El superviviente Escassi entra en el concurso y a la calle ¡Brenda!

Escassi, más conocido por protagonizar un reality que fue un fiasco, se prepara para entrar a la casona (por un rato solo). Con un estilismo más estándar, ni campechano como Raquel Bollo ni cena con el rey como Liberto, se sienta junto a sus dos nuevos amigos.

Ay, escasi, ese hombre que va de guapo y a mi me parece de belleza escasi…ta.

Joder, J. J. V. pregunta por una supuesta relación entre el Dioni y Mari Ángeles. De uniones como esa nacieron los seres mitológicos mitad humanos mitad animal. Ni el científico más loco se atrevería a experimentar con eso.

Repasamos la semana como capataz del amigo Antoñín Davicín. Básicamente ha sido una sucesión de acicalamientos, de ponerse guapo y de ir de coleguilla mandón.

 Pero yo se lo perdono todo. Porque el tío tiene un par de huevos. Sí, y valor para no usarlos durmiendo al lado de Leti. Sí, amigos, es más peligroso dormir con esta mujer que irse a mear solo en convención de asesinos en serie.

Leti dice que el otro día soñó que les perseguían a todos un montón de muertos vivientes. Eso es alegría. Sí, eran todos niños y gritaban: «a medio día, el cerebro te comía».

Antoñito Davicito va a la zona de nominaciones. Hoy es el cumpleaños de su hija. Se nos pone sensible y se le humedecen los ojillos. Llora como un madaleno. Bueno, no, como un madaleno no, porque con el hambre que pasan, si es un madaleno lo deboran los demás cual pirañas.

Tiene una carta. El muchacho llora como si fuera una misiva de Hacienda para hacer la declaración. Esta gente llora como si no viera a sus hijos porque estuviera combatiendo en el frente. Pero no, está haciendo el canelo en un concurso de la tele.

El caso es le obligan a leer la carta. La niña le dice que «no se pelee ni nada de eso». Esa niña conoce a su padre, oye. También le dice que va a estudiar y que va a aprobar. Probablemente la niña espere que sus profesores estén viendo el programa y sepan que ella estudiar, ha estudiado. El viejo truco.

Ahora son Blanca y Brenda las que se levantan, para oír el veredicto del público. ¡¡A LA CALLE BRENDA!!

Salta contenta como si le hubieran dado un premio en lugar de haberla echado. Pero claro, es que para ella es una tortura estar ahí dentro, teniendo que trabajar.

Brenda elige a Blanca como candidata a capataz. Amigos, como salga de capataz Blanca la granja acaba ardiendo por los cuatro costados. Ahora la Borbona llora desconsolada, porque se le va uno de sus apoyos y de eso Blanca no tiene mucho.

J. J. V. abronca a la hermana de Blanca por intentar hablar con su hermana.

Y ahora entra Úrsula Aguilar, una Miss que ha compartido novio con Falete. Eso es un currículum y lo demás son tonterías.

Por el amor de Dios, exijo una entrevista con el señor del bigote que conduce el carro. Es mi héroe. Que dominio de los equinos y de los carros.

El caso es que la miss entra en la casona y se encuentra con sus compañeros que pegan ahí como una patata en una ferretería. Sí, J. J. V. tiene razón: los nuevos tienen el mismo ánimo que una viuda el día del velatorio.

Escassi dice que su concursante favorito es Brenda. Mira tú, que ojo tiene el jodío. Raquel Bollo, que recordemos, va vestida como para ir a la capea, dice que le gusta Nagore. Liberto, que no sabe de protocolo, porque lo primero que hay que aprender es que hay que ir acorde con las circunstancias, dice que roncar no es de mala educación.

Úrsula está como que no está, que empanada de mujer. Encima confiesa que no ha seguido el concurso. Toma ya.

El caso es que les comunican que no van a vivir en la casona, sino en el bosque. ¡¡EN EL BOSQUE!!

Que poca sangre tiene esta gente, oye. Es que le dicen las cosas y se quedan quietos, ni parpadean.

Les dan la oportunidad de robar a los concursantes para tener provisiones. Pero se quedan quietos. En otras ocasiones los concursantes han salido corriendo como buitres en ayunas.

El caso es que se ponen dignos y dicen que no quieren robar nada. J. J. V. Les incita al delito, les dice que no sabrán que han sido ellos. Vamos, que están deseando que roben.

«Acabamos de contratar a cuatro héroes», dice J. J. V. porque si no roban no comen. Pero J. J. V. insiste. Es que los cuatro fantásticos se han puesto en plan digno y no les parece que robar sea digno, así que se van con las manos vacías.

«Esto es acojonante», dice J. J. V. dice mucho de una persona que le sorprenda que la gente no quiera robar. En cualquier caso esta gente va a pasar más hambre que el perro del Lazarillo.

Nuevo hilo.

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