Sí, es una rata y sí, está cocinando con ella en ‘Ven a Cenar Conmigo’

Miguel y la rata, en la cocina, el lugar ideal.

¿Tener ratas en casa como mascotas? ¿Por qué no? ¿Jugar con ellas y hacerles pedorretas en sus peludas barriguitas? ¡Claro, genial! ¿Ponerles un nombre hortera y enseñarselas orgulloso a los vecinos ¡Faltaría más! ¿Cocinar con ellas por hacer la gracia de que eres Ratatouille? Llamad a sanidad, por favor.

La nueva semana de Ven a Cenar Conmigo, que se ha convertido en uno de mis programas favoritos de la tele de largo, comenzó con un señor llamado Miguel, con un gusto muy cuestionable con las mascotas.

¡Tengo redes sociales ojo y ojito: Twitter: @realityblogshow e Instagram: @GusHernandezGH incluso Facebook: Gus Superviviente Hernández!

Miguel es policía local y dice que tiene «600 meses», o sea, 50 años. Se define a sí mismo como «alto y feo», descripción en la que entran la mitad de los varones del mundo. Menos yo, que soy bajito y feo.

«Soy policía local, pero de los buenos», o sea, que los hay malos. La función de los policías locales buenos es «ayudar a las abuelitas a cruzar la calle». Y  la de los malos es empujar a la vieja a la calzada según pasa un camión de reparto de butano.

Aquí imágenes de un policía local no bueno, atendiendo a un ciudadano transeúnte:

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Y sí, tiene dos ratas por mascota, con las que juguetea divertido. Y así comenzó la peste bubónica, con un tío al que le pareció divertido juguetear con unas adorables ratas. A tomar por culo la población de media Europa. Qué risas.

También tiene «dos vampiros», que vienen siendo dos gatos calvos llamados Patatín y Patatán que dan más grima que comerse un flan sin manos sobre la barriga de Paquirrín.

Le gusta la cocina «innovadora». «Me gusta inventar, de hecho de las recetas que traigo una de ellas la he inventado yo». Ojo, él. Que está la guía Michelín que no sabe si darle diez estrellas de golpe o un puto planetario entero.

Si gana dijo que emplearía los 3.000 euros en casarse. Soy yo y quemo la cocina para no pasar por ese trago.

La siguiente concursante era Claudia Diamond (27 años), de los Diamond de toda la vida, que hay muchos por la zona de Cáceres. Ah, no, que su madre es inglesa. Su padre es español y se apellida DeLosCaros.

«Soy una chica sencilla y normal, aunque parezca superficial y lo más raro del mundo mundial», se presentó. Sí, es normal. Pero en un Marte distópico o en Transilvania, porque llevaba unas lentillas que Claudia mira a Drácula y el pobre vampiro se caga los pantalones. Ella salía en la segunda parte de Entrevista con el Vampiro y la titularon Diarrea con el vampiro.

Además llevaba unas pestañas postizas que tuvo que pedir licencia de obras al Ayuntamiento para ponérselas, porque ahí se tuvo que usar hasta andamios. Remataba el conjunto con unas uñas largas y puntiaguas que Lobezno tiene en su habitación un póster de Claudia y sueña con ser como ella de mayor.

Además, echa el Tarot porque «desde pequeñita tenía la manía de que era bruja e iba por el colegio diciendo que tenía libros de pócimas y cosas». Claudia comía siempre sola en el comedor del colegio. Y no la acosaban porque ya debía llevar esas lentillas y sus compañeros tenían pesadillas todas las noches.

«Yo espero que no haya ningún Aries concursando, porque me llevo mal con ellos«, dijo Claudia, que tú le dices «soy aries» y según estás diciendo «ari…» ya te ha apuñalado de forma preventiva.

Santiago era otro de los concursantes, dijo que tenía «treinta y no se cuántos años«. Sí y yo he ganado el premio Pantenne diez años seguidos enseñando el ensortijado pelo de mis cántaros del amor.

Es «empresario en el mundo de la moda». Vamos, que vende ropa. «Me cuido excesivamente, hasta el punto de llegar a los medios quirúrgicos«, aseguró. Pues si llega a utilizar los enteros quirúrgicos…

Se ha hecho tantas operaciones y -plastias que la Asociación de Cirujanos Plásticos está presionando al Ayuntamiento de Valencia para que le pongan una calle. Tiene más implantes que Robocop comprando electrónica en el Black Friday.

Se hizo «un pequeño alargamiento de pene pero muy poquitos centímetros«. Ahora apaga la luz del dormitorio con la punta del pene. Y eso que no tiene interruptor al lado de la cama.

A Santiago le conocen como el blanco del wasap. Es un meme que sólo puede verse en tablets, porque en móvil no cabe.

El implante de Santiago llega al hospital justo antes de la intervención:

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Su empresa se llama SG management. Le pones lo de management a cualquier cosa y ya molas. Desatranques Jaén Management, por ejemplo. O Mi Abuela Pasa Caballo Management.

Siguiente incauta en ir a cenar: Rosario Puchol. 65 años. «En estos momentos simplemente muevo mi patrimonio«, dijo en relación a sus actividades. Yo también muevo mi patrimonio. En un carrito de la compra.

«Puedo dar imagen de un poco altiva, así como muy yo«, mejor que no da una imagen un poco como la del quinto izquierda. Rosario de joven quería ser vedette. Lo que pasa es que no se le dio bien y se quedó en Vete. Para presentarse en el concurso se hizo un posado en la playa a lo Ana Obregón con toques de la Tigresa del Oriente.

Fran cerraba el círculo. Tiene 41 años y es director en un despacho de arquitectura. Hace los castillos de arena como el culo, eran como cagadas de caballo con diarrea. Mira que es fácil: un poco de arena seca para que no se peguen y luego arena ni muy mojada ni seca y de les da la vuelta de un sólo golpe. Pero él no, hacía unos castillos que sólo deseaban que alguien los pisara. Creo que es el que enseñó a construir a Santiago Calatrava.

«Por circunstancias volví al mundo de la música, empecé a componer y saqué mi primer single«, nos contó y se cantó una canción de Julio Iglesias. Ineditísima.

MIGUEL fue el primero en cocinar y éste fue su menú:

Entrante: El despertador. Básicamente porque le puso a los platos los nombres de los programas de radio que hace. Sí, hace tres programas de radio. El primero era una brocheta de salmón y melón por  un lado y atún con mermelada de tomate y salsa de soja por el otro. Sí, dos platos.

Para empalar el salmón recién sacado de la sartén se dejó los dedos abrasados. De hecho, el salmón iba aderezado con epidermis crujiente. Si le hacen la prueba de las huellas a ese salmón salen las de Miguel y hasta su número de DNI.

Principal: El sexto hombre. Rollo de pavo relleno de queso brie y carne de membrillo. Para que fuera ligero lo rodeó todo con beicon que eso llevaba más capa de grasa que una morsa criada en un McDonald’s. Le puso tantos tomates por encima al rollo de carne que eso parecía una huerta murciana. Y dijo que eran cherries, pero iba a medio kilo por tomate.

Postre. Si el tiempo lo permite. Era un batido de galleta de chocolate y un huevo frito dulce. Se suponía que un poco de nata con chocolate blanco y mermelada de albaricoque haciendo de yema componían el supuesto huevo frito. El huevo de una gallina libre de jaula. Cebada en Chernóbil. Porque ese huevo era a los huevos lo que el Ecce Homo de Borja a la Capilla Sixtina. Intentas mojar pan en eso y el pan se te echa para atrás.

Y sí, hizo la gracia de que tenía a una de las ratas debajo del gorro de cocinero. Sí, se la llevó a la cocina. ¿Qué mas dá? Rompamos tabúes. Ya de paso podría tener de mascota a una salmonela y cocinar también con ella. O a unas cucarachas juguetonas que paseen por encima de la comida, en plan ja ja ji ji.

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El primero en llegar a la cena fue Santiago, que pensaba que iba moderno, pero iba en pijama. Santiago dio muestras en el programa de ser un yonki del protagonismo. Él no atraca farmacias, atraca rodajes y exige papeles principales. Que está mu loco y se pone muy nervioso si tiene el mono de atención.

«He preparado agua de Valencia, que es muy típica aquí en Valencia«, le recibió Miguel. Bravo. Yo he hecho cocido madrileño que es muy típico en tol puto centro de Pernambuco.

Después llegó Rosario, moviendo su patrimonio. «Me he encontrado con el anfitrión y con un personaje con un pareo que no sabía si era hombre o mujer». Joder, Rosario. Si la salvación de la raza humana dependiera de la vista de Rosario podríamos darnos por jodidos.

Fran llegó más tarde, con un vino rosado que con el calor que hacía no es que fuera espumoso, es que estaba hirviendo como el radiador de un Fiat 127 subiendo Despeñaperros.

Claudia llegó y Fran la miró que si por él fuera la habría montado encima de los canapés de bienvenida.

Claudia y Santi se fueron a cotillear por la casa. Y claro, encontraron las ratas. «¿La cojo del rabo y la sacamos?» dijo Santi, que sólo le faltó meterla en el microondas para joder un poco más al pobre animal.

«Mira qué pedazo de rabo», reparó Santiago y para él, que se alargó el pene que ahora coge un vuelo y su glande aterriza 30 minutos antes que él, eso es mucho decir.

A Claudia al principio le daba un poco de asco la rata, pero luego la cogió que sólo le faltó adoptarla. «Creo que la rata me ha meado», añadió. Y es que si a mí me agarras del rabo y me levantas lo menos que hago es mearme en ti, dalo por seguro. Como enchilada de judías y espero tres días antes de cagartelas en la repisa de la chimenea, para que las veas bien.

Llegó el primer plato. El salmón tenía pinta de estar más seco que las suelas de las sandalias de Cristo, pero en general gustó. Hasta que llegó Rosario, que no le gustaba nada. Ni el salmón, ni el melón ni el mundo. Ella quería jamón. El salmón que se lo metan por donde amargan los pepinos los noruegos. Ella cerdo curado, joder.

«Las ratas son unos animales muy, muy, muy inteligentes«, dijo Miguel. Sus ratas pasan las vacaciones de verano colaborando en proyectos de la NASA, no te jode.

El principal «huele a cerdo», dijo Santiago, que tiene más afán de protagonismo y adoración que Lady Gaga entrando a comprar a un Primark un sábado por la tarde.

De hecho, a Miguel se le cayó un poco de vino encima de Rosario y Santiago se puso a reírse. Es un tipo muy empático. «Se le ha quedado la cabeza que parece que le ha tirado un huevo por la ventana», dijo el muchacho entre risas histéricas, que demostraron que es maduro como dormir con chupete a los 25 años.

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«Yo prefiero que me caiga vino a que me mee la rata, la verdad«, dijo Claudia. Sí, claro y yo prefiero a que me caiga cerveza a que me vomite un zombie dentro de los calzoncillos. Esta muchacha está ya traumatizada de por vida. Nunca volverá a sentirse limpia.

Claudia tiene un trauma infantil. ¿Con los payasos? ¿La oscuridad? ¿Los perros? No, con la carne de membrillo. Están las consultas llenas de gente igual. Freud nunca habló de la carne de membrillo porque tenía trauma con ella desde pequeño. Vas a la guerra y matan a todos tus amigos delante de ti y vaya, algo te afecta, pero te obligan a comerte un bocadillo de carne de membrillo y tienes que ir a terapia de grupo.

El segundo plato gustó igual que si hubiera puesto a las ratas hechas al punto.

Para el experto Santiago el batido estaba «demasiado líquido». Claro, porque para Santiago los batidos tienen que estar más sólidos que el talón momificado de Ramsés II. Para él un batido está bien cuando sólo puedes aspirarlo con tubería corrugada de medio metro de diámetro.

La fiesta final incluía la actuación de dos magos. En pagarle te has dejado ya el premio de los 3.000 euros. Santiago puso cara de aburrirse, porque claro, él no era el protagonista y eso no lo soporta.

Uno de los trucos era estamparse un huevo en la cabeza. Que no les copie el truco David Copperfield. Fran no se lo estampó, es que se lo incrustó. Se dio unas hostias con el huevo en la frente que ahora tiene tres hemisferios cerebrales: el derecho, el izquierdo y el huevo.

VOTOS:

Claudia: 6. Fran 7. Rosario: 5. Santiago: 5. Uy, uy, éstos… dando puntos por lo bajo… ¡Estrategia time!

¡Esta noche más!

6 comentarios

  1. Dice ser Hjs

    Yo tengo una rata de mascota y esta más limpia(y sana) y es más inteligente que algunas personas. No hables de lo que no sabes, y te podrán gustar o no, al igual que esos gatos, pero respeta a la gente que sí le gustan. Vive y deja vivir.

    07 agosto 2018 | 09:58

  2. Dice ser guapo, bajo y calvo ¿algún problema?

    Hola mi niño, hoy te has superado. Estoy toá mareada pero me he reído un huevo y medio contigo , como siempre. Muy bien eso de reirse de uno mismo pero eres el calvo bajito y guapo más salao del mundo. Cuando empiezas a hablar de Rosario se te ha ido el teclado y has escrito vien en lugar de bien. Corrígelo mi niño que si no te crujen.
    I love you Gus ( mis esfuerzos por pagarte los estudios en Eton me han servido también a mi)

    07 agosto 2018 | 10:36

  3. Dice ser bla bla bla

    si pones cyber monday lo bordas.

    07 agosto 2018 | 12:17

  4. Dice ser Marta

    ¿Tener un blog en el que despotricar y criticar? ¿Por qué no? ¿Halar de lo que no se sabe y despreciar a los demás? ¡Claro, genial! ¿No tener buenos comentarios y que te dé igual? ¡Faltaría más!

    Me daría absolutamente igual de lo que hablaras en tu blog, si no fuera porque, al hacerlo, menosprecias y atacas a quien no piensa como tú. Y es algo bastante frecuente.
    Si tienes una rata, un loro, una tarántula o una vaca argentina como mascota ¿eres menos que quien tiene un perro o un gato?

    07 agosto 2018 | 12:25

  5. Dice ser Vengador Tóxico

    Las ratas son unas mascotas estupendas, divertidas, muy sociables, vitales e inteligentes, capaces de crear un vínculo afectivo muy grande con el dueño, y por supuesto sin ningún riesgo para la salud, como cualquiera otra mascota bajo supervisión veterinaria. A ver si dejamos ya de estigmatizarlas desde la más absoluta ignorancia.

    07 agosto 2018 | 12:26

  6. Dice ser Andretxu

    A ver, que es un blog para echarse unas risas, yo no veo el programa y me descojono. Dudo mucho que le parezca mal que nadie tenga una rata de mascota. Yo he tenido animales y no los paseo por delante del guiso mientras cocino XD (mayormente porque no se me quemaran, pobriños, eso es cierto).

    07 agosto 2018 | 17:18

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