientras cocinaba y se le cortó la mahonesa a todo el mundo en seis kilómetros a la redonda. Esta mujer era la quinta jinete del Apocalipsis, pero se quedó atrás porque no tenía caballo.

«Una muerte por una espina de pescado en una cena de una monja, qué ignominia», dijo la muchacha mientras quitaba espinas al bacalao cocido. Yo creo que Ignominia era la palabra del día y forzó un poco la cosa para poder usarla.

Rellenó los pimientos con el bacalao, la cebolla y el pimiento en unos trozos tan grandes que podrían atragantar al Megalodón de la película.

«Vamos a ver cómo emplatamos estos piquillos y que queden bonitos«, dijo. Yo los habría servido debajo de hormigón armado.

Al final echó nata aguada con caldo de pescado en el fondo de un plato, dos espárragos formando una cruz, porque en el Gólgota se daban mucho los espárragos, y le puso los piquillos «a modo de lenguas de fuego que representaban la caída del espíritu santo el día de San Pentecostés».

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También le echó salpicón de marisco «a ambos lados de la cruz». El salpicón representaba a San Juan y a María Magdalena. Y el gilipollas de Tiziano pintando cuadros de María, cuando podía poner salpicón de marisco en un lienzo y a correr.

Principal: Kebab Cristiano. «Variante del Kebab tradicional, solo que cristianizado». Pero al estilo de las primeras colonizaciones: con sangre, fuego y sarampión. «Las especias que lleva mi carne del kebab son secretas«, dijo, mejor, la forma de hacer una bomba atómica y la receta de ese kebab no se deben saber. Una podría destruir a la humanidad y la bomba atómica es peligrosa.

La carne tenía aspecto de ser el plato combinado que sirven en el comedor de empleados del tercer círculo del infierno de Dante. Lo emplató con hummus, lechuga, setas y salsa de yogur. El plato debió llamarse: El señor de la mesa cuatro me ha dicho que le guardemos las sobras para el perro.

Postre: Maná del desierto. Que sea bicarbonato, por favor.

«Esta es una recetita misteriosa del convento«, dijo Hammon. ¿De qué convento, que vaya para allá la Guardia Civil?».

No sé qué era el postre. Llevaba yogur y harina y… no sé, muchas cosas. Le metió la batidora y el pobre aparato hacía arcadas y se resistía a entrar en esa mezcla.

Y lo metió al horno. El horno no vomitó de milagro. Y lo que salió de ahí… cuando las arenas movedizas van andando le dicen a sus hijos que tengan cuidado con los postres de Hammon.

Si a Pompeya la llega a enterrar la masa del postre de la Monja Hammon aún no se habría descubierto la ciudad. Eso se lo encuentran enterrado al hacer un túnel para el metro y lo tienen que rodear.

Encima de la masa puso chocolate derretido (requemado y con más grumos que el vómito de una cabra) y un bloque de sorbete de café helado del que salía una pajita. El resultado final era como si un satélite espía hubiera caído encima de una mierda de vaca enferma.

La cena

El techo del salón de la Monja Hammon era una pintura al fresco. Al fresco de una tarde de invierno, porque eran como nubarrones que estás viendo la tele en el sofá con chubasquero por si acaso.

Os juro por dios que me voy a hacer camisetas con las caras de Raquel y de Dilenia cada vez que entraban en una estancia nueva de la casa de Hammon. Eran una mezcla entre sentir miedo y preguntarse, ¿estoy sufriendo un derrame cerebral?

Tendencia en las pasarelas…

Por todos lados había cuadros y esculturas que… ¿sabéis la obra de Saturno devorando a sus hijos? Pues eso era un puto póster de la SuperPop al lado de lo que tenía la monja en las paredes.

En casa de la Monja Hammon una vez hubo un poltergeist, pero duró poco porque al espíritu le daba miedo quedarse solo en esa casa.

Charly y Raquel se fueron a cotillear. Eso es tener más valor que un pavo entrando a ver qué hay en la fábrica de Campofrío.

En el dormitorio de Hammon, que daba tanto mal rollo que ahí va a follar Nacho Vidal y le da un gatillazo, había unos CD de la Monja y su título de psicóloga. Sí, en serio. Es psicóloga y ha grabado un disco.

Raquel flipaba muchísimo con lo del título de psicología. Si encuentra gente descuartizada en el armario hubiera flipado menos y le habría cuadrado más.

Llegó el primer plato y nadie se atrevía a ser el primero en probarlo. La mejor valoración fue la de Dilenia: «No, no me he quemado la lengua… pero quería quemármela». JA JA JA

Y llegó el palo para el carismático cocinero: «La receta es de Arguiñano», se defendió la Monja. Ahora está Arguiñano en la puerta de una comisaría esperando a que abran para ponerle una denuncia por injurias y calumnias.

«En un principio Dios me hablaba y un día me dijo ‘este es el momento de cruzar tu mar rojo, avanza, no mires atrás'». Joder. La Monja Hammon no es que tenga revelaciones místicas, es que tiene el móvil lleno de mensajes de voz de whatsapp del altísimo.

Estaban todos los comensales de risas esperando el segundo plato y llegó. Y si por la puerta llega a entrar la muerte con la guadaña no se ponen más serios que viendo el kebab de la Monja Hammon.

Digamos que es la comida que te dan en el purgatorio. Porque te comes eso y te purgas. No te queda dentro ni aire. Ese plato te mata la flora bacteriana y hasta las tenias.

¿Yo me comería eso? Kebab.

JA JA JA JA JA

Perdón, tenía que decirlo.

Las valoraciones del plato de la Monja habrían hecho que la Abeja Maya entrara en depresión. La madre de Marco se fue de casa porque le dijeron lo mismo de un plato suyo.

Y el postre… Las larvas de alien son igualitas que el postre que les puso la mujer a sus invitados. Cuando lo probaron… bueno, digamos que se puede hacer un catálogo de ceños fruncidos, cejas levantadas y gestos de ¿Pero qué cojones…?.

Si llega a estar Judas en esa cena no entrega a la Monja Hammon a los romanos, la entrega a la Mafia China por lo menos.

La fiesta final era un concierto de la Monja Hammon. Dí que sí, mujer, que sufran hasta el final.

OS JURO QUE ME DESCOJONÉ VIENDO LA CARA DE RAQUEL según iba oyendo le letra de la canción de Hammon:

Satanás mintió

en el infierno no hay rock and roll

las mujeres son calvas

y sin (¿gramos?) (¿granos?)

y mucho menos drogas 

Y con todo, acabaron todos abrazándose y coreando el nombre de la Monja, que en el fondo tiene su punto.

«El señor me ha acompañado esta noche, porque he visto su mano en muchos detalles y cosas que yo no tenía controladas», dijo Hammon al final. Joder, pues si la cena salió así y estaba Dios de pinche, si no llega a estar se monta la III Guerra Mundial.

Puntuaciones: Charly: 4. Dilenia: 4. Javier: 2. Raquel: 4.

6 comentarios

  1. Dice ser Raquel

    Amén hermano, una vez pasada la prueba de fuego (y no hablo de las brasas de Charly) nos tenemos ganado el cielo y espero que como tú indicas no sea Dios el pinche de cocina. 😂

    24 agosto 2018 | 11:30

  2. Dice ser Irene

    Que bueno!! Lo que nos hemos reído en casa al leerte, más que con el programa de ayer.

    24 agosto 2018 | 16:34

  3. Dice ser Mertxe

    Tus comentarios, como siempre, son coj…..os.
    Casi es mejor no haber visto el programa de televisión, así haces una versión libre y te ríes todavía más a gusto.
    Estoy imaginando a Karlos Arguiñano esperando para poner la denuncia …
    Sigue así!!!

    25 agosto 2018 | 08:59

  4. Dice ser Luz

    Yo también me he reído mucho! Gracias Gus.Buenas noches

    26 agosto 2018 | 21:56

  5. Dice ser Monja Hammond

    Hace poco un chaval dijo que deberían darme un programa de cocina en la tele con cuatro monaguillos como pinches y le contesté que podía haber suicidios colectivos si se diera ese caso.

    27 agosto 2018 | 23:34

  6. Dice ser payday loans 200

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    11 septiembre 2018 | 07:33

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