Los Supervivientes 2015 amenazan a unos pobres tiburones indefensos

¿Sabéis ese maravilloso poema sobre el sufrimiento de una solanácea que es arrancada del seno familiar y enclaustrada en una celda de metal hasta la muerte?

Ya sabéis:

¿Qué culpa tiene el tomate

que está tranquilo en su mata

que viene el hombre y lo coge

y lo mete en una lata? 

Pues eso mismo deben pensar todos y cada uno de los bichos que hacen su vida en los Cayos Cochinos y cada dos por tres se las tienen que ver con mastuerzos humanos que se los quieren zampar, cuando podrían estar en su puñetero país comiendo espinacas.

Las últimas víctimas han sido unos pobres tiburones esmirriados que fueron a la costa a ver si se echaban algún pescado a la buchaca y casi salen de allí con las espinas por delante.

Peeeeero, antes de eso veamos el asunto del peine y la histeria. Peines e histeria, dando juego desde 1815.

La prota fue Elisa, esa rubia que está para agarrarla un lunes y no separarse hasta el domingo y que está siempre más contenta que un cura con el vino de diez misas.

El caso es que en el debate se presentó en la isla madre llorando como si hubiera pisado un pez araña (mi cariño y amor profundo a sus víctimas) con los dos pies a la vez. Es más, lloraba como si hubiera bailado una jota en una boda de peces araña.

Os cuento qué dijo y cómo fue:

«Tengo rastas en la raíz y te lo digo… o sea… hasta que no me despeine el pelo… (ojos acuosos) y con champú (lloros)… cada uno tiene un objeto personal que va contigo y cuando me fui… (cara de haber perdido a un tío cercano en un accidente de burro) yo dejé mi objeto personal a Lola (ahí parecía ya que hablaba de un consolador con pilas alcalinas)».

«Llevo preguntando diez días cada día por favor si me podían traer mi objeto personal, pero sin que nadie me contestó (movimiento sexy de lengüita)». Ojo, que lo transcribo tal cual, que la muchacha habla español como yo hablo inglés cuando tengo que explicarle a una doctora australiana que estaba haciéndole el amor a un melón y me he cortado el ciruelo con un borde.

El problema parece ser que se le apelmaza el pelo y tiene miedo de que al ponerse la máscara de pesca se le corte y claro, ella vive de su imagen y el mundo podría acabar mañana, pero ella con su pelo como si se lo acabara de peinar.

«Mi cabello se va poniendo más malo y eso me ‘infrige’ mucho de corazón y de mente», dijo como si se le estuviera muriendo un geranio y lo viera languidecer entre sus brazos sin un poco de agua que darle.

Lo mejor de todo no eran las réplicas de Raquel Sanchez Silva poco menos que diciéndole a Elisa que era gilipollas por querer irse por eso, eran las caras de Lara Álvarez de esta tía se ha comido una almeja mala y está de viaje flipando por los mundos de Yupi.

Lara, flipando fuerte con Elisa (TELECINCO)

Lara, flipando fuerte con Elisa (TELECINCO)

Raquel Sánchez Silva, para calmar los ánimos la acusó de echar un pulso a la dirección de estar haciendo chantaje y ya fue la repachocha. Lloro máximo. Como sabe mi Raquel. Tiene el mismo tacto que acercarte despacio por detrás y hacerle ¡¡BUH!! a un artificiero cuando está desactivando bombas.

«Es como si de repente tienes ‘alopecha’ y se te cae el pelo«, explicó Elisa, que como es italiana no sabe que la alopecia es cuando se te cae el pelo y la alopecha cuando se te caen las tetas.

Pero cuando le dijeron que se dejara de leches, que si se iba o no se iba se quedó más pillada que Rato cruzándose con un juez mientras sale de un banco de Suiza con unas bolsas con el símbolo del dólar.

«¡¡¿¿TE HE OÍDO DECIR QUE VAS A CONSTRUIR UN PEINEEEEE, LO HAS DICHO, LO HAS DICHOOOOOOOOOOOOOOO??!!» Chilló después como una posesa Raquel S.S.

Parecía una predicadora haciendo un milagro. Joder, que susto, solo faltaba un niño impedido levantándose de la silla de ruedas. ¡¡ALELUYA!!

Al final se quedó y le dieron el peine. Si es que el que no llora no mama.

Pero no es la única que lo pasa mal: Arantxa está más quemada que el palo de un churrero.

Ella llama a su isla «Isla Podrida o isla de la mierda«. Esta chica debería escribir cosas. Qué capacidad de hacer metáforas, de sintetizar… Anda que dice algo tonto como «el pedazo de tierra huérfano que lleva al fondo mi ánimo, con la lluvia cómplice y el mar insano». No, «isla de mierda». Se entiende mejor.

«Estoy cabreada y estoy muy negativa…», decía la muchacha de las trencitas de pelo de rata camboyana.

«Arantxa, deja de ser una niña«, le decía Elisa. Sí, la misma Elisa del disgusto por un peine.

«¿Que tienes debajo de esta chaqueta?», le preguntaba la rubis.

«Nada, un top, no tengo ni unas bragas secas«, replicaba Arantxa. Claro, si es que si vas equipada como para ir a menear el cucu a la disco y te pilla un tormentón caribeño y te deja el bragamen como el de Carmen de Mairena en un desfile de calzoncillos.

«Tengo fiebre, tengo mierda, tengo tó«, explicaba Arantxa. Con esos síntomas te vas a urgencias y el médico de guardia te receta la extremaunción.

Y llegó el momento tiburón.  Suhaila vio un tiburoncillo de costa que daba pena verlo de lo chico que era, que si llega a ser pelirrojo podría haber sido Pablo Motos disfrazado, y lo describió como «un pez enorme, con unos dientes… qué miedo chaval».

El peligrosísimo tiburón (TELECINCO).

El peligrosísimo tiburón (TELECINCO).

«Era negro, con unos colmillos así…» describía después, como si hubiera visto al puto chupacabras mordiendo a Drácula.

Nacho Vidal se lanzó como un energúmeno al agua. Lo quería coger sin miedo ninguno. Porque claro, cuando un tiburón es más pequeño que tu pene es difícil que te de miedo. Ningún animal al que puedas matar de un golpe de pene es considerado peligroso. Ya lo sabéis si salís al campo.

En la otra isla los novatos también vieron aletas en la superficie del mar, que por lo que sabemos podía ser el glande de Nacho Vidal saliendo a respirar, pero pensaron que eran tiburones.

Y Labrador, que tiene más testosterona que los almacenes MACHO dijo : «Voy a cazarlo…» y le dijeron sus compañeros que se podía quedar sin una pierna, a lo que repondió:

«¿Me quedo sin pierna, a lo mejor le saco los ojos». Joder. Joder. Qué pedazo de macho. Me gustaría verle en el pacífico con el hermano mayor del pobre bicho. Con uno de esos blancos de cinco metros… le iba a tener que mirar a los ojos con la espalda de lo rápido que iba a nadar en sentido contrario.

«Con el pincho en la mano he buscado al tiburón porque quería estudiarlo, verlo, saber cómo se mueve», dijo el flipado del cachitas como si estuviera escribiendo El arte de la Guerra y tuviera que coger apuntes.

Pobre bichos. Los tiburones, digo.

6 comentarios

  1. Dice ser peor que los tiburones los hay a dos pies

    Pues vaya cosa mala lo de la soprano. He traducido la página del griego al español y parece ha sido leakeada.. Q desgracia si noha sido con su consentimiento. VAya de tiburones malos qeu andan por ahí si es cierto…

    04 mayo 2015 | 23:37

  2. Dice ser Tio Gilito

    El poema yo lo conocía así:

    «Tomate
    ¿qué culpa tiene el tomate
    que está metío en una mata
    para que luego llegue el hombre
    y lo meta en una lata
    y se lo coma con patatas?».

    Por todo lo demás:

    «El amarillismo va a llegaaaaaaaRL».

    05 mayo 2015 | 07:56

  3. Dice ser AreaEstudiantis

    la vida sin peine no merece la pena….

    http://areaestudiantis.com

    05 mayo 2015 | 08:45

  4. Dice ser Chus

    ¿Y el lavado de imagen de Belen Esteban? que es eso de los cuernos que le puso el novio y luego va a buscarla al aeropuerto a la vuelta de sus n-ésimas vacaciones pagadas gracias a los pininos que votaron en el reality amañado?

    05 mayo 2015 | 10:02

  5. Dice ser Paco mer

    El tiburón más bonito que he visto yo nunca: http://goo.gl/mrczGr

    05 mayo 2015 | 16:14

  6. Dice ser marina76

    Anda! El rincón del poeta. Ahí va un poema de Elisa:

    Qué bonita era la playa
    cuando estaba toa vacía
    más llegó la de las trenzas
    ya la playa tá jodía

    05 mayo 2015 | 19:37

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