Hola amiguitos y amiguitas.
Si cogéis a un gorrino, le dais un cubo con mondas de patata y le decís que se ha cancelado San Martín no estaría ni la mitad de contento de lo que lo estoy yo.
Sí, José Luis ha ganado Supervivientes 2017.
TOMAAAAAAAAAAAAAAAAAA
TOMAAAAAAAAAAAAAAAAAA
TOMAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Joder, soy un puñetero hooligan de los realities. Sólo me falta ir a beber cerveza y autohumillarme mostrando que soy un cafre en alguna ciudad extranjera.
En fin, que he aquí la crónica-resumen que a Heródoto le habría gustado hacer. Él era muy de realities pero escribía cosas de historia porque le daba palo hacerse un blog.
Antes de empezar, recordatorio de rigor: Twitter: @realityblogshow / Facebook: Gus Superviviente Hernández / Instagram: GusHernandezGH
Y MUY IMPORTANTE: El blog no se acaba. Habrá post todo el verano. Aún no sé de qué, pero los habrá.
Vamos con el resumen de la gala.
La cosa empezó con los cuatro finalistas en un helicóptero. Iban más apretados que en el metro a las siete de la mañana. Laura Matamoros tenía pinta de gustarle los helicópteros igual que tirarse por un barranco. Alguien debió decirle que en Madrid no se salta del helicóptero.
Fuentes fiables que me acabo de inventar me informan de que las autoridades militares estuvieron a punto de mandar seis cazas F-18 a derribar el helicóptero porque estuvo tanto tiempo en el aire dando vueltas sobre Telecinco que había interrumpido el tráfico aéreo en media Europa.
Yo creo que el piloto estaba más aburrido que Paquirrín en una biblioteca. Yo creo que no aterrizó porque lo pusiera en la escaleta, si no porque se quedó sin combustible. Ahora José Luis, Alba, Laura Matamoros e Iván tienen más horas de vuelo que la mayoría de los pilotos.
Un detalle curioso: Iván iba diciéndole cosas a Laura y ésta se reía. La pregunta socio-psicológica que planteo es: ¿Los que se pelean se desean?
JJV llevaba un traje precioso gris oscuro con líneas blancas, en un claro homenaje a las carreteras secundarias y en un guiño a la DGT. Al salir del elevador porta platos del que siempre baja se le había quedado en la cara una especie de paja o hilo, no sé que era, pero yo sufro mucho con esas cosas. Eso era un «hazte así» de manual.
Primeros vídeos de sus últimas horas en la isla: Laura y Alba estaban hablando del tiempo que han pasado en el concurso. «¿No crees que es muy fuerte que hayamos vivido tres meses en un isla?», dijo Laura, como si hubiera sido una experiencia traumática. Sí, vamos, que le pones los vídeos de Laura a Tom Hanks en Náufrago y tiene pesadillas su vuestra terrible estancia.
Y en ese momento Iván, que aún no sabe que vive porque Laura le perdona la vida, dijo algo así como «¿te imaginas que ahora viene otro concursante?». Y a Laura le sentó mal: «Siempre con el ‘te imaginas’ y diciendo ¿eh, Alba? qué rencoroso es«.
A esta muchacha le sonríe un bebé y la molesta. «Siempre con las sonrisas tiernas, qué falso es», diría Laura.
Total, que la última noche apareció una tortuga marina a poner sus huevos en Cayo Paloma. Que cosa más linda. Ahora, eso pasó porque la tortuga no ve Supervivientes, porque si no, no pone sus huevos en una playa en la que hay cuatro humanos hambrientos. Bueno, y Laura, que como las tortuguitas tomen ejemplo de ella le van a salir con una mala leche…
Lara Álvarez, que ya sabéis que está loquita por mí (sí, es verdad que ella no lo sabe), se puso para la final un vestido de cota de malla que se podría haber paseado por la batalla final del Señor de los Anillos y salir de allí sin un arañazo.
JJV la sobó y dijo que tenía la piel de gallina y que raspaba. Joder, mi Lara, cuando está nerviosa la puedes frotar contra una pared y te quita el gotelé.
Lara Álvarez feat. Niña Pastori
Echame una mano, prima
que viene mi novio a veeeeerme
y si me arrimo le raspo
y coge y se me mueeeereeeeeee
JJV dijo que este año iba a dejar que los finalistas eligieran el lado en el que se iban a poner para levantar la mano al ganador, para que no se cumpla eso de que siempre se pone al ganador a la derecha. Y así fue, de hecho, porque el azar quiso que José Luis estuviera en el lado izquierdo.
El último día, para irse de la isla, los finalistas usaron una balsa de bambú. Lo que pasa es que remaban con menos maña que el Manco de Lepanto y si hubieran tenido que escapar de verdad de la isla con eso al cabo del tiempo algún pesquero se habría encontrado una balsa con cuatro mojamas.
Vimos el vídeo de los primeros espejos. Laura destacó que tenía mucho bigote. Pero no un bigote de «oh, tengo pelitos sobre el labio», no, bigote que parecía un tabernero turco. Laura según ella misma dijo podría abrir la boca debajo del mar y filtraría el krill como las ballenas. Laura Matamoros, el bigote que emocionó a José María Íñigo.
Iván destacó que tenía el culo blanco y que necesitaba una peluca para su cabeza rapada. Iván es muy de apariencias y de mirar el exterior. Este chaval no mira a su interior ni aunque le pongas un vídeo con su colonoscopia.
José Luis destacó que se ha quedado «en el chasis», una expresión moderna donde las haya y que parecía que tenía hecha la permanente. Pues yo voy a una peluquería y me hacen esa permanente y quemo la peluquería. Bueno, en realidad no, porque me habrían puesto pelo y eso sería bonito.
Alba destacó que se había quedado sin tetas cosa que dijo que iba a corregir comiendo hamburguesas. ¿Para qué gastarse pasta en unos implantes mamarios cuando puede una comer hamburguesas? Y las señoras mayores pensando que las tetas te crecían comiendo almendras. Yo he visto chicas entrar en un Burguer King con una 65 de pecho y salir con una 110 copa Z.
En la primera comida que les dieron a los concursantes éstos gritaban cada vez que se acercaban los camareros con papeo. Creo que tuvieron que cambiar cada vez de camarero porque los que iban no querían volver a ir. Era como si los mandaran a dar de comer a los leones con una chuleta colgada al cuello.
Después de comer más que el ácido sulfúrico, Alba dijo que estaba lista para el sexo. Definitivamente a esta muchacha la llevas a un buffet libre y pillas cacho. Alba una vez se comió un bocadillo muy grande al lado de la estatua de cera de Fernando Alonso.
Vamos con Kiko.
No le habían quitado el pelo ese que se le quedó de haber lamido un enchufe. Estaba en un sofá con las piernas tan abiertas que los testículos tenían que llamarse por teléfono para mantener el contacto. Se iba a reencontrar con su perro Pepón y después con Gloria Camila. Prioridades. Ponerle Pepón a un perro es un acto de maltrato animal.
JA JA JA JA
Al perro le pusieron un rótulo: Pepón. Perro. Muy mega fan. Queremos a Pepón en Supervivientes 2018.
El pobre bicho tenía los ojos desencajados. Será adorable, pero era feo de cojones. Le pones un par más de patas y puede trabajar protagonizando la peli de Aracnofobia II.
«Estás muy guapa, estás guapísima, no te reconozco«, le dijo Kiko a Gloria Camila al reencontrarse. A Gloria Camila no le pusieron rótulo, por cierto. Prioridades.
Yo aquí veo un claro análisis lógico: Ahora estás guapa y por eso no te reconozco, luego antes eras fea como la pezuña de un asno. Sí, Kiko sabe cómo piropear a una dama.
La madre de Kiko (que se puso un vestido de lentejuelas que si pasa por la pescadería del Ahorramás le quitan las escamas) recibió a Kiko en el plató. Hubo abrazo sentido entre el maromo y su progenitora. Besos sonoros. Sólo faltó que le dijera «¡qué delgado estás, ¿tú estás comiendo bien?».
Los amigotes de Kiko le mantearon en medio del plató como si estuvieran de fiesta en un after de Magaluf.
«¿Cómo se puede ser tan joven y tan antiguo como eres?«, le preguntó JJV a Kiko, que le respondió que es que «eso se lleva en la sangre», como si eso se contagiara.
– No, es que compartí una jeringuilla y ahora soy un antiguo, pero yo controlo, puedo dejarlo cuando quiera. Estoy con la feministadona.
Y a Kiko le dio un telele raro de cojones. Pero no de cojones pequeños tipo nuez, no, de cojones tipo caballo de Espartero con una picadura de avispa en cada huevo.
Con tono de gran trascendencia y secretismo se puso a decir: «llegados a este punto del concurso me siento en deuda con la audiencia y tengo que hacer una confesión y te tengo que contar un secreto. Durante este tiempo me lo he callado, pero el remordimiento me puede».
A mí ahí se me tensó el ano que pensé que se iba a meter para adentro e iba a tener dos ombligos, pero no. La cosa era que Lucía le había contado cosas de fuera mientras estaban en la casa del árbol.
Vaya puta mierda de exclusiva. Eso lo pone el ¡Hola! en una portada y las marujas queman los quioscos. «Me rompió el estereotipo de Supervivientes», dice Kiko, que no sabe lo que es un estereotipo. Probablemente piensa que es un tipo con dos altavoces.
«Aquí todo el mundo ha contado algo», dijo Lucía Pariente con una calma que ríete de Hannibal Lecter. Esta mujer mira y acojona. Una vez le dijo «estoy enfadada» a un oficial del ejército alemán y aún no ha salido el hombre del psicólogo.
IVÁN A LA CALLE
Sí, amigos, fue el primer expulsado al caer derrotado ante Laura Matamoros, en lo que supuso el único triunfo de Laura en toda la noche.
Porque el primer juego que hicieron los tres finalistas, José Luis, Laura Matamoros y Alba, lo ganó José Luis y ella quedó segunda (aunque clasificada).
Consistía en poner piezas en una rampa de forma que se iban creando peldaños. Laura cogía una pieza y le daba hostias contra la rampa. Si a la quinta hostia no entraba, cambiaba de pieza. Recordemos que para Carlota Corredera y Sálvame Laura representa a la España intelectual que tan expresivamente retrató Goya en el cuadro Duelo a Garrotazos.
José Luis miraba los huecos y las piezas y las encajaba sin problema, como corresponde al representante de la España rústica. Hay que joderse.
Entrevista a Alejandro Caracuel. A estas alturas su entrevista tenía el mismo interés que un documental sobre la cría y reproducción del escarabajo pelotero de lomo púrpura.
Alba pudo ver en una sala a su hijo. Salió de allí con más regalos que si hubiera entrado en un bazar chino. El caso es que dijo Alba que para su hijo «su favorita es mamá y después Iván y José Luis«. Niño listo. Creo que ahora cuando no come le dicen «que viene Laura Matamoros». Ha llegado a morder hasta el plato después de eso.
Lara Álvarez retó a JJV a hacer un juego de apnea con ella y él aceptó, pero no hubo ni apnea ni apneo. ¿Lo mismo lo hacen en la gala-debate del jueves que viene?
Quienes sí lo hicieron fueron Laura y José Luis para ganarse el paso a la final. Joder, Supervivientes tiene más finales que un libro de Elige tu propia aventura. Laura aguantó bajo el agua menos que la bruja mala del norte del mago de Oz.
¡¡Y GANÓ JOSÉ LUIS!!
Volviendo al plató, la abuela de Iván acosó a JJV para colocarle bien el micro, que se le estaba cayendo. JJV intentó huir para que no se la liara parda, pero la señora cuando se empeña en arreglar algo no hay quien la pare. Una vez estuvo en Pompeya y cuando salió de allí había hasta chalets pareados para entrar a vivir.
Alba y Laura se enfrentaron en un televoto. Como había empate técnico JJV dijo un «hostias, hostias» muy técnico. Cuando a un Doctor en física ha de valorar un descubrimiento sobre cuestiones gravitacionales dice «hostias, hostias». Es más, cuando Napoleón vio que a sus tropas las combatía el invierno ruso dijo «hostias, hostias». Bueno, dijo «hostié, hostié».
Iván entró en plató. Este chico me cae de puta madre.
«No sé si serán los kilos de maquillaje o que no estoy acostumbrado pero te veo más guapa ahora«, le dijo a Paola, en lo que no sé si era un piropo o una forma de mandarla a la mierda de una forma elegante.
JJV, que ha salido enseñando el culo en Instagram esta semana, vaciló a Iván y le instó a dejar de enseñar el culo. Lo cierto es que los dos tienen el culo que si lo ve un esquimal pensaría que tienen las nalgas demasiado pálidas. Si el culo de Franco se lavaba con Ariel el de Iván y JJV lo lavan con lejía industrial.
Total, vamos con Laura. Habían llevado a su madre a Telecinco para el reencuentro. Como al parecer no querían que a la madre se le viera la cara y ellas dos no paraban de moverse, el cámara hacía unos planos que parecía que se ha tomado seis tripis. Era como la peli de REC. Se movía más que la escena del desembarco de Salvar al soldado Ryan. Esa secuencia habría mareado a la Bruja de Blair.
Laura no dudó en recomendar a su madre y más tarde en plató a su padre que fueran el año que viene a Supervivientes, porque «es una maravilla». Claro, como para ella ha sido como ir a un resort con servicio de habitaciones… Laura no ganó Supervivientes pero Marina D’or Ciudad de Vacaciones lo ganaba fijo.
Yo no sé qué pasaba anoche con los micros que por debajo se oía a todo el mundo hablar. Eso parecía un locutorio. Sólo faltaba que entrara alguien a hacer unas fotocopias.
¡¡Y A LA CALLE LAURA MATAMOROS!!
OJOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
TOMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
TOMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
OLEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
En ese momento salí a la terraza en pelotas a abrir champán. Que diréis, eh, podías haber salido vestido, capullo, pero no, que se fastidien los vecinos.
También vimos el encuentro familiar de José Luis, al que fue a ver a ver su hijo con una tortilla de patata. «Es de la abuela», le dijo el chaval. Pues teniendo en cuenta que son de Albacete y con el calor que hace, la tortilla podía tener más salmonelosis que una mahonesa de bar de carretera de los años 80.
JJV y Paola se pusieron a hablar en un momento dado de churros y porras y de mojar en una conversación que no tenía ningún trasfondo sexual de ningún tipo, ni paralelismo alguno con meterse penes en la boca ni nada.
En su entrevista, Laura dijo que «vale más una personalidad que pescar 500 peces«. Y afirmó que prefería que ganara Alba a José Luis. OH, QUÉ SORPRESA
Sí, vale más una personalidad, porque la personalidad se come.
– Joshua, niño, ¿de qué quieres el bocata?
– ¡De personalidad, maaaaama!
¿Qué queréis desayunaaaaaaaar? ¡Personalidad y nada más!
Y así.
De no haber sido por los 500 peces de José Luis la personalidad de Laura estaría famélica y con más hambre que el perro de Carpanta esperando las sobras.
«Lo mejor que me llevo del concurso es la experiencia de vivirlo y la gente que me llevo», bueno, eso de que se lleva gente lo dirá porque ha secuestrado a algún hondureño, porque se lleva a Alba y porque no le quedaban más ovarios a ninguna de las dos.
JJV le dijo que el jueves hay una gala especial y ella respondió «ah, que no me puedo ir de vacaciones todavía«. Laura es tan trabajadora que si hubiera estado en el siglo XVIII en las protestas para reducir la jornada laboral, en lugar de ocho ahora trabajaríamos tres horas diarias y sólo lunes y miércoles.
Ya metidos en la final entre José Luis y Alba, JJV recordó que esta última estuvo a punto de irse varias veces, pero que él dijo «por mis cojones se queda». JJV y sus cojones van a pasar unos días a Londres y Reino Unido vuelve a la UE.
En la ronda rápida de preguntas antes de la resolución he de decir que Alba se comió a José Luis. Estuvo ingeniosa y divertida como es ella cuando no se junta con alguna persona de mal fario y se convierte en Miss Jeckill con almorranas.
Los porcentajes estaban 60,9% a 39,1%.
Y como bien sabéis…
¡¡¡JOSÉ LUIS GANÓ SUPERVIVIENTES 2017!!!
Estoy muuuy contento. Se ha hecho justicia y ha ganado la persona que debía ganar. Bravo por todos aquellos que han apoyado a José Luis, ejemplo de trabajo y educación. Es una gran lección.
Y así han acabado las cosas, amigas y amigos. Por mi parte, recordaros que seguiré posteando ahora.
Y otra cosa: Gracias. Gracias por leerme y por cada mensaje que me mandáis contándome que os habéis reído o compartiendo conmigo vuestros pensamientos y opiniones. Por cada una de vosotras y vosotros existe este blog y ese chaval súper atractivo que es Gus Hernández.
¡Besos de corazón!